Coronavirus, la otra cara de la moneda: Pacientes en el olvido

Coronavirus, la otra cara de la moneda: Pacientes en el olvido

Los ambientes limpios y ordenados del Hospital Nacional Alberto Sabogal Sologuren de Lima, quedaron en el ayer con la llegada del Covid – 19 . Desde ese momento, muchos creen que los más afectados en la salud son las personas infectadas, pero hay otra cara de la moneda: los pacientes con cáncer.

Y en especial, los del “Área de Hematología”, aquellos que padecen de leucemia y tienen una vida super dura, donde su única enemiga y aliada es la quimioterapia, tratamiento que algunos ya no pueden seguir por temor a contagiarse en el hospital.

Área de Hematología

Esas son las palabras de un cartel olvidado que da la bienvenida a un pasillo largo, blanco y con varias habitaciones. Ahora ese pasadizo ya perdió su función, albergar a los pacientes adultos con problemas hematológicos, o sea, con problemas en la sangre. ¿Y ahora dónde se encuentra? Pues, ya pasó un mes desde que fueron desalojados y reubicados en otra área, que como menciona el Dr. Alfonso, hematólogo de profesión «No tiene las condiciones adecuadas para refugiar a los pacientes con leucemia». Y es que es tanta la cantidad de contagiados por coronavirus, que los directivos del hospital Sabogal decidieron usar el 1er y 3er piso para los contagiados. En otras palabras, gracias a esta medida, el área de hematología adulta ya no existe y ahora solo es un espacio más que se llevó el Covid-19.

En San Germán, una urbanización del distrito de San Martín de Porres, vive Arom, un chamito que a sus cortos cuatro años ha recibido más pinchazos que cualquier otro niño a su edad. Tiene un año desde que le detectaron la leucemia linfoblástica aguda (LLA) y la lucha no ha sido nada fácil al estar en otro país, muy lejos de casa. Sus padres, dos humildes venezolanos, no trabajan y con las justas tienen para comer. A pesar de ello, buscan la manera de alimentar a su pequeño «Aromcito», quien con mucho riesgo, va al hospital los días martes de cada semana a recibir quimioterapias ambulatorias.

-Los vecinos me dan dinero para poder pagar el taxi cuando voy al hospital, saben que no tenemos mucho para la comida y nos apoyan en eso. Quieren mucho a Arom – menciona su mamá Paola al otro lado de la línea.

Los días de confinamiento para el pequeño Arom son de pura felicidad, aparentemente, ya que a diferencia del hospital, ahora puede estar junto a toda su familia. Sin embargo, sus padres no sienten lo mismo.

«Estoy preocupada, porque el hospital ya no se hace las intratecales», dice Paola Olivar. Pero, ¿Qué es la quimioterapia intratecal? Este tipo de quimio se realiza en la sala de procedimientos del nosocomio, te colocan una aguja que va directamente a la médula espinal, su única función, evitar que la enfermedad llegue al cerebro. Con la llegada del coronavirus, procesos como este pararon ante la gran demanda de pacientes infectados. Como el caso de Arom, hay muchos y peores.

Enfermeros, doctores, licenciados y personal de servicio, están protegidos de la cabeza a los pies con capas y capas de ropa desechable.  «El protocolo de limpieza y seguridad es más riguroso», menciona Gladys Soto, licenciada del “Área de Hematología”. Con cansancio y la motivación de saber que puede ayudar en tiempos de crisis, Gladys se dirige tres veces a la semana al hospital a hacer turnos completos para atender a los pacientes con leucemia en el lugar donde fueron reubicados  «Una isla en el área de medicina general», así lo llaman ahora.

A pesar de que están distanciados de los infectados, los pacientes de hemato corren mucho peligro. «Hay filtros para separar a los pacientes con coronavirus, pero igual se han encontrado contagiados en medicina general. Es muy riesgoso para los que tienen leucemia», menciona. En la isla solo hay 8 camas de pacientes de adultos y próximamente los pacientes pediátricos con  leucemia, que se encuentran en el 2do piso, serán desalojados de su área, tal como sucedió con el pasillo del cartel olvidado.

-Muchos doctores están parando el tratamiento de los pacientes. En mi caso, yo tengo un paciente que recayó en la enfermedad, yo sé que él puede pasar por quimioterapias más fuertes para bajar su porcentaje a cero y mandarlo a trasplante de médula, pero sería en vano, ya que ya no se hacen trasplantes- menciona el Dr. Alfonso que busca la manera de ayudar, poniendo en riesgo su propia vida al hacer turnos completos en el Sabogal.

