En Australia, un chico de 12 años se enfadó tanto tras discutir con su madre que le quitó las tarjetas de crédito a sus padres y se marchó de vacaciones a Bali (Indonesia) porque «quería emprender una aventura», según explicó en un programa de televisión este 23 de abril.
Con la intención de llevar a cabo su plan, ese niño engañó a su abuela para que le diera su pasaporte y, con las tarjetas de sus progenitores, compró un vuelo Sídney-Denpasar —la capital de Bali— y reservó una habitación en un hotel de cuatro estrellas.