Es bien sabido que Acapulco, en el estado de Guerrero, México, es una zona roja. Por más que lo niegue o intente maquillar el gobierno. En este otrora remanso de paz, ex meca del turismo internacional, cualquier cosa te puede pasar. Puedes ser asaltado, secuestrado, asesinado, decapitado, etc
Y eso fue precisamente lo que les ocurrió a Paul Nielsen y su esposa mexicana Janeth Vázquez, residentes de Utah (EEUU): fueron asesinados frente a su hijo de 12 años, al estilo ejecución, después de que no se detuvieron en un bloqueo de carretera en ruta a una playa en México. Ambos recibieron un par de tiros en la cabeza. El adolescente sobrevivió; tuvo heridas leves y una crisis nerviosa.
Nielsen (52) y Vázquez (43) murieron cuando se dirigían a un balneario la madrugada del 18 de julio en Petatlán (220 kms al norte de Acapulco) y un grupo de hombres armados les ordenó detenerse, informó New York Post.
La familia de Nielsen confirmó el incidente con medios de comunicación en Utah, incluidos KUTV y The Salt Lake Tribune. Fue creada una página de GoFundMe para ayudar a pagar el regreso de su cuerpo a su país, de manera coordinada con la Embajada de los Estados Unidos.
Su esposa era originaria de Puebla, México, y no está claro qué pasará con sus restos.
Las autoridades locales están investigando la ejecución, que ha sido condenada por el gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores.