Un palo monumental, cuyas consecuencias a medio y largo plazo todavía no somos capaces de prever.
A corto, ese cóctel letal que forman la incompetencia manifiesta del Gobierno PSOE-Podemos y la pandemia de coronavirus, ha arrasado al sector turístico en España.
El peso del Producto Interior Bruto (PIB) vinculado al turismo, medido a través de la demanda final turística, alcanzó los 154.487 millones de euros en el año 2019, generando el 12,4% del PIB, tres décimas más que en 2018 y 1,3 puntos porcentuales por encima de los datos de 2015. Estos datos, sin duda, se desinflarán cuando se conozcan las estadísticas definitivas de 2020.
Si se tiene en cuenta que la Mesa del Turismo ha elevado hasta los 135.000 millones la estimación de las pérdidas que el sector turístico sufrirá este 2020 como consecuencia de la pandemia, se puede ver como un sector prioritario puede pasar -de golpe y porrazo- a ser residual.
La ‘Cuenta satélite del turismo en España (CSTE)’ correspondiente al año 2019 del Instituto Nacional de Estadística (INE) refleja, asimismo, que la ocupación en las ramas económicas características del turismo alcanzó los 2,72 millones de puestos de trabajo, que representa el 12,9% del empleo total de la economía, una décima menos que en 2018.
Los cálculos del Instituto Nacional de Estadística (INE) avisan que desde 2015 el peso del turismo en el PIB ha crecido 1,3 puntos porcentuales, al pasar del 11,1% al 12,4%, mientras que el peso del empleo vinculado a este sector ha aumentado 0,8 puntos, desde el 12,1% al 12,9% de la ocupación total de la economía.
Por su parte, la componente de mayor peso en consumo turístico interior en 2019 fue el gasto turístico receptor, con el 54,7% del total y la demanda final asociada al turismo aumentó un 3,3%, en términos de volumen en 2019. «Desde 2015, la evolución en términos reales de la economía turística siempre ha sido mayor que la del conjunto de la economía, excepto en 2018», detalla desde el INE.
La última mala noticia para el turismo en España es que el Gobierno británico ha anunciado este jueves, en plenas negociaciones del Brexit, la retirada de las Islas Canarias de su lista de corredores aéreos seguros ante la pandemia, por lo que los viajeros procedentes de las islas deberán mantener una cuarentena de catorce días cuando lleguen al Reino Unido a partir de la madrugada del sábado.
Este mismo 11 de diciembre de 2020 también se ha conocido que el Gobierno de Baleares exigirá PCR negativa a los pasajeros que proceden de la propia península, lo que sin duda limita sensiblemente el turismo nacional.
Mientras tanto, el sector turístico en bloque ha reclamado al Gobierno de Pedro Sánchez, y en concreto a la ministra del ramo, Reyes Maroto, que sustituya las PCR negativa por test rápidos en los aeropuertos, para intentar insuflar algo de aire a un sector muy castigado, y que está sufriendo cancelaciones masivas desde hace meses. Sólo en el verano se produjo algún alivio -insuficiente- que mermó rápidamente con la llegada de la segunda ola del coronavirus.
Por lo pronto, las reservas hoteleras de cara a la campaña de Navidad se están anulando.
Concretamente se han cancelado el 80% de media, según los cálculos del sector, lo que ha llevado a muchos hoteles -también en Canarias, en plena temporada alta- a echar el cierre hasta que se atempere la crisis y mejore sensiblemente la situación epidemiológica.
El gran miedo sigue siendo, pese a la mejora de las cifra de covid-19 difundidas por el Ministerio de Sanidad, la tercera ola que todos preconizan.