Las «ratas» que casi hunden al gobierno de Alan García

Las "ratas" que casi hunden al gobierno de Alan García

«Lo que queremos es que todos esos vayan a la cárcel”, así de tajante fueron las palabras del presidente peruano Alan García tras estallar el escándalo conocido ya como el «Petrogate», affaire que involucra a uno de sus correligionarios Rómulo León Alegría,y padre de una parlamentaria de su partido, con un negociado de pagos por la concesión de la buena pro para la explotación de cinco lotes petrolíferos en favor de la empresa noruega Discover Petroleum. Por los favores dispensados el ex ministro de pesquería aprista -prófugo de la justicia- se embolsaría 100 mil dólares. Unos audios difundidos en el programa de televisión «Cuarto Poder» provocaron la renuncia de todo el gabinete del gobierno.

Alan García los caifica como unas «ratas»

«La mejor manera de responder a estas barbaridades y a estas ratas es actuando de inmediato y logrando que se pueda depurar nuestro gobierno y nuestro Estado de cualquier acto de corrupción», afirmó el presidente peruano quien vive sus peores cotas de popularidad y que en Yehude Simon Munaro, presidente de la región Lambayeque, un connotado y honesto político, ha encontrado sabiamente un balón de oxígeno con el cual atemperar el escándalo suscitado entre sus filas.

El suplemento Domingo del diario La República de Lima realiza un perfil detallado del polémico y siniestro ex ministro de pesquería aprista y principal involucrado en el «petrogate».

El audio que hizo estallar el escándalo

Por: Raúl Mendoza (La República)

Desde hace varios años Rómulo León es una especie de enfermo contagioso para sus compañeros empinados en cargos públicos: muy pocos quieren aparecer a su lado. Su pasado político lo condena. Sin embargo, lo cierto es que tras bambalinas él nunca perdió contacto con los más altos dirigentes apristas. Para ejemplo, dos botones: sus reuniones con el primer ministro Jorge del Castillo destapadas por los audios de esta semana y la presencia de su hija Luciana en la lista congresal del 2006, aprobada a dedo por el propio Alan García. Nunca, ni siquiera cuando lo expulsaron, se fue del APRA.

«En los años 90 cuando el Congreso y el Poder Judicial lo investigaban por corrupción y él fue expulsado del partido, yo lo he visto participando en reuniones partidarias. Nunca se alejó, siempre mantuvo presencia y peso dentro del APRA», señala Jesús Guzmán Gallardo, ex secretario nacional aprista vinculado hoy al movimiento ‘APRA Moral’. A pesar de sus antecedentes, León Alegría siempre ha tenido una buena relación con dirigentes de peso como Jorge del Castillo, Luis Gonzales Posada o Mercedes Cabanillas. El primero de ellos incluso acudió a la boda de Rómulo León hijo, según la versión web de la revista Viceversa.

Todo indica que Rómulo dedicó los últimos años a fungir de lobbista, con furia y sin problemas éticos. El diálogo con Alberto Químper sobre «aceitar» gente ya es un clásico. Además del tema de la adjudicación de lotes petroleros a la noruega Discover, ahora se sabe que también abogaba a favor de Fortunato Canaán para la construcción de hospitales y del presidente regional de Áncash, César Álvarez, entre otros asuntos. «Me da mucha pena verlo implicado en este tema de los audios», señala José Luis Delgado, ex parlamentario aprista, quien parece estimarlo y no disimula su decepción. Para Jesús Guzmán, ex dirigente aprista, crítico del gobierno, Rómulo León es tremendo corrupto.

Los «anticuchos»

Rómulo es hijo del dirigente aprista trujillano Rómulo León Ramírez y divide las opiniones apristas desde siempre. Para muchos nunca tuvo trayectoria partidaria sino que es alguien que llegó al APRA en los 80 de la mano de Alan García. «Él llegó por ser amigo de Alan. Fue él quien lo impuso en la secretaría de Gobiernos Locales, donde retiraron a un compañero para hacerle sitio. Me revienta que le digan militante aprista a un ultracorrupto como Rómulo León,», dice César Vásquez Bazán, ex ministro de Economía durante el primer gobierno de García.

