Viajes y placer

Qué ver y hacer en Munich

Qué ver y hacer en Munich
Fiesta de la cerveza en Múnich 3.jpg

Munich, la capital de Baviera es mucho más que un Oktoberfest, es una urbe próspera y poco bulliciosa, pero no por ello aburrida. Al contrario. Existen una y mil formas de disfrutar de la tercera ciudad de Alemania, tras Berlín y Hamburgo. Skyscanner te ofrece nueve maneras de disfrutar la ciudad.

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Cruzar las tres puertas de Múnich

Como buena ciudad europea que no quería ser invadida ni por bárbaros ni por vecinos, en la Edad Media Múnich estuvo protegida por una maciza muralla que, por aquel entonces, tenía cuatro puertas. Hoy han sobrevivido tres: Karlstor (situada en una plaza apodada por los lugareños Stachus), Isartor y Sendlinger Tor. Esta última es la más antigua y era la que solían atravesar los mercaderes italianos cuando venían a comerciar. Si quieres echarle un vistazo, la encontrarás al sur del casco viejo, uno de los lugares más interesantes para visitar.

Almorzar en la Hofbräuhaus

La Hofbräuhaus es esa cervecería-restaurante por la que todos tus familiares y amigos a los que has pedido consejo sobre Múnich te han recomendado pasar. Sí, esa del nombre que eran incapaces de pronunciar correctamente. Encontrarás esta institución a tiro de piedra de Marienplatz. Entra, consigue sitio en una de sus mesas corridas y pide una ración de codillo (schweinhaxn en alemán) con una jarra de cerveza de litro o maß y, ¡a por él! No esperes un local tranquilo, este lugar es enorme y muy ruidoso, un salón gigante donde los alemanes cantan animadamente, y en el que a no pocos les da por brindar. Si te animas con eso… ¡cuidado! las robustas jarras que utilizan son más frágiles de lo que parecen (y si rompes una la tendrás que pagar). Avisado quedas.

Ver la Danza de Cooper en Marienplatz

Marienplatz viene a ser la plaza mayor de Múnich, el corazón de la ciudad y otro de los lugares que visitar. El capricho arquitectónico en el que se ubica el Neues Rathaus o Nuevo Ayuntamiento, un exquisito edificio neogótico a cuyo carrillón se asoman unos muñequillos para ejecutar la Danza de Cooper. Lo hacen diariamente a eso de las 11h, las 12h y las 17h. Son fáciles de encontrar: donde todo el mundo mira para arriba, ahí están.

Comer un Brezn/Brezel

Hay quien dice que existen dos tipos de personas: las que se comen el Brezel (Brezn en bávaro) con la sal, y las que se la quitan. Cómprate uno de estos panecillos con forma de lazo -los encuentras en los lugares más típicos para visitar de Múnich- y descubre a qué grupo perteneces tú.

Surfear la ola del Eisbach

Para sorpresa de muchos, Múnich es un destino de surf. Si ves gente en el metro que va descalza, viste neopreno y lleva una tabla debajo del brazo, no te asustes: ni es el fin del mundo ni se han vuelto todos locos. Van al Englischer Garten, un gigantesco parque en pleno centro de la ciudad donde, entre otras cosas, encontrarás una de las pocas olas fluviales de Europa y una de las cosas que ver que te sorprenderán como pocas. Todo un espectáculo que hará las delicias de los más aventureros.

Pasear por el Olympiapark

Si el deporte te interesa, pero no lo suficiente como para intentar surfear un río alemán (algo sumamente comprensible), lo mejor que puedes hacer es pasar por el Olympiapark o Parque Olímpico de Múnich. Uno de los edificios más representativos de este recinto construido entre 1965 y 1968 es quizá la Olympiaturm, una torre con casi 300 metros de altura (291, para ser exactos) que es la más alta de la ciudad (aunque no la que tiene las mejores vistas). Si siempre soñaste con comer o cenar en un restaurante giratorio, en ella podrás hacerlo: sube hasta su metro 181.

Beber una Weißbier

La cerveza por excelencia de Baviera en general y de Múnich en particular es la Weißbier, como llaman en Múnich a la cerveza de trigo. El resto de los mortales alemanes le dicen Weizenbier. No te puedes ir de la ciudad sin probarla, en el garito que quieras, el que más rabia te dé. Tú decides qué hacer.

Perderte por los mercados de Navidad

¿Viajas a Múnich en diciembre? Pues prepárate para un atracón de Navidad porque encontrarás el lugar repleto de mercados, mercaditos y mercadillos. Maravíllate con las artesanías de sus puestos, comete una Bratwurst (salchichas típicas) o unas frutas envueltas en chocolate, y calienta cuerpo y corazón con una buena taza de Glühwein, ese vino especiado y caliente que tanto cuesta meter al principio pero que tanto engancha al final. Una de las 10 cosas que hacer en la ciudad alemana.

Ver la puesta de sol junto al río Isar

Hazte con una pizza y un par de cervezas -por ejemplo, en el quiosco del puente Reichenbachbrücke (metro: Fraunhoferstraße), abierto 23 horas al día-. Toma una chaqueta o chaquetón dependiendo la época del año y baja hasta la ribera del río Isar para disfrutar del atardecer. Una forma muy muniquesa y muy perfecta de ponerle el broche de oro a un día o unas vacaciones fantásticas y uno de los incomparables lugares para visitar.

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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