La mayoría de los cubanos y Fidel Castro prefieren a Obama

La mayoría de los cubanos y Fidel Castro prefieren a Obama

La mayoría de los cubanos prefiere un triunfo del demócrata Barack Obama en las elecciones del martes en Estados Unidos, a juzgar por lo que se escucha en la calle, y también lo alaba el ex presidente Fidel Castro, mientras el Gobierno de su hermano Raúl guarda un prudente silencio.

Un camarero de La Habana, que pidió no citar su nombre, tiene muy claro el punto: «Obama, porque es negro y va a acabar el bloqueo», explicó en alusión al embargo que Washington aplica a la isla desde 1962 y al que el régimen achaca todos los males de los cubanos.

«Hasta Fidel lo prefiere», agregó un joven habanero que, sin embargo, aclaró que la política le interesa poco.

Obama ha dicho que está dispuesto a hablar con los hermanos Castro y relajar el bloqueo a Cuba, donde los medios informativos, todos estatales, han dedicado en las últimas semanas amplios espacios a la recta final de la carrera presidencial norteamericana.

El convaleciente Fidel Castro, no ha dicho que quiere un triunfo del candidato demócrata, pero le ha alabado en varias columnas de su serie «Reflexiones».

En cambio, ha atacado con severidad al candidato republicano, Jonh McCain, al que acusa de ser un «instrumento de la mafia», como llama a sus adversarios de Miami.

Según Castro, de 82 años, Obama supera a McCain «en inteligencia y serenidad».

Algunos funcionarios cubanos, sin embargo, insisten en estos días en que en el «imperio», como denomina Fidel Castro a Estados Unidos, no va a cambiar nada tanto si gana Obama como McCain.

El ministro de Economía, José Luis Rodríguez, en declaraciones que publicó ayer el diario Granma, portavoz del gobernante Partido Comunista, expresó su «certeza de que no va a haber un cambio de política del Gobierno de Washington, cualquiera que sea el que triunfe en las próximas elecciones».

«No tengo claro qué quieren en realidad los que mandan en Cuba; de hecho, no creo que ellos lo tengan claro», comentó a Efe un diplomático europeo.

El problema, según ese y otros diplomáticos y analistas, es que un triunfo de Obama podría atemperar la presión norteamericana sobre Cuba, pero también le quitaría al régimen su principal coartada para mantener su férreo control en la isla.

El ex ministro Armando Hart expresó en un artículo de Granma el problema que tendrán los gobernantes cubanos si vence Obama:

«Si cumple su promesa (de aliviar el bloqueo), nacerá una nueva etapa en el combate ideológico entre la revolución cubana y el imperialismo. En ella, para alcanzar la invulnerabilidad ideológica a la que aspiramos, será necesario el diseño de una nueva concepción teórica y propagandística acerca de nuestras ideas y su origen», argumentó.

«Una amplia migración con distintos objetivos puede venírsenos encima y para ello debemos prepararnos culturalmente», alertó el ex ministro y dirigente del Partido Comunista.

En su opinión, «la supresión de las limitaciones económicas impuestas a los viajes a Cuba significará que alrededor de un millón de nacidos en esta tierra o sus descendientes pueden venir como turistas o por el interés de entrar nuevamente en contacto con el terruño y sus familiares».

Hart advirtió que entre los que podrían entrar libremente a la isla habrá «cubanos» (lo pone entre comillas) contrarios a la revolución, así como estadounidenses «que aspiran a desarrollar relaciones de algún modo» con el país.

Hart concluye que Cuba tiene «el reto inmenso de cómo enfrentar un tiempo nuevo en la lucha cultural contra el enemigo». EFE

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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