Ana Rojo

Cracovia: Una ciudad para comértela

Antigua capital de Polonia y donde Juan Pablo II ejerció de Obispo

Cracovia: Una ciudad para comértela

Desde hace unos años Polonia se muestra como un destino turístico cada vez más apetecible e interesante a tener muy en cuenta. Atrás queda la imagen de un país gris de historia trágica. Polonia nos está mostrando su cara alegre y su dinámico desarrollo, pero sin olvidarse de lo más apreciado por los viajeros: monumentos, cultura y, por supuesto, gastronomía. A poco más de tres horas de vuelo directo desde España, se puede optar por conocer el país en cortas escapadas o planificar un viaje de 10 ó 12 días combinando la práctica del turismo cultural con descanso activo y/o en naturaleza, ya que Polonia es uno de los países con más superficie de bosques y cuenta con 23 parques nacionales.

Vamos a explorar la gastronomía de un país a través de una de sus ciudades más representativas, Cracovia, no sin antes dar unas pinceladas sobre su patrimonio artístico y cultural.

Antigua capital del Estado y ciudad donde el Papa Juan Pablo II ejerció de Obispo hasta su nombramiento, fue declarada Patrimonio Mundial Cultural y Natural de la UNESCO en 1978. Sus iglesias (San Andrés, de los Santos Pedro y Pablo,de los franciscanos, de Santa Catalina, de los Paulistas sobre la Roca, Convento de los dominicos…), sus plazas, sus calles, sus restaurantes y sobre todo, la historia que la impregna, harán de tu estancia una delicia. No es solamente tesoro de recuerdos nacionales, históricos y de obras de arte, sino también una síntesis de estilos y culturas entremezclados.

La colina de Wawel, situada a orillas del Vístula, domina el panorama de la vieja Cracovia.En ella podemos encontrar el Castillo Real y la Catedral. El primero debe su estado actual a la reconstrucción llevada a cabo en el S. XVI. En cuanto a la segunda, dedicada a los santos Wenceslao y Estanislao y santuario del patrón de Polonia San Estanislao, es un lugar increíble. En ella tuvieron lugar las coronaciones de los reyes así como los entierros de las grandes personalidades.En su interior encontrarás la Capilla de Segismundo, considerada el monumento más bello de arte renacentista al lado norte de los Alpes.

La Rynek Glówny, es una de las plazas medievales más grandes de Europa (200m X 200m). En ella se encuentra la Lonja de Paño (edificio gótico-renacentista adornado con un remate de mascarones ejecutados por Santi Gucci y compuesto por antiguos puestos donde se comerciaba con paños y en el que, en la actualidad, puedes comprar ámbar o llevarte un recuerdo típico de madera o de cristal). Encima del paseo del lado sur, está colgado el cuchillo que antaño servía para cortarles las orejas a los ladrones), la torre del Ayuntamiento, las iglesias de San Adalberto, Santa María, principal templo de la Cracovia medieval y uno de los más preciosos monumentos góticos de Polonia, cabe destacar sus vidrieras, las torres que flanquean su fachada y su esbelta cúpula (cada hora un trompetista toca una melodía llamada «hejnal» que termina bruscamente ya que, según la leyenda,un trompetista fue asesinado por un disparo en la garganta mientras hacía sonar la alarma antes de que llegara una invasión mongola) y el Museo Histórico. La ciudad antaño se encontraba rodeada de una muralla, pero en la actualidad sólo podemos encontrar fragmentos y, de los antiguos muros se han mantenido, la Barbacana del S.XV, la Puerta de San Florián, construida en 1307 y unas torres.

Una visita indispensable es la de Kazimierz, uno de los barrios más populares de Cracovia y en donde podrás recorrer sus numerosas sinagogas, entre las que podemos destacar la de Remuh, fundada en 1553 y que debe su nombre al hijo de su fundador y que a día de hoy funciona con normalidad y la Vieja Sinagoga, surgida a finales de S.XV y que tras el incendio sufrido en 1557 fue reedificada de manos de Mateo Gucci. Actualmente alberga colecciones judáicas del Museo Histórico de la ciudad, principalmente objetos de artesanía vinculados a celebraciones religiosas judías, cuadros y documentos sobre la historia y martirología de los judíos. También te recomiendo visites la iglesia cristiana de la Roca.

Pero, además del casco antiguo y el barrio judío, en las afueras de la ciudad podemos encontrar otros «tesoros» que no hay que perderse, hablo de las Minas de Sal de Wieliczka (17 kms), una maravilla arquitectónica subterránea digna de ver y el Santuario de Kalwaria Zebrzydowska (33 kms) que equivale al Jerusalén de la época de Jesucristo trasladado al paisaje de la zona de los montes de Beskides y que constituye el segundo lugar de culto mariano más importante de Polonia. Por último, aunque no menos importante os recomendaría la visita al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau (64 kms de Cracovia). Actualmente es un museo «vivo» de lo que allí aconteció y que no debemos de olvidar.

