La demanda de empleo que generaría el aluvión de jubilados euros sería absorbida por esos cuatro millones de parados españoles sin una cualificación específica
Hay algún experto que afirma con ironía que, tal como evolucionan las cosas en el mundo, China terminará siendo la gran fábrica del planeta, la India será la oficina, Estados Unidos el cuartel y Europa el geriátrico.
De eso va la cosa en la interesante nota que ha subido este 5 de mayo de 2013 Vicente Nieves Hernández a ‘El Economista’ y que titula: «La solución para España pasa por convertirse en la residencia de ancianos de Europa».
No es una ‘boutade‘ o algo que pueda desestimarse a la ligera. Veamos cifras.
El número de parados en España ya supera los 6.200.000, una cantidad histórica. De esa cifra, algo más de 4.800.000 personas tienen, como mucho, educación secundaria.
Son estos parados los que tienen una misión imposible por delante: encontrar un trabajo fuera de la construcción o de la hostelería, tarea ardua con la actual crisis. La solución: que España se convierta en la residencia de ancianos de Europa.
Una forma de lograr que estos más de cuatro millones de parados sin cualificación vuelvan al mercado laboral es atraer a los ancianos de la Unión Europea.
Tal y como describe el economista de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA) Luis Garicano en «España podría intentar convertirse en la Florida de Europa».
Un número importante de los jubilados de Estados Unidos marchan a pasar su retiro a Florida, una región con un clima templado y acondicionada con todas las necesidades para las personas mayores.
El clima de España es, sin duda, el más cálido de Europa, la naturaleza y la cultura son también dos puntos fuertes del país. El problema es que esta innegable ventaja comparativa no se puede exportar, por lo que hay que conseguir que vengan de fuera.
Si los jubilados de Europa deciden venir a disfrutar de las ventajas de España, la demanda de viviendas se reactivará, lo que a su vez estimulará la contratación en el sector de la construcción, tanto para levantar viviendas como para rehabilitarlas.
A su vez, se generará un mayor desarrollo del sector turístico de forma estable, no solo estacional (verano).
Se generaría un demanda de empleo importante por parte de las empresas ligadas a la construcción (y todas las que dependen de ellas) y de las que se dedican a la hostelería.
Esta demanda de empleo sería absorbida por esos cuatro millones de parados sin una cualificación específica.
Los ancianos que llegasen a España usarían sus pensiones (pagadas por sus países de origen, donde cotizaron) para incrementar el consumo en bienes y servicios, y la inversión en vivienda.
TRES PROPUESTAS CONCRETAS
- -«Eliminar la imposición directa: si queremos que la gente se mude a España, podemos eliminar los impuestos para mayores de 65 años» (tanto a pensionistas extranjeros como nacionales. Para compensar la disminución de ingresos que supone esta medida, se reducirían las pensiones brutas de los jubilados españoles de forma proporcional a los impuestos que dejarían de pagar, por lo que no perderían poder adquisitivo.
- -«Eliminar el impuesto de sucesiones y donaciones: si usted se muda a España, les puede dejar a sus hijos todos sus bienes sin pagar ningún impuesto». Es otra forma de incentivar a las generaciones posteriores para que sigan viniendo a España.
- -«Mejorar sustancialmente el conocimiento de idiomas: La calidad de la enseñanza de idiomas es un obstáculo gigante para los turistas extranjeros». Garicano cree que todos los parados deberían ponerse a mejorar su inglés de forma inmediata.