Dentro de unos años el aeropuerto Velasco Astete será reemplazado por uno más moderno, mejor equipado y con mayor capacidad, el de Chinchero. Sin embargo, aunque parezca que ya cumplió su ciclo, aún puede jugar un importante rol en pro de la ciudad. Siempre que el Gobierno Regional planifique con visión de futuro y tome decisiones pensando en el desarrollo de la zona.
El Velasco Astete ocupa un área de más de 600,000 m2. Este espacio podría reaprovecharse, generando un impacto positivo, si le asignamos tres nuevos usos.
En primer lugar, la ciudad casi no tiene áreas verdes, así que una parte debería destinarse a un gran parque. Esto le daría a Cusco un indispensable pulmón para purificar el aire. Además, el parque constituiría un magnífico espacio público para el disfrute de locales y turistas.
En segundo lugar, el edificio del terminal podría acondicionarse para transformarlo en un gran centro de convenciones. Por su prestigio y atractivo, Cusco tiene un potencial tremendo para albergar eventos de primer nivel. Este nicho, que no ha podido explotarse por falta de infraestructura, sería una fuente de divisas.
Finalmente, otra sección del terreno debería servir para reubicar las entidades públicas, que actualmente ocupan lugar en plena zona monumental. Al mudarlas, se descongestionaría el centro turístico, de paso permitiendo que estos organismos públicos cuenten con nuevos edificios, mejor diseñados para sus necesidades actuales.
Hacemos un llamado al Gobierno Regional para que analice y haga suyas estas iniciativas. Todas privilegian el bienestar y desarrollo de los cusqueños. Tenemos tiempo para planificar, presupuestar y diseñar, mientras los trabajos del aeropuerto de Chinchero siguen su curso. ¡Si se logra, el futuro de Cusco será realmente magnífico!