Tras este repaso a la parte más cultural de la ciudad, ahora sí podemos adentrarnos en su cultura gastronómica, que es abundante, está llena de matices y da cabida a multitud de propuestas: cocina tradicional, vegetariana, orgánica, judía, tabernas populares o los clásicos puestos callejeros en los que puedes «matar el hambre» con los Pretzel (especie de galleta o bollo horneado y retorcido, en forma de lazo, con un sabor ligeramente salado)… todo ello sin dejar de lado sus estupendas cervezas,sus fantásticos vodkas o los típicos «perros rabiosos».

La Academia Europea de Gastronomía decidió el pasado verano que, en 2019, Cracovia fuera la primera ciudad que ostentara el título de Capital Europea de Cultura Gastronómica. Con 26 restaurante recomendados por la famosa Guía Michelin, no sólo la propuesta gastro está presente en ellos, su magnífica Plaza del Mercado alberga multitud de terrazas que durante todo el año se engalanan para ofrecer al visitante lo mejor de la propuesta culinaria de la ciudad, rodeadas del mejor de los ambientes.

No es de extrañar, por tanto, esta capitalidad, ya que por si por algo es reconocible la cocina de Cracovia es por ser rica y suculenta. Influenciada por las cocinas coloniales e incluso por la de otras culturas como la húngara o la turca, la cocina polaca es sobre todo, deliciosa, contundente y de lo más variada: Platos típicos que no deberías de perderte son los Bigos (chucrut o col fermentada ácida con trozos de carne y salchichas), los famosos Pierogis (empanadas generalmente rellenas con sauerkraut y/osetas, carne, patatas y/o queso curado, requesón con un ligero toque de vainilla, o arándanos – opcionalmente se sirven con salsa ácida, y algo de azúcar en las versiones más dulces-) o el Barszcz (sopa de remolacha). Algunas otras propuestas son: el Zurek (sopa de harina de sabor ácido), el Schabowy (chuleta de cerdo rebozada), el Chłodnik (una especie de sopa fría para los días calurosos), el Golonka (codillo de cerdo), el Gulasz (trozos de carne hervidos con verduras), el Kołduny (especie de empanadilla hervida rellena de carne que acompaña sopas), el Pulpety (albódigas de carne), los Zrazy (rodajas de ternera) o el Salceson (una especie de salchicón ahumado).También podrás encontrar numerosos ahumados y pescados de agua dulce como las tencas, anguilas o truchas. El tono dulce lo pone el Makowiec (una especie de pastel casero de semillas de amapola).

Algunos de los restaurantes más interesantes para visitar en la ciudad son Kogel Mogel (Sienna Street, 12. www.kogel-mogel.pl). Un local moderno, con diferentes espacios y una preciosa terraza, decorado en madera, ladrillo visto, grandes alacenas y situado muy cerca de la Plaza del Mercado. Fantásticos son sus Pierogi de queso o carne. En una línea gastronómica similar está Szara Gesw Kuchni (Rynek Glowny, 17. www.szarages.com). Situado en un edificio gótico, destaca su techo en el que podemos ver los retratos del rey polaco y su hermana. Un local de lo más elegante y cautivador, resalta su mobiliario, sus espacios, su fantástica carta de vinos y su excelente servicio en mesa.

Seguimos de ruta y llegamos a Fiorentina (Grodzka,63. www.fiorentina.com.pl). Un restaurante italiano lleno de encanto, con un bucólica terraza llena de silencio, decoración de lo más acogedora en la que el ladrillo visto y el cuero juegan un papel importante y una gastronomía que se adapta a las nuevas técnicas para dar lugar a platos creativos y vanguardistas. Pero, si quieres algo más informal con un toque moderno y divertido en el que la pizza ocupa un lugar de referencia en su carta (elaboran la más larga de la ciudad con los mejores ingredientes) compartiendo protagonismo con el Sticky Chiky (pollo pegajoso), te recomiendo te acerques a Stalowe Magnolie. Un local muy, pero que muy original donde «comer con los dedos», gran ambiente, conciertos en directo y una propuesta coctelera de primera.

Para aquellos paladares intrépidos, deseosos de conocer otras culturas gastronómicas, un paseo por el Barrio judío dará rienda suelta a su curiosidad. Numerosos restaurantes, con propuestas diferentes y vinos de lo más interesantes, harán las delicias de los más atrevidos.

Si has elegido como alojamiento un apartamento y necesitas proveerte, te recomiendo visites el Targ Pietruszkowy, también llamado Mercado del Perejil, (Ul. Kalwaryjska 9-15. www.targpietruszkowy.pl).Con casi 100 proveedores, agricultores y productores de la zona, el cliente puede tener un trato más directo y auténtico, y comprar productos de proximidad naturales, saludables y ecológicos, o bien, te des un paseo por el mercado Stary Kleparz, considerado como el más antiguo de la ciudad.

Como ves, Cracovia se presenta como un destino de lo más apetecible. ¿no crees? Elige fecha, prepara tus maletas y escápate a degustar Cracovia con los cinco sentidos.

www.polonia.travel. www.visitmalopolska.pl. www.krakow.travel

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