Se pone cruda la cosa otra vez. Y el Gobierno PSOE-Podemos, como en ocasiones anteriores, sólo da palos de ciego.
El toque de queda en España tendrá que esperar. La medida era una de las principales cuestiones que tenía que estudiar este jueves el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, pero las autonomías y el Ministerio de Sanidad han decidido aplazarlo para abordar el encaje jurídico que tendría su implantación.
El borrador que ha presentado el departamento de Salvador Illa ha salido adelante, aunque sin la adhesión de Madrid y País Vasco.
Estas dos comunidades se han abstenido en la votación de este plan que dotará a Gobierno y comunidades de criterios homogéneos a la hora de afrontar la crisis sanitaria en función de distintos indicadores. En él figura también la posibilidad de que los gobiernos regionales soliciten al Gobierno central que decrete el estado de alarma cuando la situación entre en una fase de «riesgo extremo», que sería aún peor a la fase de riesgo 3 que se contempla para cuando transmisión del virus sea comunitaria e incontrolada y pongan en dificultades a la asistencia comunitaria.
Para situaciones aún peores a esta, el último borrador del Ministerio de Sanidad creaba un cuarto nivel, en el que ofrece a la comunidades a pedir decretar la alarma para tomar “medidas excepcionales” con “restricciones adicionales» a algunas de las que figuran en el plan que se ha acordado este jueves, aunque sin el apoyo de Madrid y el País Vasco. Entre ellas, la recomendación de permanecer en casa o el cierre de establecimientos de hostelería, que finalmente se fijará a las 23 horas y no una hora antes, a las 22, como figuraba en el borrador.
Al término de la reunión, los ministros de Sanidad y de Política Territorial, Salvador Illa y Carolina Darias, han comparecido ante la prensa y han celebrado la adopción de un acuerdo para establecer criterios homogéneos para establecer hasta cuatro escenarios de riesgos y para aplicar las medidas que se atribuyen a cada uno de ellos.
«Es un acuerdo muy amplio, muy bien valorado por parte de todo los responsables autonómicos y nos abre un camino de respuesta adecuada», ha dicho Illa, que ha indicado también que la Comunidad de Madrid y País Vasco se han abstenido.
EL BORRADOR
El borrador contempla tres escenarios con restricciones en función de la situación epidemiológica y asistencial de las comunidades y añade un cuarto, para la toma de “medidas excepcionales” con “restricciones adicionales”. Es aquí cuando el Gobierno prevé la declaración del estado de alarma, que “el presidente de la comunidad autónoma solicitará al Gobierno”.
La declaración del estado de alarma para tomar «medidas excepcionales» se contempla para territorios donde se aprecie «riesgo extremo».
Este se dará cuando se produzca un incremento semanal del número de casos de más del 50% o un «incremento puntual muy importante», del 100%. Asimismo, cuando la tasa de ingresos hospitalarios por Covid sea de 40 por cada 100.000 habitantes en una semana, haya un 30% de ingresos en UCI o la tasa de mortalidad acumulada en siete días sea de 50 o más por cada millón de habitantes.
Sanidad identifica con estas circunstancias la «valoración del riesgo extremo» y en este caso ofrece a las comunidades pedir al Gobierno central el estado de alarma.
Antes de llegar a esta situación, establece otros tres niveles de riesgo -más uno adicional, el más leve, de «nueva normalidad»- para los que también fija «recomendaciones» orientadas particularmente a reducir los contagios donde más cree que se producen.
«En el ámbito social, sobre todo en reuniones familiares y amigos no convivientes y, en menor medida, en el ámbito laboral» y «lugares cerrados».
El Gobierno descarta un confinamiento «estricto» como el de la pasada primavera, porque aunque tuvo un «alto impacto» en la reducción de la transmisión, ha tenido también «grandes efectos sobre el bienestar físico y emocional de las personas».
Apuesta en su lugar por «periodos de cierre más reducidos o parciales» que tienen «un impacto mucho menor en el bienestar de las personas, tanto adultas como en edad infantil».
