Han pasados dos años desde aquella brutal matanza en Madrid. Dos años del macro atentado que dejó un reguero de muerte y destrucción. Y hasta hoy en día la investigación continúa…
Se ha hablado y escrito mucho sobre el tema y hasta ahora no hay culpables directos. Todo son conjeturas. Todo es un circo político. Unos dicen que fue cosa de ETA; otros, que fue cosa de Al Qaeda; y no falta quien afirme que ETA y Al Qaeda tenían vínculos y eran amiguetes.
Aquella mañana de hace dos años tenía que ir a la estación de Atocha a encontrarme con un distribuidor de la revista Primera Plana. Tenía que ser muy temprano junto a una oficina que MoneyGram tiene en el vestíbulo de la estación
La noche anterior me pasé de charla con mi ex novia. Recuerdo haberme dormido sobre las cuatro de la madrugada y sin poner el despertador. Al día siguiente me desperté a las 9:30 hrs. y era precisamente Pepe, el distribuidor del magazine quien me llamaba: “Paul, no vayas a Atocha que hay cientos de muertos”, me dijo sobresaltado.
-¿Qué dices?, le respondí somnoliento.
– Sí, Paul, ha habido un atentado de la ostia! ¡No vayas por allí!
Al poco tiempo encendí la televisión y la radio también. Era cierto. Madrid había tenido un amanecer sangriento. Nunca antes en la historia de España un hecho tan brutal había provocado tanta indignación e ira contenida. 192 personas entre inmigrantes y españoles, sin contar los cientos de heridos de diversa consideración, habían sido víctimas de un atentado que cambió el curso de la historia en España.
Han pasado dos años y muy aparte del teje y maneje con que se lleva la investigación, sin obviar los correlatos de siniestra oscuridad que hay tras los atentados, España, hoy por hoy, sigue adelante, pero no como si nada hubiera ocurrido, sino con la esperanza puesta en un mañana mejor y que al final -aunque sea por la memoria de los muertos y justicia para los heridos- se sepa la verdad.
Este 11 de marzo, hagamos un minuto de silencio.
