Sin pelos en la lengua, como nos tiene acostumbrados, pero con una frescura y humor, Abel Arana entra en nuestras redes haciéndose un hueco narrando lo más comentado de programas como MasterChef o Me Resbala. Acostumbrado a trabajar con grandes estrellas y seguido por una gran cantidad de amigos de las redes, Abel se convierte en un hombre de influencia.
– No se te pone nada por delante. Además, te estas convirtiendo en un líder de opinión por tu influencia en medios de comunicación y redes sociales.
– Si te digo la verdad, no soy muy consciente de ello. Son muchos años trabajando en varios campos, pero siempre relacionados con la comunicación. Eso es lo que me gusta, contar historias a la gente, bien sea a través de mi trabajo en MasterChef, bien ayudando a gente como embajador de Kiehl’s, una marca de cosméticos maravillosa con la que hago varias acciones solidarias a lo largo de año o bien a través de mi blog, que tiene una audiencia fija de 300.000 lectores mensuales y donde trato de ofrecer la cara B de la actualidad, añadiendo siempre un poco de humor en medio de tanto drama. ¿Líder de opinión? Pues mira, ni lo sé ni lo pienso. Estoy más centrado en lo que quiero contar que en el impacto que pueda tener.
– Tu buen olfato te ha llevado a ser uno de los community más famosos de tv. ¿Como se te ocurre?
– Todo ha llegado de manera accidental y nada ha sido premeditado. He trabajado con varias productoras y cadenas tuiteando sus programas. De la misma manera que hay gente que prefiere ver el fútbol escuchando la retransmisión de la radio, yo decidí inventar la cosa esta de retransmitir los programas en directo vía Twitter. Y parece que a la gente le gusta y cada vez disfrutan más viendo, por ejemplo, MasterChef o Me Resbala y leyendo al mismo tiempo las barbaridades que se me pasan por la cabeza. Una parte fundamental de todo esto es haber fichado por Shine Iberia, una productora con una nivel de excelencia brutal donde puedo hacer el burro sin que me riñan, lo cual es de agradecer.

– Te caracterizas por ser un hombre nada políticamente correcto ¿Te funciona ese rol? ¿Eres así en tu vida privada?
– Lo que ves y lo que lees es lo que hay. La única norma que siempre me he marcado es que jamás mentiré a mis seguidores, que en realidad son amigos, son una gran familia con la que todos los días paso un rato. Les tengo un respeto gigante básicamente, porque sin ellos yo no soy nadie. Ellos son los que me impulsan todos los días, se ríen conmigo, me echan la bronca si se me va la mano (risas), me hacen sugerencias… Mis seguidores son mis jefes y siempre les tengo presentes. En cuanto a la incorrección política, ¡es que yo soy así! Macarena Rey, mi jefa en Shine Iberia un día me vio muy comedido en un vídeo y me dijo que naranjas de la china, que ella quería verme tal como soy, gamberro perdido. De nuevo, esto no es un rol, tan cual lo veo te lo cuento.
– ¿Eres de los que piensa que el que la sigue la consigue?
– Perseverar, perseverar y perseverar. No hay otro secreto. Nunca he pensado que tengo un talento especial. Mi única virtud, si tuviera que nombrar alguna es que soy una mala bestia (risas). Jamás me rindo cuando creo en un proyecto. Lo doy todo y tengo una fe ciega. Creer es poder.
– ¿Qué se cuece entre los fogones de Masterchef?
– Esa es mi misión, presentar a través de las redes sociales todo lo que no se puede mostrar en el programa a través de vídeo que la gente puede ver en RTVE. Y contarlo de una manera distendida, graciosa a veces (porque soy muy payaso) y nada encorsetada. Me parece muy chulo poder enseñar a los espectadores lo que hay detrás de un monstruo del entretenimiento como MasterChef. Somos un gran equipo con unos profesionales alucinantes y hacemos un programa de altísima calidad. Supongo que mi papel en todo esto es ser el hijo malo de la familia.
– ¿Pensabas que un programa de cocina podía tener tanto éxito?
– Sí, sí y sí. En el mundo de la televisión todo son ciclos. Después de la explosión de los realities llegaron los programas de música como Operación Triunfo y sus sucedáneos. Era el turno de que España se lo pasara pipa metida entre fogones. Había una cierta lógica en todo ellos porque somos un país de una gastronomía alucinante. Los contrastes entre la comida vasca y la andaluza, por ejemplo, son enormes, y sin embargo somos el mismo país, somos parte de un todo y si a todo eso le añades un espectáculo maravillosamente realizado ¿cómo no lo íbamos a petar?

– Se habla mucho de tongos y manipulaciones ¿Tu opinión?
– Absolutamente nada de nada. Ni en este ni en otros. Hay muchísima más profesionalidad y justicia de la que se cree. Me da igual si es Masterchef o una gala de Eurovisión. Nunca llueve a gusto de todos. Y hay gente que al no entender algo se escuda en lo del tongo. Yo, en mi carrera, jamás he conocido un caso de tongo.
– Varios libros publicados y con éxito. ¿Qué temas crees que provocan más? ¿Sigues soltero….?
Sigo soltero (risas). No sé si para mi desgracia o mi suerte, que está la cosa muy mala. Los libros son otra manera de comunicar. Escribí una trilogía sobre el mundo gay donde intentaba explicar a la gente que las diferencias, en realidad, no son tantas. Y la respuesta fue muy buena. Ahora estoy escribiendo mi quinta novela pero es una cosa de chicas, que el universo femenino me intriga de una manera espantosa… La cosa ahora es que yo intrigue a las lectoras con la historia que quiero contar, que es muy tremenda.
– Has trabajado con grandes estrellas de la música. Aprovechando que eres sincero hasta la médula, dime con quién repetirías, quién te decepciono y con quién te hubiera gustado trabajar.
– No es por esquivar la pregunta, pero de lo negativo ni me acuerdo. Repetiría absolutamente con Mónica Naranjo, Marta Sánchez y Cher. A mí lo que me pone son las grandes voces, las personas me dan bastante igual. Es el talento de alguien lo que me deslumbra. Me hubiese gustado trabajar con Laura Pausini, pero nunca se dio la oportunidad.
– Eres embajador de una importante línea de cosméticos que abandera la calidad, naturalidad y compromiso ¿Como tú?
– Efectivamente. Kiehl‘s es una marca de cosmética absolutamente comprometida con el mundo en que vivimos. Los embajadores de la marca no somos caras conocidas que actúan como floreros, en absoluto. Organizamos, junto Equipo Singular, acciones para la Fundación Goetze, Aladina o Pequeño Deseo. Nuestra labor va un poco más allá de contarte que nuestras cremas son maravillosas, que lo son. Además, Kiehl’s es pionera en ocuparse con una línea especial de la piel de los hombres. Hombres como yo, muy urbanos pero muy deportistas al mismo tiempo. Hombres que vivimos conscientes de nuestro entorno, de la importancia del reciclaje, de proteger el medio ambiente y el mundo en que vivimos. Somos hombres con conciencia que además queremos estar guapos.



