A pesar que el uso de mascarilla en lugares públicos es obligatoria, esta norma no es acatada por todos. Y menos cuando se está en interiores de los bares y no se está consumiendo.
«Durante todo el desayuno me la he quitado», asegura un joven consumidor en declaraciones a la Agencia Atlas. Es habitual ver imágenes en las que los clientes de estos establecimientos beben, comen y hablan con la mascarilla en la mano, lo que incrementa el riesgo de contagio debido a las partículas y aerosoles que se pueden transmitir de una persona a otra, advierten los expertos.
Este riesgo existe fuera de los locales, pero especialmente dentro, en espacios cerrados con menor ventilación, tal y como han puesto de manifiesto los últimos estudios. «Los virus en los aerosoles pueden permanecer suspendidos en el aire varias horas (…) también pueden viajar más de dos metros y acumularse en habitaciones mal ventiladas, lo que puede provocar eventos de ‘superdifusión», alertan en una carta publicada recientemente en la revista Science.
Qué hacer cuando se come o bebe
No obstante, el contagio se puede evitar con una coreografía muy simple. Bastan dos movimientos: bajarse la mascarilla cuando se bebe o se come y volvérsela a subir acto seguido, tal y como recordó recientemente el vicepresidente de Navarra, Javier Remírez: «Se quita la mascarilla, se consume, y se vuelve uno a poner la mascarilla. Parece una tontería, pero no lo es», aseguró.
Fuente: 20 Minutos
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