La aerolínea de bajo coste Ryanair dejará de operar desde el Aeropuerto de Reus (Tarragona), donde tiene una base de operaciones, a partir del 30 de octubre.
En rueda de prensa, el vicepresidente de la compañía, Michael Cawley, ha dado a conocer esta decisión y la ha justificado por «el incumplimiento» de los acuerdos de promoción conjunta por parte del Govern y de las instituciones tarraconenses.
No obstante, ha abierto al puerta a reanudar los vuelos el verano si «les convencen de que no se volverán a incumplir» los acuerdos.
Cawley ha rechazado que se esté incumpliendo el contrato –vigente hasta 2013–, y ha defendido que son las propias instituciones quienes lo han roto al no respetar lo estipulado.
«Han acabado con nuestra paciencia, desafortunadamente, pero somos optimistas», ha señalado.
En caso de un posible regreso, el vicepresidente de la compañía irlandesa ha indicado que no se restablecería la base, sino que se operaría como una aerolínea más a la espera de ver cómo se desarrollan las relaciones con las instituciones locales.
En Reus, la aerolínea de bajo coste opera 28 rutas –cuatro domésticas y 24 internacionales– y su anuncio de repliegue llega después de que Ryanair haya recortado de forma drástica desde el Aeropuerto de Girona por otro desacuerdo con la oferta de la Generalitat.
La compañía irlandesa transportará 800.000 pasajeros este año en Reus, 500.000 menos que en el ejercicio anterior, y el cierre de la base afectará a 150 empleos directos y a unos 1.000 de indirectos.
NO ES UNA AMENAZA PARA GIRONA
Cawley ha negado que el abandono de la base de Reus sea una amenaza de cara a las negociaciones del convenio para el Aeropuerto de Girona, donde el contrato entre la aerolínea y la administración expira este año.
«Son cosas totalmente independientes, simplemente buscamos acuerdos de colaboración que funcionen, que en Reus no han funcionado», ha afirmado.
Cawley no ha querido especificar los términos de las conversaciones que se están llevando a cabo con el ejecutivo, por considerarlos «confidenciales».
El vicepresidente ha recriminado de nuevo que les negara la cantidad acordada con el anterior Govern por la actual coyuntura económica y que, sin embargo, «al día siguiente le dieran 20 millones a Spanair, una empresa en quiebra».
