Fundada en el 500 para huir de las invasiones bárbaras, alrededor del año 1000 se convirtió se convirtió en una de las ciudades más potentes de Europa.
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A partir de los primeros asentamientos en las islas de Torcello, Iesolo y Malamocco, la ciudad se desarrolló sucesivamente en 118 islas, hasta convertirse en un importante centro político, cultural y comercial.
Como testimonio del poder de la República Marítima de Venecia hoy en día e sposible admirar las espléndidas plazas, los puentes y los palacios cuyos interiores custodian obras atemporales de Giogione, Tiziano, Tintoretto, Veronese y muchos otros.
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El lugar más famoso de Venecia es sin lugar a dudas Piazza San Marco, en cuyo centro surge majestuosa la homónima Basílica de San Marco con sus famosas cinco cúpulas. Los caballos de bronce que dominan la puerta principal fueron transportados a Venecia desde Constantinopla después de la Cuarta Cruzada (1204). Su interior aparece revestido de mosaicos sobre un fondo de oro que representan distintos episodios de la Biblia. Fue la capilla de los Dux o Dogos (en italiano Dogi) de Venecia.
Junto a la Basílica surge el Palacio Ducal. Los dos edificios están unidos por la Puerta de la Carta. El Palacio Ducal fue la sede durante siglos del gobierno más importantes de Europa, que desarrollaba sus funciones en la espléndida Sala Mayor del Consejo. El Campanario de San Marcos, realizado en 1173, fue reconstruido frente al Palacio Ducal después de su derrumbe en 1902. En la pequeña logia del campanario de mármol rojo de Verona se pueden admirar los bajorrelieves que reproducen las empresas de la República del León.
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De gran impacto son los puentes de la «Serenísima», en particular el Puente de Rialto y el Puente de los Suspiros, mientras que entre los lugares y las iglesias que hay que visitar destacan el Arsenal del siglo XII (el mayor del mundo), la basílica de Santa María de la Salud, la basílica de Santa Maria Gloriosa dei Frari y las varias sinagogas del Gueto. Los barrios que hay que señalar son Canareggio y la Guidecca, actualmente objeto de revalorización con la inclusión de numerosas actividades artísticas.
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Venecia es famosa por sus cafés históricos, como el Florian, por sus exposiciones y sus museos como la Ca’ Rezzonico, las Galerías de la Academia y el Peggy Guggenheim y también por ser la sede de importantes festivales como el del Cine o las Bienales de arte, música y danza. Precisamente a la música lírica se dedica uno de sus monumentos más célebres: el Teatro de la Fenice, que alberga el Festival Internacional de Música Contemporánea.
Situada en el extremo de un mar cerrado, la laguna es objeto de grandes oscilaciones del nivel de sus aguas, lo que provoca fenómenos opuestos como desbordamientos que periódicamente inundan las plazas o el agua baja, que impide la navegación de los canales menos profundos.
Algunas de las metas turísticas importantes en las lagunas son Murano y Burano donde aún hoy en día se puede admirar el arte del vidrio en las bodegas artesanales. La isla del Lido es una famosa localidad de vacaciones, sede del célebre festival cinematográfico, un evento que, por su notoriedad, es comparable sólo al Carnaval.
Venecia es un museo al aire libre que fluctúa en la laguna. Se puede recorrer toda ella a pie a través de las características «calli», los «campi» y los «campielli» (las calles, las plazas y las plazuelas) y a través de sus magníficos puentes; se puede visitar en barca, a bordo de sus típicas góndolas o usando el transporte marítimo público, como los «vaporetti», que permiten admirar la belleza de sus palacios más conocidos, yendo de un extremo al otro de la ciudad a lo largo del Gran Canal.