Aunque la felicidad es un concepto abstracto y depende de cada sujeto, todos compartimos criterios básicos comunes. La felicidad compensa en altura lo que le falta en longitud», dijo Robert Frost. Lo cierto es que aunque sepamos reconocerla más a toro pasado que percibirla como un estado de ánimo presente, su fórmula casi mágica varía según la persona, tratándose de una medida compleja que no abarca solamente la holgura económica o la riqueza material, sino que la salud, la libertad, la autorrealización o el apoyo social son factores muy importantes, según recoge Andrea Núñez-Torrón Stock en ticbeat.
De hecho, aunque el dinero puede ser un indicador crucial de la felicidad en los niveles de ingresos más bajos, los estudios han encontrado que a medida que aumentan los ingresos, la riqueza se convierte en una parte menos importante de la ecuación general de la felicidad. Los datos de un estudio publicado en 2016 en la revista Social Psychological and Personality Science tras encuestar a 4.500 personas sobre si preferían el tiempo o el dinero mostraron que dos tercios (64%) optaban por el dinero, pero las personas que elegían el tiempo resultaban ser más felices. Además, una cuarta parte de los encuestados que eligieron la riqueza material cambiaron de idea un año después.
Hoy queremos planear sobre el globo terráqueo y echar un vistazo a los países que son más y menos felices según se desprende del informe World Happiness Report 2018. Las seis variables clave utilizadas por los investigadores para elaborar este documento incluyen PIB per cápita, esperanza de vida saludable, apoyo social, libertad de elección, generosidad y percepción sobre la corrupción. Es decir, poder tomar las riendas sobre el rumbo de su vida, tener familiares y amigos con los que poder contar en caso de apuro, problemas o tristeza o poder donar a organizaciones benéficas son claves importantes.
Finlandia, Noruega, Dinamarca e Islandia son a menudo conocidas como las «superpotencias de la felicidad». No solamente comparten ubicación geográfica y acaparan los puestos más elevados de la lista, sino que destacan por sus políticas de igualdad, elevados ingresos, estado del bienestar y elevada carga fiscal para financiar servicios públicos como educación y atención médica. De todas estas regiones nórdicas, Finlandia se lleva la palma al alzarse con el primer puesto en materia de felicidad.
En las primeras posiciones destacan países como Canadá, Suiza, Nueva Zelanda, Suecia o Australia. Destacan presencias como la de Costa Rica, el país más feliz de la región de América Latina, pese a la persistencia de los problemas de desigualdad de ingresos. Aunque tiene un PIB per cápita más bajo que otras entradas de alto rango, el país lo ha compensado con creces a través del apoyo social, invirtiendo una parrte significativa del PIB en educación y salud, algo que se suma al hecho de albergar una cultura que forma redes sociales sólidas de amigos, familias y vecindarios.
Por otro lado, 18 de los países menos felices se concentran en el continente africano. El PIB per cápita varía intensamente entre ellos, mientras que una gran parte de ellos adolece de gran falta de libertad en general. Un aspecto positivo es que el apoyo social es relativamente estable y ha habido mejoras constantes a lo largo del tiempo. El informe destaca que los países menos felices del mundo son la República Democrática del Congo, India, Niger, Uganda y Benín.
También cabe señalar que la felicidad global se había visto mermada en los últimos años debido al efecto dominó desencadenado por la crisis financiera de 2008. Ahora, en 17 lugares de África Occidental se puede percibir la mejora, mientras que en otros lugares como Venezuela se aprecia un bajón debido a los choques sociopolíticos y la dramática hiperinflación.
