El régimen de Nicolás Maduro se mantiene en el poder única y exclusivamente por el miedo y el terror que ha sembrado en todos los venezolanos.
El miedo nos toca la puerta todos los días por alguna razón, desde el más estúpido al más relevante motivo. ¿A qué me refiero con esto? A que no TODOS salen a las calles porque el régimen tiene a sus colectivos armados en cada esquina. Los militares no se terminan de alzar porque unos temen perder sus privilegios y otros simplemente tienen miedo de estar en la cárcel y no poderles llevar algo de comida a sus familiares.
Ayer en la alocución de Maduro, cuestionablemente «en vivo», amenazó a mansalva a todos los funcionarios militares que apoyen al Presidente (e) Juan Guaidó. Por sorpresa para muchos, durante todo el día no se sabía de Maduro, ni por las redes sociales hizo acto de presencia. Al final de la noche, y solo después del mensaje emitido por Guaidó, apareció en cadena nacional. Su discurso fue «más de lo mismo», las tomas de apoyo que aparecieron en pantalla y su reloj cuestionaron su aseveración de estar transmitiendo en vivo.
Asimismo, Maduro mostró unas imágenes que usó como «pruebas» de que los militares que se alzaron fueron «engañados» por algunos superiores. En los videos, aparecieron militares muy jóvenes. En medio de toda la confusión, lo único que más destaca es el miedo en sus ojos.
De igual manera, en la tarde de ayer el Ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, dio unas declaraciones diciendo que toda la Fuerza Armada Nacional Bolivariana respaldaba a Maduro. Pero de los 2.000 generales que tienen las fuerzas militares del país solo acompañaron al ministro unos cuantos y de rangos medianos.
En cuanto a Guaidó, apareció muy temprano en las afueras de la base aérea militar La Carlota. Nos sorprendió a todos porque se encontraba acompañado por Leopoldo López, quien tenía desde hace unos años casa por cárcel. También, lo escoltaban funcionarios militares. De pronto, todos despertamos con esperanzas. Nos dieron luz verde para activar la «Operación Libertad». Su objetivo, era tomar la base aérea, pero de nuevo fue un intento fallido y tuvieron que retroceder a la plaza Altamira, que sigue siendo estandarte de la oposición venezolana.
Nuevamente, hubo heridos, muertos, gente desesperada en la calle llorando y pidiendo a gritos que cese la usurpación de Maduro, se registraron inclusive personas atropelladas por tanquetas militares.
A su vez, los chavistas se reunieron en Miraflores para defender al gobierno. Esta vez, con menor presencia popular y con la ausencia de Maduro.
Al final de la tarde, continuaron los disturbios y detonaciones en sectores focalizados en todo el territorio nacional. Más tarde, reinó el silencio, la incertidumbre, la tensa calma y Venezuela se fue a dormir desconcertada, algunos con menos esperanzas y otros, más decididos de continuar en las calles para acabar con esta real pesadilla.
Otro aspecto relevante en esta historia que se escribe en Venezuela, es el papel de las redes sociales. Han sido fundamentales y han tenido un rol protagónico. Pero, UN GOBIERNO NO CAE A TRAVÉS DE LAS REDES SOCIALES.
Si bien es cierto, el régimen se le acaba su llama poco a poco y cada día se ve más quebrada. En mi opinión, se siguen cometiendo errores de liderazgo en la oposición venezolana. El régimen, ha jugado muy sucio en todos estos años. Psicológicamente, nos han dañado, han sembrado mucho miedo y eso los mantiene en el poder.
No han quitado demasiado. Nos quitaron los medios para comprar comida, entonces ellos nos «ayudan» con una caja de alimentos de peor calidad que algunos alimentos para perros (este beneficio no lo tienen todos los venezolanos, sino algunos privilegiados). Nos quitaron la posibilidad económica de adquirir vivienda, pero el gobierno creó la Misión Vivienda que ha «ayudado» a casi 3 millones de venezolanos que no cuentan con esos recursos económicos para tener un techo digno. La hiperinflación más grande la historia nos hunde cada día, pero el régimen de Maduro le regala limosna a muchos venezolanos para que compren «algo»…. Claro! Nos quitan hasta las ganas de seguir adelante, pero debemos agradecerles!!!
Simón Bolívar, nuestro principal prócer de la independencia, dijo alguna vez: «Un pueblo ignorante, es un instrumento ciego de su propia destrucción». Esto es precisamente lo que ha pasado en Venezuela. Nos han destruido mental y culturalmente y por eso es que no terminamos de salir de esta oscuridad.
Hoy nos vamos nuevamente a la calle, a una gran marcha nacional convocada por la oposición. Por supuesto, el chavismo también marcha hoy para defender «la revolución». Amanecimos, con incertidumbre, con una presión en el pecho alimentada por rabia, tristeza, dolor y frustración. Hasta los menos religiosos piden a Dios por un milagro.
