Para adquirir uno de estos bebés, las tiendas simulan un proceso de adopción
Las muñecas han acompañado a las niñas generación tras generación durante muchísimos años. Por Navidad o en sus cumpleaños su deseo ha sido una muñeca con la que jugar y a la que cuidar.
Pero, desde hace unos años, las muñecas ya no son sólo para las niñas pequeñas, sino también para las madres. Sí, porque en el siglo XXI han surgido las denominadas muñecas reborn, que son de tal realismo que parecen auténticos bebés a los que las madres cuidan, visten y alimentan como si de sus hijos se tratasen.
El origen de estas muñecas está en Alemania tras la Segunda Guerra Mundial cuando las madres, sin apenas recursos, arreglaban y mejoraban los juguetes de sus hijas. Hoy, el éxito del reborning es tal, que se han creado hasta organizaciones, grupos de coleccionistas y se imparten conferencias para que las personas interesadas reciban información e intercambien sensaciones y experiencias con sus bebés.
Están fabricadas con silicona y vilino. FIRMA: Teadrinker (Con licencia CC BY-ND 2.0).
Las muñecas reborn están fabricadas con silicona y vinilo, y su pelo y pinturas no son tóxicos. Además, los padres pueden escoger prácticamente todos los detalles, incluyendo tamaño, peso, color de piel y ojos. Son auténticos bebés a la carta.
Para adquirir uno de estos bebés, las tiendas simulan un proceso de adopción. El precio de ellas oscila entre los 100 y los 3.000 euros, dependiendo de los detalles y la capacidad del bebé de hacer cosas tales como ingerir líquidos o hacer sus necesidades.
Junto a todo esto, además, las familias pueden adquirir ropa y accesorios para los reborn, alimentarlas con biberones y mimarlas hasta el extremo. Y se ha llegado a tal punto que hay personas que llegan a coleccionarlas con la intención de formar una «familia».