1. Els Enfarinats de Ibi
Como cada 28 de diciembre la ciudad alicantina de Ibi acoge la batalla dels Enfarinats (los «enharinados»). Esta fiesta, con más de 200 años de antigüedad, cuenta con dos bandos rivales que se baten por el poder local a base de huevos, harina y mucha pólvora. No están locos… pero lo parecen. Por un día dan un golpe de estado, toman el poder, imponen sus propias leyes e impuestos y se enfrentan a la oposición hasta que todos están bien rebozados y sus uniformes militares se han vuelto de color blanco. Los enfarinats son una experiencia para todos los sentidos en pleno invierno. Si no los habéis vivido, ya tardáis en reservar un vuelo a Alicante.
2. La batalla de las Naranjas en Ivrea
En Italia no se andan con chiquitas. Aquí en Carnaval se baten a naranjazo limpio así que si os animáis a vivir el cítrico carnaval de Ivrea (al lado de Turín) id bien protegidos si no queréis volver a casa llenos de cardenales. Esta fiesta que se celebra cada año en febrero conmemora la rebelión de la gente contra el tirano Raineri di Biandrate, que instauro el infame derecho de pernada (vamos, que se podía acostar con cualquier novia en la noche de bodas). Los participantes se dividen en dos bandos: el que se pasea a bordo de un carro por la ciudad y que representa a los hombres del emperador, y el que va a pie y que representa al pueblo… que es el que se dedica al lanzamiento de naranja. Por lo visto en sus inicios los proyectiles eran judías, pero en el siglo 19 se cambiaron por naranjas, más grandes y más jugosas, según recoge skyscanner.
3. Guerra de merengue y caramelos en Vilanova y la Geltrú
Por lo visto, en el Mediterráneo nos gusta jugar con la comida porque cada año en Carnaval los vecinos de Vilanova y la Geltru toman las calles y plazas para arrojarle merengues a todo lo que se mueva, sin piedad. Parece ser que los vilanovins no se tomaron muy bien la prohibición del Carnaval por parte de Franco y decidieron protestar cada año el jueves antes de la Cuaresma usando todo tipo de dulces como armas. Por si esto no fuera suficiente, el domingo el pueblo se convierte en un campo de batalla en que los caramelos (cuando más duros mejor) vuelan de un lado a otro. Y hablando de volar, Vilanova i la Geltrú está cerca de Barcelona.
4. Campeonato de tartazos en Inglaterra
En el pueblecito inglés de Coxheath se inspiraron en la broma clásica del tartazo de nata en la cara para crear el Campeonato Mundial de Tartas de Nata. Eso sí, aquí hay un orden para cada cosa. Cada mes de mayo los participantes se dividen en equipos de cinco y en función de en qué parte de tu contrincante des te llevas más o menos puntos. La originalidad del lanzamiento también cuenta… Id entrenando porque ya queda menos.
5. Uvas arrojadizas
Con una cultura enológica importante, en varios puntos de la geografía española se organizan todo tipo de luchas que empiezan con el lanzamiento de uvas y acaban con todo el personal oliendo a mosto y con la ropa de color vino. Algunos de los más interesantes son la Batalla del Vino de Haro en la Rioja (29 de junio), en la que todos los participantes -vestidos de blanco y con un pañuelo rojo al cuello- son literalmente bañados en vino hasta que quedan completamente morados. Mientras que en la Raimà de la Pobla del Duc en Valencia (finales de agosto) la muchedumbre se arroja unos 90 toneladas de uva garnacha para celebrar el fin de la vendimia y deshacerse de las uvas que han sobrado. Y algo parecido hacen en Els Trepitjadors en Binissalem, Mallorca.
Batalla del Vino en Haro