Se dice que la imagen fue capturada por uno de los pasajeros del vuelo el jueves 3 de enero y subida por un amigo suyo en su cuenta de Tumblr.
Un vídeo de un pasajero borracho, que fue retenido con cinta adhesiva y atado a su asiento por los asistentes del vuelo después de crear un caos en un avión a 40.000 pies de altura la semana pasada, ha dado la vuelta al mundo.
Gudmundur Karl Arthorsson, de 46 años, intentó estrangular a varios pasajeros, escupió a una mujer y montó una escena gritando en el interior del aparato que éste se iba a estrellar. El ciudadano de origen islandés se encontraba en el vuelo transatlántico de Reykjavik con destino al aeropuerto JFK de Nueva York, según el diario ‘Daily Mail’. —‘Gudmundur likes to drink, but his behavior has the family scratching their heads,’ relatives of man taped to plane seat speak out-–
Las imágenes filmadas por un pasajero muestran al hombre llorando sin parar después de que presuntamente consumiera grandes cantidades de Grand Marnier, whisky y aguardiente en una tienda libre de impuestos antes del vuelo. En el vídeo también aparecen los asistentes ajustando las cintas tras el altercado.
Nada más aterrizar el avión, la policía lo llevó a un hospital de Queens, donde recibió un tratamiento por intoxicación etílica. Las autoridades federales se han negado a procesar el caso.
«Estos incidentes son muy raros», dijo el portavoz del aeropuerto Patrick Hogan. «Pero cada pocos años tendremos un caso. Tenemos casi medio millón de vuelos que entran y salen y tenemos un caso de estos cada tres o cuatro años».
Un portavoz de la compañía Icelandair afirmó que no podía «confirmar la validez de la foto».
Pero confirma que efectivamente hubo un incidente con un pasajero en el vuelo. «El incidente involucró a un hombre que estaba golpeando, gritando y escupiendo a otros pasajeros mientras decía obscenidades», explicó Gudjon Arngrimsson:
«Para garantizar la seguridad de las personas abordo, tuvimos que apartarlo de los pasajeros y tripulantes, y controlarlo por su propia seguridad durante el vuelo. A su llegada al aeropuerto, el vuelo fue recibido por las autoridades y lo arrestaron».
¿LEGAL O ILEGAL?
Con el caso surge un nuevo interrogante: ¿está permitido por la ley el nivel de restricción mostrado en la foto?
Una serie de convenios -incluidos el de Tokio (1963) y el de Montreal (1971)- abordan el tema de garantizar la seguridad y la disciplina abordo de un avión.
El Convenio de Tokio insiste en que el capitán del avión está a cargo de la seguridad del vuelo y por lo tanto decide si un pasajero tiene que ser objeto de esas medidas restrictivas. Antes de aterrizar, el capitán debe notificar a las autoridades de ese país que uno de los pasajeros se encuentra bajo restricción y explicar los motivos.
El Convenio de Montreal examina la responsabilidad de una compañía aérea con sus pasajeros durante vuelos internacionales, dice James Healy-Pratt, director de aviación en Stewarts Law.
Él dice que a pesar de que la aviación es internacional por naturaleza, no existe una convención aplicable a nivel global sobre el trato de los pasajeros en caso de que se den conductas indebidas.
El comportamiento de los pasajeros está sujeto a las leyes del país en que esté registrado el avión, apunta Healy-Pratt. Y lo que la tripulación puede y no puede hacer también depende de las leyes nacionales de ese país.
Según los expertos, las malas conductas en los aviones están principalmente relacionadas con el consumo excesivo de alcohol.
Las principales compañías aéreas saben desde hace tiempo que los pasajeros pueden salirse de control si beben demasiado, y se ha otorgado a la tripulación el poder para hacer frente a este tipo de incidentes.
MEDIDAS DE SEGURIDAD
Pero Healy-Pratt dice que tras los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001, los gobiernos, organismos reguladores y empleadores tuvieron que revisar sus medidas de seguridad y hacer énfasis en el entrenamiento del personal ante situaciones de restricción.
Hoy en día, la mayoría de las grandes compañías aéreas tienen estuches con artefactos que pueden utilizar cuando el comportamiento de los pasajeros se sale de control.
«Restringirlos es el último recurso que se debe emplear», señala Healy-Pratt:
«Por lo general, el pasajero recibe una advertencia verbal de parte de un miembro de la tripulación de cabina y si eso no funciona, recurren al capitán».
Las convenciones existentes permiten a la tripulación pedir asistencia de pasajeros si sienten la necedidad, afirma. Muchos tripulantes son mujeres y puede ser difícil esposar a una persona combativa:
«Se puede usar fuerza razonable, pero si a un tripulante se le pasa la mano y causa alguna lesión por uso excesivo de fuerza, puede ser responsabilizado según el Convenio de Montreal» .
Este ofrece compensación «en caso de daño causado a pasajeros durante el transporte aéreo internacional».
La mordaza excesiva tiene la posibilidad de causar heridas e incluso la muerte.
Una aerolínea podría encontrarse con una demanda por alguien lesionado durante la restricción, que sintió que la tripulación fue demasiado entusiasta, dice Healy-Pratt:
«En EE.UU., por ejemplo, esto lo decidiría un jurado y, ciertamente desde el 11 de septiembre de 2001, se daría un gran peso a la prueba».
OTROS PASAJEROS
Hay un punto de vista de que cuando un pasajero compra un boleto, está firmando un contrato para no alterar el orden público durante el vuelo. El asunto de los pasajeros perturbadores y cómo lidiar con ellos representa un grave problema para la industria según IATA, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo que representa a las aerolíneas en todo el mundo.
El mes pasado, publicó su primera edición de la Orientación para la Prevención y Manejo de los pasajeros insubordinados. Indica:
«Los tripulantes de cabina están en la posición única de lidiar con el problema del pasajero insubordinado, ya que no pueden escapar de la situación ni pedir asistencia a las autoridades abordo durante el vuelo. Mientras que no hay un enfoque de ‘uno para todos’ para prevenir y manejar a pasajeros insubordinados, hace falta cambiar el enfoque de reaccionar a los incidentes con esos pasajeros, a evitar incidentes antes de que ocurran».
Exhorta a más entrenamiento y apoyo para la tripulación.
Hoy en día, muchas aerolíneas y reguladores están asumiendo un enfoque duro para el mal comportamiento de los pasajeros, señala Healy-Pratt.
Y en algunos casos, son los mismos pasajeros quienes adoptan este enfoque.
En septiembre de 2012, los pasajeros abordo de un vuelo de Chicago al condado de Orange, según se informó, controlaron a otro viajero con sus cinturones. Un periódico reseñó que los tripulantes ya le habían hecho una advertencia al hombre pero los pasajeros decidieron maniatarlo.
Se escuchó a uno de los pasajeros decir que en su siguiente viaje llevaría consigo cinta adhesiva.