Los pacientes con recaídas solo tienen una opción para seguir con su tratamiento, el trasplante de médula ósea, un procedimiento que se lleva a cabo en el hospital Rebagliati. Claramente, desde que el Covid-19 está en nuestras sociedad, ya no se realizan. Otra esperanza de vida que el virus quita a las personas con enfermedades terminales. «Tenía un paciente que estaba por ir a trasplante a  finales de marzo, pero no pudo tramitar papeles porque todo se ha paralizado con la cuarentena. No descarto que pueda tener complicaciones más adelante», la preocupación es notable y más aún por los pacientes que se encuentran internados. Ante ello, los hematólogos han optado por bajar la dosis de las quimioterapias, porque el recibir una quimio más fuerte, implica que las defensas bajen y que sean más propensos a contraer coronavirus

-Hasta el momento no hay pacientes con leucemia contagiados, pero sí hay doctores y enfermeras que trabajaban conmigos- dice Gladys con cierta melancolía.

En la ciudad de Huacho, lejos de la capital de Lima, se encuentra Karla Macedo, una paciente de 16 años con leucemia. Ella siente que no le afecta el encierro, ya que con las quimios y bajas defensas, siempre tuvo que permanecer en casa después de las continuas hospitalizaciones. A diferencia del pequeño chamito que piensa en bailar como Pocoyó en el aislamiento, Gabriela tiene más cuidados en su casa «Uso mascarilla todo el día». Ella se encuentra aislada de toda su familia, ya que también son un peligro cuando salen a la calle para realizar las compras.

-La doctora Bengoa me dijo que hay que tener mucha paciencia y orar mucho, pero me advirtió que esta enfermedad es silenciosa y bueno, uno ya sabe eso. Todo esto me tiene bastante preocupada. Mi hija recibe quimioterapia en pastillas, pero eso no le corresponde, ella está en Mantenimiento 1 – menciona Gisela Lindo, mamá de Karla, su única hija.

Karla no pierde el buen sentido del humor y así transcurre la llamada. Entre charla y charla me cuenta con tristeza que en estos días ella tenía que ir al hospital para recibir las quimioterapias de Mantenimiento 1 (Bloque de quimios) por vía endovenosa , pero su doctora ya no piensa exponerla más.

-A varios pacientes que tienen cáncer los están dejando de lado. Como decir, ya que ellos vean cómo hacen- sus palabras calan y causan un dolor a quien la oiga.

Por suerte, o como su mamá llama  «Bendición», la doctora Bengoa se esfuerza para darle lo mejor, un tratamiento alterno, eso le ofreció. Sin embargo, estos días su cuerpo no ha asimilado bien las pastillas y su hígado no le está jugando una buena pasada. La única forma de que su doctora sepa cómo se encuentra, es mandando por Whatsapp los análisis de sangre que se hace de manera particular en Huacho.

En la ciudad de Lima, para ser más precisos, en Carabayllo, vive una chica de 16 años, su nombre es Lucero Salas. Ella, al igual que Karla, tiene un año con la leucemia. La única diferencia es que se encuentra en Intensificación A, otro bloque de quimios. En los primeros días de marzo, presentó neumonía y estuvo internada, pero tuvo que regresar a su casa lo más pronto posible por el Covid-19. Actualmente, solo recibe pastillas como quimioterapia al igual que su amiga Karla.

-Yo pensaba seguir con mi tratamiento, esto me está atrasando, debería avanzar con intensificación A. Pero entiendo que es por la cuarentena, para no contagiarme- menciona Lucero.Veo su foto en la llamada y su corto cabello no pasa por desapercibido, consecuencia de los químicos en su cuerpo.

Al mal tiempo, buena cara, esta frase caracteriza a Lucero. Pese a que no se siente cómoda con su tratamiento alterno, ella aprovecha estos días de encierro para estudiar virtualmente., Si antes no podía ir a su escuela por sus tratamientos, ahora la enfermedad no le impide crecer académicamente.

La emoción embarga su voz al contarme que su mamá la volvió a inscribir para que no pierda el año escolar. Si bien es cierto,  con sus complicaciones y todo, Lucero se encuentra bien de salud, pero hay quienes la pasan peor. Gabriela Castillo es una paciente con leucemia mieloide aguda (LMA), tiene 26 años y un hijito de 7.

Ella también vive en Carabayllo y por más que quisiera decir que ahora mismo se encuentra bien, la fiebre es un mal presentimiento. De hecho, no es la primera vez que  Gabriela tiene una enfermedad como esta. A los 10 años superó la aplasia medular idiopática, una enfermedad en la sangre.

Hoy en día, es toda una guerrera y con sus 26 años, enfrenta una batalla más fuerte, acabar con la LMA, un tipo de leucemia altamente agresiva. Han pasado días que no sé mucho de ella, solo, que sigue con la fiebre. Hoy, 4 de mayo, le envío un mensaje deseando que se encuentre bien y que sus esperanzas no sean parte de lo que el Covid-19 se llevó.

Natalia  Ortíz

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