No importa las horas de viaje, aterriza con un cutis de celebrity con esta guía de consejos para antes, durante y después de embarcar
La cabina del avión es uno de los escenarios más hostiles para tu piel. La alta concentración de anhídrido carbónico del entorno asfixia la epidermis y apaga el tono de la piel, la hidratación disminuye hasta un 30% y el cambio de presión altera el film hidro-lipídico y ralentiza la circulación.
La noche previa
Extiende sobre tu piel una mascarilla ultra hidratante, no te la quites y acuéstate una hora antes de lo previsto. ¡Eso que ganas!
¿La cena ideal? Ligera, ligera y ligera. Una ensalada con algo de proteína de ave y un yogur es la elección ideal.
¡Cuidado! No te acuestes con tu tablet o portátil. Está comprobado que la luz azul que emiten envía al cerebro una señal para que frene la producción de melatonina y entorpezca el sueño.
Por la mañana
Limpia tu piel a conciencia, extiende un serum nutritivo y aplica después una buena crema hidratante de larga duración.
¡Cuidado! No te maquilles. Resístete y guarda el neceser en el bolso de mano. Ya habrá tiempo cuando aterrices. El aire seco del avión empeora la piel si está maquillada. Sustituye el fondo de maquillaje por un tratamiento de efecto glow que te asegure una buena cara. Bee Glow Abeille Royale de Guerlain (93€) es todo lo que necesitas para mantenerte durante todo el vuelo radiante mientras refuerzas la barrera cutánea.
A bordo
Las frequent flyers ya saben que tienen que reservar pasillo, beber mucha agua y darse largos paseos por el pasillo. Toma nota. Cuanto más alto vueles, más se ralentizará la circulación. Después no te quejes si aterrizas con bolsas bajo los ojos si no recurres a un contorno de acción drenante. Super Aqua-Eye Patchs de Guerlain (115,30€) es ideal para viajar. Estos parches tienen acción descongestionante y tensora equivalente a dos horas de sueño.
Los labios también sufren de la extrema sequedad de la cabina. Hidrátalos tantas veces como sea necesario con un bálsamo nutritivo y protector.
¡Cuidado! Evita las brumas y los mist hidratantes. Es un error que se comete a menudo, pero se trata de productos formulados con agentes humectantes y como la atmósfera del avión es seca terminan por atraer el agua de nuestra piel secándola aún más.
Nada más aterrizar
Estírate bien y mueve todas tus articulaciones. Una vez en una cinta de equipaje es el momento de los retoques y de borrar las huellas de cansancio y deshidratación de la piel. Black Bee Honey Balm de Guerlain (56,80€) es el perfecto multi-usos que te permitirá nutrir e iluminar tu tez, aportar jugosidad y brillo a los labios o peinar tus cejas.
¡Cuidado! Echa un vistazo a tu melena. Aunque te hayas lavado el pelo pocas horas antes llegarás a tu destino con la sensación de que está sucio y falto de brillo. Un champú seco de efecto refrescante te puede salvar. Si eres previsora lo guardarás en el bolsillo lateral de la maleta antes de facturar.
Mientras deshaces la maleta
La baja presión de la cabina ha ralentizado la circulación de retorno y seguro que tienes las piernas hinchadas y cansadas. Embadúrnalas con una crema de efecto frio que active la circulación, vuelve a limpiar tu piel para librarla de las toxinas del avión ¡sí, otra vez) y regala a la piel del rostro una buena cura hidratante. Super Aqua-Serum de Guerlain (113,70€) hidrata intensamente la piel a la vez que rellena las arrugas gracias a su complejo Aquacomplex.
¡Cuidado! ¿Echar una cabezadita o no echarla? Si hay diferencia horaria y has viajado dirección oeste-este (provoca más fatiga y jet-lag) tienes permiso para una siesta reparadora. Si no, es preferible que aguantes despierta e intentes adaptarte al cambio horario cuanto antes