No hace falta ser científico ni explorador

Vacaciones en el Fin del Mundo: La Antártida para turistas

Escenarios imprescindibles y consejos prácticos para un viaje que hay que hacer una vez en la vida

Vacaciones en el Fin del Mundo: La Antártida para turistas
Pingüinos emperador. EP

Cada año, algunos privilegiados pueden visitar el polo Sur con toda clase de comodidades con White Desert

Los viajes a la Antártida han sido siempre un mito. En el pasado, sólo héroes y aventureros se atrevieron a explorar el continente helado.

Hoy, gracias a los rompehielos, los viajeros pueden disfrutar de un viaje confortable y descubrir las maravillas naturales que el continente esconde.

El polo Sur es un inmenso desierto de hielo blanco, y, aunque el paisaje es absolutamente extraordinario, nada tiene que ver con un paraíso donde pasar unas idílicas vacaciones.

A pesar de todo, siempre hay quien quiere aventurarse en su interior para vivir una nueva experiencia.

La empresa de aventuras White Desert permite viajar, a este lugar, con todo tipo de comodidades.

En ese caso, el vuelo se realiza con un avión privado intercontinental Illuyshin 76 desde Ciudad del Cabo a través del océano del Sur para aterrizar en la pista de hielo de la Antártida.

Su exclusivo campamento está formado por varias tiendas de campaña de lujo que funcionan con energía solar y eólica, y están hechas de paneles de fibra de vidrio resistente a los fuertes vientos de la Antártida.

Tienen seis metros de diámetro y mantiene el calor en el interior con una estufa central y alfombras de piel. Incluyen una cama doble, un escritorio y un baño privado.

El resto del campamento se compone de un container-cocina y dos tiendas de campaña: una para guardar el material, y otra como sala de estar y comedor donde relajarse y disfrutar de la comida hecha por un chef profesional.

Guía práctica para viajar a la Antártida

  • Visado. No se requiere visado, pero sí un permiso de los turoperadores, yates, investigadores y visitantes independientes de los países pertenecientes al Tratado Antártico.
  • Viajeros responsables. De cara a conservar el ambiente prístino de la Antártida (decenas de miles de personas visitan cada año los mismos lugares), las directrices de protección del Tratado Antártico para los visitantes son sencillas. Además, es esencial reservar con un operador turístico ecológicamente responsable para minimizar la contaminación en el mar y en tierra. Las sanciones por incumplir las directrices pueden acarrear multas (hasta 8.000 euros para ciudadanos estadounidenses e incluso pena de cárcel para británicos).
  • Cuándo ir. La temporada de los circuitos antárticos dura unos cinco meses (de noviembre a marzo), cada uno con sus momentos álgidos. A finales de temporada suele haber menos gente en los cruceros y menos fauna en tierra firme.
  • Cuándo reservar. Se aconseja reservar entre enero y mayo, aunque en cualquier caso con antelación suficiente a la época en la que se tenga planeado viajar. Los circuitos se copan enseguida; cuanto antes se reserve más posibilidades hay de elegir los mejores alojamientos y de encontrar descuentos.

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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