Con tan solo 0,44 kilómetros cuadrados y menos de 800 habitantes, la Ciudad del Vaticano puede presumir de ser el país más pequeño del mundo sin salida al mar.
Ciudad-estado dentro de la eterna Roma, la Ciudad del Vaticano o, simplemente, el Vaticano es minúscula, pero muy rica. De hecho, su conjunto arquitectónico e histórico (que es prácticamente toda la ciudad) fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1984.
Es imprescindible visitar la riquísima colección de arte que guardan sus Museos Vaticanos. Incluso la imponente Basílica papal de San Pedro que, paradójicamente, con 193 metros de longitud y 44,5 de altura es la iglesia cristiana con el interior más grande del mundo.
Para que te hagas mejor idea del tamaño del país, solo la Basílica de San Pedro con su preciosa y enorme plaza suponen el 20% del territorio del estado que, por tanto, también puede presumir de ser el territorio independiente más urbanizado del mundo.