No obstante, su hoja de vida señala que fue secretario de la juventud aprista de La Libertad en 1963. También fue campeón nacional de marinera en 1971, categoría adulto, en un evento organizado por el Club Libertad de Trujillo. Antes de entrar en serio a la política trabajó en la Seguridad Social y fue vendedor de la tienda de muebles Dany –versión de César Vásquez Bazán– en la avenida Arenales. Se dice que estudio sociología en San Marcos, pero no está claro si culminó los estudios. Una nota del diario La Opinión del 1º de noviembre de 1988 señalaba que ese año –cuando ya era ministro– había intentado obtener el título de bachiller valiéndose de su cargo.

Su ‘leyenda negra’ empezó cuando era ministro de Pesquería en mayo del 88. A fines de ese año firmó convenios pesqueros con la flota de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS, ya desaparecida). De inmediato se denunció que los soviéticos se llevarían el 83% del producto de la pesca y solo dejarían el 17%, que sus barcos de arrastre iban a depredar nuestro mar y que se trataba de contratos lesivos. Fernando Olivera, entonces diputado, acusó a León Alegría en el Congreso de beneficiarse con los contratos. Esa acusación fue el origen del recordado incidente (28 de junio del 89) en que Rómulo León se le fue encima, tratando de pegarle, sin lograrlo. «Malnacido», le dijo.

No fueron las únicas acusaciones. La Federación de Trabajadores Pesqueros, encabezada por Benigno Chirinos, sindicalista y dirigente aprista, lo acusaron de «saquear las arcas de Pesca Perú». También de realizar viajes millonarios pagados con dinero de esa entidad. Otra acusación de esa época fue la ilegal construcción del muelle pesquero de Chimbote. Según publicaron los diarios de la época, la obra se hizo sin licitación ni concurso, fraguándose una situación de emergencia para lograrlo.

También se dio a conocer por esas épocas que León Alegría había adquirido una propiedad en Las Casuarinas, en mayo de 1985, por la cual había pagado 95 mil dólares al contado y realizado arreglos por otros 200 mil, algo que no hubiera podido con su sueldo de ese año. La explicación de León fue que lo había hecho con un préstamo bancario. Las denuncias no avanzaron hasta el fin del gobierno aprista, pero en 1991 fue acusado constitucionalmente por enriquecimiento ilícito. En octubre de 1994 también fue denunciado penalmente por el mismo cargo.

La acusación se sustentaba en un desbalance patrimonial de 200 mil dólares entre sus ingresos y egresos en el periodo 85-90. Pero las investigaciones posteriores no llegaron a establecer con precisión el monto del desbalance: se manejaron cifras que fueron de 200 a 180 mil y 100 mil dólares. Finalmente, en 1998, el caso fue archivado por prescripción del delito. Rómulo León resaltó que a lo largo de la investigación no le probaron el delito y hasta envió cartas a los medios buscando su reivindicación. Pero lo cierto es que los delitos prescribieron. No lo declararon inocente.

Oveja negra

En el ínterin el partido aprista lo expulsó de sus filas por presión de algunos sectores. Una fuente del Congreso señala que se le permitió volver el 2000 en un ‘jubileo’ que se realizó en el APRA para renovar cuadros y captar nueva militancia. De entonces se sabe que intentó ser candidato al Congreso el 2001 y 2006, pero la dirigencia consideró que no era «conveniente» su presencia. «Fue tan nefasto su paso por la función pública que aún años después no podía aparecer como dirigente», dice Jesús Guzmán, el ex secretario general colegiado.

El 2006 su presencia fue objetada por el dirigente y hoy viceministro de Trabajo, Javier Barreda. «No lo pusieron por las acusaciones del pasado», acepta José Luis Delgado. Fue entonces que Alan García planteó incluir a Luciana, su hija, en la lista. En mayo de este año también se conoció, a través de la prensa, que Romúlo León se había reunido en su oficina con José Lizier, quien ayudó a fugar a Vladimiro Montesinos en el velero Karisma. No se supo de qué hablaron, pero se especuló que Lizier, entonces prófugo de la justicia e hijo de aprista, le había pedido ayudarlo en su situación legal.

Desde entonces se supo poco de Rómulo León. Aparecía más en las páginas de sociales que en las de política. Separado de su esposa –en el pasado también estuvo vinculado a la ex modelo Ingrid Yrribarren–, la publicación de los audios le llegó en mal momento: cumple años el 7 de octubre y el escándalo estalló dos días antes. Además su pareja actual estaría embarazada. «Ha pasado a ser un apestado», dice Jesús Guzmán Gallardo, ex dirigente aprista. Y la sanción moral puede ser peor que la sanción penal.

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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