El turista aventurero

Wadi Rum: El Valle de la Luna

El imponente paisaje de Wadi Rum es un espectáculo que no debe perderse ningún visitante que venga a Jordania.

Este es un lugar estupendo, en el que parece que el tiempo se ha detenido, prácticamente inalterado por el hombre y sus fuerzas destructivas. Aquí, el agua y el viento han labrado los imponentes y elevados rascacielos, que con tanta elegancia describía T.E. Lawrence: «Inmenso, solitario… como tocado por la mano de Dios».

Un laberinto de paisajes de rocas monolíticas se erige desde el suelo del desierto hasta los 1.750 metros de altura, creando un reto natural para los escaladores experimentados.

Los excursionistas pueden disfrutar de la tranquilidad de los espacios vacíos y sin límites, explorar los cañones y los depósitos de agua y descubrir los dibujos de las piedras que datan de 4.000 años atrás, además de otros espectaculares tesoros que posee este impresionante desierto.

También conocido como ‘El valle de la luna’, este es el lugar en el que el príncipe Faisal Bin Hussein y T.E. Lawrence establecieron su sede durante la Revolución Árabe contra los otomanos en la Primera Guerra Mundial; sus hazañas están íntimamente ligadas a la historia de este impresionante lugar.

Hay varias posibilidades para explorar Wadi Rum. Los visitantes deben dirigirse al Centro de visitantes en el que, además de las instalaciones propias para visitantes, pueden alquilar un vehículo 4×4 con un conductor/guía y recorrer Wadi durante dos o tres horas, explorando algunos de los lugares más conocidos.

También se puede alquilar un camello y un guía. La duración del viaje se puede fijar con anterioridad en el Centro de visitantes, al igual que las estancias bajo las estrellas en tiendas de campaña beduinas, donde disfrutará de una comida tradicional al amor de la lumbre amenizada con música árabe.

Cuando el transporte se haya organizado, hay varias excursiones disponibles: al puente de piedra de Burdah, el más alto en Wadi Rum, a través de los Siete pilares de la sabiduría y muchos otros lugares interesantes. Se puede emplear un día entero en coche o un día y una noche si se va en camello. Existen muchas rutas alternativas; pregunte a su agente de viajes o infórmese directamente en el Centro de visitantes.

El pueblo beduino que habita la zona todavía mantiene su estilo de vida semi nómada. Los beduinos son hospitalarios y acogen al visitante con alegría, invitándole a menudo a tomar un café o a comer.

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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