Con arroyos cristalinos, dingos salvajes y un fabuloso avistamiento de ballenas en alta mar, dos días en la isla Fraser , Australia, están llenos de momentos inolvidables junto a la naturaleza.
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La isla Fraser es la isla de arena más grande del mundo, declarada Patrimonio de la Humanidad, y está en constante evolución y colmada de bellezas naturales como lagos de color turquesa y esmeralda, arroyos serpenteantes y playas de arenas blancas. Las tribus aborígenes Butchulla conocían a la isla Fraser como K’gari o «paraíso», y después de 48 horas aquí sabrá por qué.
DÍA UNO
Realizar un paseo en cuatro ruedas a una laguna insular
Si se aloja en el Kingfisher Bay Resort, comience el día nadando en la playa del complejo antes del desayuno en Maheno Restaurant allí mismo. Luego de principio a la exploración de esta isla de arena de 184 000 hectáreas alquilando un vehículo 4×4 con 2 a 5 asientos, que ofrece comentarios en inglés, francés, alemán, italiano y coreano. Conduzca por caminos arenosos hasta el resplandeciente lago McKenzie, con costas blancas, tibias y suaves al tacto debido a la fina arena de sílice.
Después de un baño de agua fresca inolvidable, regrese al complejo turístico para un almuerzo informal en Sandbar, con vistas al Great Sandy Strait que divide la isla Fraser de tierra firme.
Realice una excursión de avistamiento de ballenas en Hervey Bay
En temporada, entre agosto y octubre, las aguas protegidas de Hervey Bay, en las costas de la isla Fraser, son visitadas por gran cantidad de ballenas jorobadas, incluidas muchas madres y sus ballenatos recién nacidos, convirtiéndola en uno de los lugares más confiables para ver ballenas en Australia. Si tiene suerte, las curiosas criaturas se acercarán al bote de su excursión y podrá ver sus cuerpos enteros en el cristalino océano azul.
Para un día diferente al aire libre, reserve una excursión en segway de una hora de duración por la costa oeste de la isla con un guardaparques de Kingfisher Bay Resort. Luego termine el día con una comida romántica en Seabelle, el restaurante del complejo, donde se destacan ingredientes nativos como el tomate del monte y el canguro ahumado.
DÍA DOS
Realizar una excursión Beauty Spots Tour
La mejor forma de ver esta isla declarada Patrimonio de la Humanidad es realizando una excursión Beauty Spots Tour en vehículo 4×4 con un guardaparques de Kingfisher Bay Resort. En Pile Valley, paseará por los bosques de árboles satinay y bojes cepillo, que alcanzan los 40 metros de altura, seguirá el arroyo Wanggoolba en la Estación Central antes de disfrutar de un picnic de almuerzo en uno de los sitios más atractivos de la isla Fraser, quizás con vistas al Lago Wabby de tono esmeralda que gradualmente está siendo devorado por la dispersión de arena.
También conducirá por la playa del este de 120 kilómetros de extensión, pasando por el naufragio del Maheno, un barco que encalló en 1935, y luego se detendrá para deslizarse por el cristalino arroyo Eli.
Tome un vuelo desde la pista que se encuentra en la playa
Si tiene tiempo por la tarde, sobrevolar isla Fraser en un vuelo corto panorámico es una forma emocionante de observar su belleza natural, a medida que el avión despega y aterriza en la playa.
Si, en cambio, le atrae más la idea de relajarse, entonces reserve un masaje o tratamiento en el salón Kingfisher Natural Therapies. Luego continúe con una tabla de quesos y tragos al atardecer en el Jetty Hut del resort, antes de finalizar el día con una Caminata nocturna guiada por un guardaparques, centrando la atención en animales nocturnos como el petauro del azúcar en el bosque circundante.
Fuente: Turismo de Australia
