La tripulación le contestó amablemente que su deseo no era posible, pues tanto él como sus acompañantes tenían billete en clase turista
El ex presidente del Congreso José Bono abandonó la primera línea política el pasado 13 de diciembre, fecha en que dejó de ser la tercera autoridad del Estado, según consta en el Diario de Sesiones de las Cortes Generales.
Sin embargo, todavía sigue actuando con el mismo boato que cuando ocupaba el cargo.
El último episodio que lo demuestra tuvo lugar hace una semana. Siguiendo su plan de aprovechar estas vacaciones de invierno para viajar junto a su hija pequeña al parque temático de Disneyworld en Orlando (Florida), el ex ministro de Defensa eligió el día 30 de diciembre para iniciar su periplo, que no comenzó como esperaba.
Según elconfidencialdigital.com, que cita fuentes de toda solvencia, Bono solicitó en el aeropuerto de Madrid que le dieran acomodo en primera clase del avión.
Una petición que no fue correspondida, ya que -relata el citado diario digital-, la tripulación le contestó amablemente que su deseo no era posible, pues tanto él como sus acompañantes tenían billete en clase turista.
Así las cosas, Bono tuvo que hacer el vuelo trasatlántico de Iberia, de unas 10 horas de duración, en la zona más concurrida de la aeronave.
No obstante, el trato privilegiado, al parecer, sí lo encontró el ex presidente del Congreso de los Diputados nada más aterrizar en suelo estadounidense.
A su llegada a Miami, cuenta elconfidencialdigital.com, Bono fue recogido en la puerta del avión por empleados del consulado español en la ciudad.
Precisa dicha publicación web que mientras que el resto de pasajeros se vieron obligados a soportar largas colas en el control de extranjería, el ex presidente de Castilla-La Mancha fue conducido directamente a la zona diplomática.
Tras superar este control, se añade en la información, Bono y sus acompañantes se subieron a un vehículo todoterreno que les aguardaba a la salida del aeropuerto para llevarles al parque de atracciones de Disney.
El ex titular de Defensa, conocido en muchas embajadas, tildó esta semana de «puro disparate» las oficinas diplomáticas que tienen abiertas las comunidades autónomas en el extranjero.
NOTA.- Leer artículo original en La Gaceta.
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