Tus zapatos dicen quién eres. Pueden contar tu historia (Fergie)
Bailarinas, botas, stilletos, sandalias, plataformas, con tacón alto, bajo, oscuros, claros… Los zapatos son objeto de deseo y culto para la mayoría de las mortales. Se han hecho estudios psicológicos para encontrar una justificación o una respuesta clara a la pasión de las mujeres por los zapatos, pero ninguna de ellas responde a la pregunta clave, ¿de dónde viene esta ferviente pasión?
La relación entre las mujeres y los zapatos siempre ha tenido un punto de fetichismo, aunque en las ultimas décadas ese deseo se ha desbordado. Las estadounidenses se hacen con una media de siete u ocho pares de zapatos al año y encabezan la lista de adictas, aunque las francesas les pisan los talones. Es indiscutible que los zapatos son un fenómeno universal.
Beth shak, jugadora profesional de póker, prácticamente tiene el record de zapatos por armario, ha llegado a tener una colección de 1.400 pares y en su casa cuenta con tres vestidores llenos de ellos. El detonante fue pasar por una depresión y ella misma asegura que «lo único que me animaba un poco era comprar zapatos». En situación similar, en número de pares, se encuentra París Hilton con sus más de 1.000.
«Lo mejor de los zapatos es cómo transforman el cuerpo de la mujer»
(Dita Von Teese).
FIRMA: Sharon Durthaler (Con licencia CC BY-ND 2.0)
El calzado, en todas sus formas, colores, y texturas son el emblema para la mujer, para su trabajo y para su vida, «por eso se tiran la vida comprando zapatos», dice Caroline de Fayet Redactora Jefe de accesorios Elle París. «En el guardarropa hay que tener unos mocasines buenos, unas manoletinas buenas, unos buenos zapatos de tacón, unas botas elegantes, unas sandalias de día, romanas, de tiras, son iconos».
Cada vez es más accesible para cualquier mujer hacerse con un par de zapatos de un gran diseñador y se puede ver como una inversión. Los zapatos no son un accesorios de los que podamos prescindir. No es como una pulsera que un día te puedes poner pero que al siguiente decides no hacerlo. Porque siempre hay que ir calzado. Es algo necesario. Por eso, los zapatos son la continuación del cuerpo. Fergie, cantante del grupo musical The Black Eyed Peas, está convencida de que «tus zapatos dicen quién eres. Pueden contar tu historia».
¿Qué nos ocurre a las a las mujeres con los zapatos? ¿Por qué nos enamoramos de estas piezas y caemos rendidas a sus encantos? ¿Nos provocan delirio? ¿Cambian nuestro estado de ánimo? ¿Son un arma de seducción y notoriedad?
«Para algunas mujeres es algo compulsivo» (Pierre Hardy).
FIRMA: Bob Jagendorf (Con licencia CC BY-NC 2.0).
Símbolo de estatus social, el calzado no solo puede potenciar el lado más frívolo de la vestimenta sino que estudios fisiológicos hablan del cambio físico que se produce al portarlos. «Lo mejor de los zapatos es cómo transforman el cuerpo de la mujer», señala Dita Von Teese, pero a esto no se llega sin sufrimiento.
La verdad es que un par de zapatos pueden hacer perder la cabeza a muchas mujeres, hacen que te sientas bien. Aunque hay quienes como el diseñador de calzado Pierre Hardy, no lo entiendan. «No sé que provoca ese deseo por los zapatos. No es racional. Para algunas mujeres es una obsesión, algo compulsivo». Una obsesión que llega hasta el punto de poner nombre a los zapatos como hace Kelly Rowland.