Ecuador llora a sus compatriotas víctimas de ETA

(Paul Monzón).- Tras la repatriación de los cuerpos de los dos ecuatorianos (Carlos Palate y Diego Armando Estacio) que fallecieron en el atentado del pasado 30 de diciembre en el aeropuerto de Barajas víctimas de la banda terrorista ETA, se ha cerrado un capítulo más de esta nueva escalada terrorista que ha enlutado a dos pueblos de un país tan lejano y ajeno a esta barbarie: Ecuador.

Dos pueblos de Ecuador, Machala y San Luis de Picahuila se visten de luto para recibir en su seno a dos paisanos que movidos por ese ansia de superación emigraron tiempo atrás a un país en el cual sabían que podrían labrarse un futuro halagüeño.

Tras unos años de duro batallar y resistir a la carencia de “papeles” tras el pasado y extraordinario proceso de regularización lograron, por fin, el sueño de todo inmigrante: obtener el permiso de trabajo, ese documento que los hacía legales y con el cual podrían trabajar sin el temor de ser sorprendidos “infraganti” y ser deportados; o lo que es peor aún: no conseguir trabajo con el cual poder mantener a su familia en Ecuador.

El pasado 30 de diciembre un coche bomba cargado con 200, 500 u 800 kilos de dinamita, segaron sus vidas de cuajo.

El pasado 30 se acabaron sus sueños de superación a edad muy temprana. Diego Estacio sólo tenía 19 años; mientras Carlos Palate contaba con 35 primaveras a sus espaaldas y todo un futuro por vivir.

Hoy Ecuador llora la muerte de dos compatriotas y desde Periodista Latino nos solidarizamos con sus familias y con toda aquella persona que es víctima de estos salvajismos terroristas que en vez de construir sólo provocan muerte y destruc

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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