Este mundo está lleno de gente curiosa que hace cosas muy raras. Hace unos días se informó sobre cómo un camarero en pruebas había robado en varias sidrerías las cuentas de las comida más caras, para después esfumarse. Por lo visto, el truco del acusado, que se hace llamar Javier, consistía en ganarse la confianza de sus jefes en los dos primeros días de trabajo, según sq.
Han sido tres los establecimientos que han alertado sobre este presunto estafador. «Se llevó hasta el ticket de la comida para no dejar prueba alguna», lamentan desde una de las sidrerías afectadas, en las que había estado de prueba durante un fin de semana antes de dar el palo. El presunto delincuente se aprovechó de que servía en una mesa cuya cuenta ascendía a cifras considerables para huir con la cantidad abonada, sin dejar rastro.
Por lo visto, el presunto estafador se presentaba como un experimentado camarero en busca de un nuevo trabajo. «En un par de días demostraba bastante, trabajaba bien», ha afirmado una de sus víctimas. Precisamente este buen trabajo, traducido en una creciente confianza por parte de sus jefes, permitía al acusado servir la mesa más cara sin levantar sospechas.
Además, al conocerlo de apenas dos días, los establecimientos afectados descubren demasiado tarde que no disponen de más información personal del sujeto, cuyo nombre podría perfectamente ser también falso.
La noticia ya de por sí es interesante, por lo estrambótico del método utilizado por este presunto estafador… pero nos quedamos con el tuit de @daniarguello85, que ha destacado una serie de comentarios a la noticia que no tienen desperdicio:
