Berlín no es realmente una ciudad cara. Pasar una noche de hotel en la ciudad puede ser incluso algo más económico que hacerlo en Madrid o Barcelona; y comer fuera, o disfrutar de una cerveza, también tiene un precio similar. Dividida durante décadas, Berlín es una ciudad de contrastes que nos sorprenderá. Rumbo nos ofrece una guía básica de la otrora capital del Reino de Prusia.
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Cómo llegar
La forma más habitual y económica de llegar a Berlín es hacerlo en avión.Desde los principales aeropuertos españoles encontraremos vuelos a la capital alemana, tanto con aerolíneas de bajo coste como con compañías convencionales. Transporte público En una ciudad de las dimensiones de Berlín, el transporte público cobra una dimensión especial.
Hay varias opciones, entre ellas el metro U-Bahn, el tranvía, el autobús o el ferry (gestionados por la BGV, la empresa de Transportes Públicos Berlineses) o los trenes suburbanos de la S-Bahn.
Los autobuses número 100 y 200 pasan por los puntos más destacados, como Alexanderplatz o el zoo; y hay algún suburbano -siempre van por la superficie- que también nos ofrece buenas vistas de la ciudad. Hay que tener en cuenta que la ciudad se divide en tres zonas tarifarias: la A, en el anillo del S-Bahn, en el centro de la ciudad; la zona B, que llega hasta el límite y la C, ya fuera de la ciudad, pero que incluye lugares como Postdam o el Aeropuerto de Schönfeld.
Se pueden comprar billetes combinados o la Berlin Welcome Card, que incluye el transporte e importantes descuentos en muchos museos, puntos de interés e incluso en restaurantes. Los billetes se canjean en el andén, antes de subir.
Qué ver en Berlín
-La Puerta de Brandenburgo: Napoleón o Hitler escenificaron en el gran icono berlinés su entrada a la ciudad, y es donde acaba la Maratón de Berlín, para muchos la mejor del mundo.
-El Muro de Berlín: Junto a la Puerta de Brandemburgo, el otro gran icono berlinés, del que tan solo quedan unos metros dispersos. No podemos perdernos el famoso paso fronterizo del Checkpoint Charlie, la East Side Gallery y el Gedenkstätte Berliner Mauer, el Memorial -la entrada es gratis-.
-Reichstag: Otro edificio histórico es la sede del Bundestag, el Parlamento Alemán, donde no podemos perdernos su cúpula, que ofrece una de las mejores panorámicas de Berlín. La entrada es gratis, aunque hay que registrarse.
-La Isla de los Museos: La Museumsinsel es una isla en el río Spree, declarada Patrimonio de la Humanidad gracias a la presencia del Museo de Pérgamo, el Museo Antiguo, el Museo Nuevo, el Bode Museum y la Galería Nacional Antigua. Además, allí encontramos la catedral.
-Alexanderplatz: la plaza más destacada de Alemania Oriental, presidida por la elevadísima Fernsehturm, la torre de televisión, a la que podemos sufrir para disfrutar de sus panorámicas. Si andamos por la Karl Marx Allee conoceremos la arquitectura socialista.
-Tiergarten: Es el parque más conocido de Berlín, ideal para reposar un poco entre visita y visita o para recorrerlo en bici. La avenida del 17 de junio, columna de la Victoria incluida, lo atraviesa. En Tiergarten también está el zoo de la ciudad.
Gastronomía Carne y cerveza son las grandes protagonistas de la gastronomía berlinesa
Junto a la cerveza rubia y la carne de cerdo suelen aparecer las patatas, normalmente en puré (el famoso chucrut), aunque no es de extrañar que nos las sirvan fritas. Como en toda gran ciudad, no nos costará nada encontrar por la calle un restaurante alemán que se adapte a nuestros gustos gastronómicos y a nuestro presupuesto.
En los restaurantes típicos llama la atención la decoración, muy recargada, y con la madera jugando un papel destacado. Lo más habitual es elegir como entrante un puré de verduras, una ensalada o una tabla de embutidos, aunque los principales son consistentes así que con un plato es fácil que comamos bien.
No podemos perdernos el Kassler, un filete de cerdo con chucrut, ni el codillo de cerdo con bolas de carne picada y salsa de mostaza. Las salchichas también son muy famosas.
La más conocida es la currywurst, a la parrilla con salsa de tomate, curry y patatas fritas. Las salchichas podemos comerlas en los puestos callejeros, siendo el Curry 36 el más conocido.
Acabamos mirando hacia los kebabs, que para sorpresa de muchos nacieron en la capital alemana en los años 70 de la mano de un inmigrante turco en el Berlín Occidental.
Tampoco nos costará mucho dar con un kebab por las calles de Berlín, aunque os vamos a recomendar alguno de los más destacados: el Sofra Grill, con su terraza cubierta y servicio a domicilio; Mustafa’s Gemuse Kebab, junto al Curry 36; el Vöner, vegetariano que también ofrece hamburguesas veganas; o Imren Grill, conocido por su uso de las salsas que le da un sabor especial.