En un país en el cual la mayoría de sus presidentes en democracia terminaron imputados, o presos, nada presagiaba que un día iba a llegar al gobierno, de lo malo, lo peor. Y es que “Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe”.
Eso es lo que sucedió en Perú el pasado 6 de junio con la llegada al poder de Pedro Castillo y sus acólitos con pasado terrorista, simpatizantes de «Sendero Luminoso», esa banda «polpotiana-comunista-maoísta», y alguna imbecilidad más, que masacró sin piedad a miles de peruanos durante la década de los ochenta y parte de los noventa.
La llegada al poder de Pedro Castillo, líder del partido Perú Libre, o títere de un tal Vladimir Cerrón, personaje condenado a 4 años y 8 meses de prisión, responsable de los delitos de negociación incompatible y aprovechamiento del cargo en agravio del Estado durante la gestión de una obra de saneamiento en La Oroya, en su primer mandato al frente del Gobierno Regional de Junín, y que inexplicablemente se pasea como Pedro por su casa sin entrar en prisión; y admirador de la miserable dictadura chavista, ha sumido al país en el caos absoluto.
Las primeras consecuencias se palpan a primera vista: la fuga de capitales al extranjero parece imparable; el coste de los alimentos de primera necesidad, se han disparado; algunos periodistas y políticos se han marchado del país tras sufrir amenazas de muerte.
Al respecto entrevistamos en Madrid a Marisol Pérez Tello, Secretaria General del Partido Popular Cristiano del Perú, ex ministra de Justicia, abogada, notaria y defensora de los Ashaninkas, diálogo en el cual abordamos la crítica situación socio-económica y política que vive el país andino tras la llegada al poder del comunista Pedro Castillo.
Pérez Tello fue contundente con el presidente peruano: «Saca a los terroristas de tu gabinete, quédate si quieres con los inútiles». (Ver vídeo)