En un país en el cual la situaciónm socio plítica está a punto de estallar quizá hay que andar con pies de plomo. Eso habrá pensado el presidente de Bolivia, Evo Morales, quien propuso ayer un gran pacto nacional que resuelva la crisis política del país a los nueve prefectos regionales, que aseguraron que no promueven la división del territorio ni conspiran contra el mandatario.
(EFE).-Morales ofreció a los prefectos (gobernadores) llegar a un «acuerdo nacional» para continuar «dignificando» al país, en su primer encuentro tras varios meses de enfrentamiento por el proyecto constitucional que el mandatario impulsa, la demanda de autonomía de cuatro departamentos y el recorte de los presupuestos regionales.
Por su parte, el prefecto opositor Rubén Costas, de la rica región oriental de Santa Cruz, afirmó que la «unidad nacional» no está en discusión, en respuesta a las acusaciones de Morales de que él y sus colegas de Beni, Pando y Tarija quieren dividir al país con sus proyectos autonómicos.
Ocho prefectos se mantuvieron en la tónica conciliadora iniciada por Morales de intentar buscar acuerdos, pero el de La Paz, el opositor José Luis Paredes, se desmarcó y usó su discurso para lanzar duras críticas contra el presidente.
Morales no precisó cómo construir ese gran pacto, a pesar de que horas antes su portavoz, Alex Contreras, anunció que el presidente daría a conocer una propuesta concreta durante la reunión de hoy en La Paz para iniciar una nueva relación con los prefectos, seis de ellos opositores, empresarios y autoridades municipales.
El mandatario indígena se limitó a comentar que su deseo es llegar a un acuerdo «para erradicar el racismo» en el país.
«¿Por qué no podemos entendernos»?, preguntó al recalcar que hay que resolver la parte política porque, a su juicio, la económica «va bien».
En esa línea, el presidente dedicó la mayor parte de su intervención a hacer un repaso a los logros económicos obtenidos durante sus casi dos años de gestión, que se cumplen el próximo 22 de enero.
«Si hay una etapa de bonanza (económica), ¿por qué sacar recursos a las regiones?», le replicó el prefecto Costas al poner sobre la mesa el rechazo al recorte de los presupuestos departamentales que aprobó el Gobierno para pagar una ayuda vitalicia a la vejez.
En la reunión Costas también instó al presidente a explicar «qué pacto» quiere construir, al tiempo que reiteró que los «militares no necesitan amedrentar a nadie» porque la unidad nacional «no se discute».
«La gente que quiere volver a épocas de golpismo debe ser procesada e ir a la cárcel», dijo Costas al destacar que los prefectos no promueven ningún complot contra Morales, que ha denunciado muchas veces que la oposición conspira para derrocarlo.
Mientras, el gobernador de la central Cochabamba, el también opositor Manfred Reyes Villa, enfatizó que el carácter de las soluciones que se deben buscar «es político» y destacó que el encuentro comenzó con «la mejor voluntad», cuando en días anteriores daba la sensación de que se iban «a pelear».
A diferencia del tono usado por sus predecesores, el prefecto Paredes lanzó a Morales una batería de reproches, críticas y quejas achacándole un supuesto «abandono» al desarrollo de esta región, considerado el fortín político del presidente.
Paredes dijo que quiso participar de la reunión para «decir las cosas de frente» y acusó al Gobierno de tener una «sumisión absoluta» a Venezuela, de mentir sobre el crecimiento del país y la inflación, y de incumplir su promesa de comenzar la exploración de petróleo en el norte paceño.
También dijo que Morales fomenta el racismo con sus discursos, que tiene una actitud «personalista» y que su partido ha «lastimado la democracia» con posturas «autoritarias» tomadas en la Asamblea Constituyente y en el Congreso.
Tras más de dos horas de debate, en el que los opositores ratificaron sus demandas y los oficialistas apoyaron las decisiones de Morales, el prefecto de Pando, Leopoldo Fernández, pidió establecer reglas de juego para la de hoy y otras posibles conversaciones.
«El pueblo tiene muchas expectativas y no tenemos derecho a decepcionarlo», dijo el opositor Fernández.
Ambas partes acordaron fijar una metodología de trabajo, que no detallaron, para debatir sobre los temas más conflictivos: el recorte de los presupuestos regionales, el proyecto constitucional que aún debe ser sometido a referendo y la autonomía que demandan cuatro departamentos.
