(Paul Monzón).- Afirma el científico británico Stephen Hawking que «Nuestra única posibilidad de sobrevivir a largo plazo es expandirse hacia el espacio. Las respuestas a estas preguntas demuestran que hemos hecho un gran progreso en los últimos cien años, pero si deseamos seguir más allá de los próximos cien años, el futuro está en el espacio. Es por ello que estoy a favor de los vuelos espaciales».
Y así ha sido desde el 12 de abril de 1961, cuando el cosmonauta ruso Yuri Gagarin se convirtiera en el primer ser humano en viajar al espacio a bordo de la nave Vostok 1.
Desde entonces la carrera espacial ha tenido sus días felices y agujeros negros de muerte y destrucción. Pero ello no ha sido óbice para que el ser humano desista de preparar el asalto a tierra marciana en un futuro muy cercano.
Matryoshka
Matryoshka, del cineasta malagueño Fran Kapilla, aunque sea un cortometraje de ficción, refleja ese deseo imperativo de la raza humana por llegar más allá de las estrellas.
Este primer rodaje del espacio, cien porciento producción española pero en lengua rusa, tiene la particularidad de que no ha sido rodado en Hollywood, sino en Andalucía.
Tuve la suerte de visionarla hace unos días y puedo decir sin pecar de «spoiler», que se trata de un singular drama en el espacio, la lucha por la supervivencia de dos mujeres por regresar a la Tierra tras un vuelo espacial más que complicado.
Algunas secuencias me hicieron recordar a esos momentos claustrofóbicos y de máxima tensión que pusieron en vilo al espectador en las recordadas cintas como Apollo XIII, de Ron Howard, o incluso «Gravity», dirigida y producida por Alfonso Cuarón que se hizo acreedora de siete premios Óscar de la academia.
A pesar de su modesto presupuesto, Matryoshka, ya está recogiendo sus frutos. Recientemente fue galardonada con el premio «Volna de Oro» en el pasado festival internacional de Cine Ruso Volna celebrado en la ciudad de Alicante.
Hace un par de semanas coincidí con la actriz María Ivanova en Madrid. Ella, de origen búlgaro, es una de las protagonistas del cortometraje. Ivanova interpreta el papel de la capitana Svetlana Petrova. Sobre el galardón me confesó:
«Para mí ha sido una gran sorpresa y estoy muy agradecida al Festival Volna porque nos ha aportado mucha alegría. Y claro siempre que a uno le reconocen tu trabajo es una alegría».
Papeles en las series «Aquí no hay quién viva», «Aída», Arrayan» forman parte del currículum de esta bella actriz quien también figura en el reparto de las películas «El violín de piedra», de Emilio Ruiz Barrachina y la aún sin estrenar «Yerma».
Sobre ese desconocido cine ruso en España, manifiesta:
«Sí, es un tanto desconocido, pero tiene mucho potencial. La verdad es que vi una película en el festival de cine ruso que se llama «Batallón» que también fue espectacular. Una película que te deja sin aliento. Hay mucho talento.
Tras proyectarse en multitud de festivales, Matryoshka emprenderá vuelo a Moscú: «Sí, nos han invitado de la Asociación de Cineastas de Moscú. Su director ha visto la película y nos ha pedido ir para allá. Iremos encantados».
Matryoshka ha trascendido fronteras tanto así que la prensa moscovita se ha hecho eco del singular cortometraje y ha realizado varios reportajes y entrevistas a sus protagonistas, incluido al «culpable» de la cinta: Fran Kapilla.
Una semana después, tras el revuelo mediático, el joven talento malagueño, me comentó exultante:
«Me ha puesto muy contento recibir este primer premio de manos de la comunidad rusa porque de alguna manera ellos eran los que más atentos estaban a nuestra creación paso a paso. Hace unos meses, cuando apenas nos conocía nadie, las diferentes asociaciones eslavas que hay en España nos miraban con cierto recelo y nos preguntaban que por qué rodábamos en ruso y con parte de su historia, que no lo podían entender demasiado, que si teníamos familiares rusos.
Pero después se dieron cuenta que el arte no tiene fronteras, que sentíamos la necesidad de contar esta historia sin importar nacionalidad. Por eso, recibir este premio de manos rusas es un símbolo total y absoluto de hermandad entre los pueblos.
En el rodaje hemos participado personas españolas, rusas, ucranianas, francesas y búlgaras; y todos sabemos que hoy día vivimos tiempos difíciles con los conflictos, por eso, este cortometraje no es sólo una historia del espacio, es también una historia de colaboración por y para el arte».
Matryoshka aún no podrá verse en Madrid por el momento.
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