Por eso, Sanidad considera «eficaces la limitación del número de personas no convivientes en las reuniones, sobre todo interiores, la recomendación de relacionarse en burbujas sociales y la recomendación de permanecer en el domicilio». Por el contrario, promueve las «actividades que puedan realizarse al aire libre».
Sea cual sea el nivel de riesgo, Sanidad quiere mantener cerrado el ocio nocturno, promueve el desplazamiento en bicicleta y aumentar «al máximo» la frecuencia del transporte público.
Cierre a las 22 y confinamiento perimetral
Antes de llegar al nivel cuatro, de «riesgo extremo», el borrador prevé tres anteriores. El más grave antes del último es el nivel de alerta 3, para situaciones de «transmisión comunitaria no controlada y sostenida que excede las capacidades de respuesta del sistema sanitario».
Entre sus indicadores, figura un ritmo semanal de contagios de entre el 25 y 50%, una tasa de reproducción (R) entre el 1,5 y el 2, tasa de hospitalización de entre 30 y 40 por cada 100.000 habitantes o entre un 20 y 30% de ingresos en UCI.
En este caso, Sanidad apuesta por «limitar al máximo» los contactos fuera de los grupos de convivencia estable, restringir las reuniones a un máximo de seis personas, la «recomendación de permanecer en el domicilio» y «valorar» limitar los horarios de apertura al público hasta las 22 horas en los establecimientos con servicio no esencial.
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En relación al cierre de zonas interiores de los establecimientos, el borrador de Sanidad dice que es algo que en estas zonas de nivel 3 de alerta debería valorar la autoridad sanitaria. Si no decreta su cierre, puede «reducir los aforos al máximo posible» de establecimientos que podrán servir sirviendo a domicilio. También apunta al cierre de bingos, casinos, o salas de apuestas.
También en esta situación es cuando Sanidad contempla los confinamientos perimetrales de ciudades como los que se suceden desde hace semanas. «Valorar la limitación de entradas y salidas del área territorial», dice el documento, que en un nivel de alerta 3 dice que el trabajo presencial debe ser «de manera excepcional para actividades o reuniones precisas». No propone cerrar los parques infantiles, pero sí limitar sus horarios de apertura.
En territorios con transmisión comunitaria descontrolada el aforo de entierros, velatorios y otras ceremonia será de un máximo de 10 personas en espacios cerrados y 20 en abiertos. En caso de bodas, bautizos, etcétera, Sanidad recomienda «si es posible» aplazarlas hasta que la situación mejore.
Además, Sanidad propone suspender la actividad de centros de mayores, congresos y conferencias y limitar aun tercio el aforo en zonas comunes en las residencias de estudiantes.
Nivel 2 de alerta
Según el borrador, el nivel de alerta 2 será cuando haya «transmisión comunitaria» pero controlada que no exceda las capacidades sanitarias. En este caso, propone medidas más laxas, entre ellas «relacionarse en burbujas sociales» en torno a los grupos de convivencia estables. Los grupos permitidos pasarían de 6 a 10 personas pero Sanidad también recomienda «permanecer en el domicilio».
Los aforos de ceremonias, escuelas y academias, hoteles y otros tipos de establecimientos suben de un tercio al 50% y se permite que casinos o salas de apuestas abran con esa ocupación. En bares y restaurantes, se prohíbe el consumo en barra. Bibliotecas, museos o playas pueden estar al 75% de ocupación, como en cines o teatros, siempre que se pueda mantener la distancia de seguridad.
Nivel 1 de alerta
Las restricciones de movimientos en el nivel 2 de alerta que propone Sanidad consisten en limitar los viajes no esenciales. Es como en el nivel 1 de alerta para territorios donde se registren «brotes complejos o transmisión comunitaria limitada». También es común «fomentar al máximo» el teletrabajo
Sanidad también recomienda las «burbujas sociales» pero permite que puedan reunirse hasta 15 personas y también aumenta el aforo de establecimientos y zonas comunes de hoteles y residencias -hasta el 75%-. En las terrazas y bares y restaurantes no se limita el aforo, siempre que los clientes estén separados y sentados y no superen las 15 personas. Tampoco en playas o bibliotecas.
