Marrakech: Una visita a la «Plaza de la muerte»

Marrakech: Una visita a la "Plaza de la muerte"
Plaza Jemaa el-Fna Paul Monzón

Quizá el nombre no es el apropiado como para atraer turismo, pero la surrealista Plaza de Jemaa el-Fna (Plaza de la muerte),en la ciudad de Marrakech, Marruecos, es u lugar que hay que visitar aunque sea una vez en la vida. Bueno, si pueden ser dos, mejor.

He estado en tantos destinos en el mundo, pero en ninguno como éste. Jamás me había agobiado tanto en un lugar. Tampoco había deseado escapar a toda prisa. Pero eso me sucedió en Jemaa el-Fna.

El autor en la Plaza Jemaa el-Fna

Enclavada en el corazón de Marrakech, Jemaa el-Fna es una inmensa jungla de asfalto, aderezada con un bullicio de no se sabe qué, sumida en un caos absoluto; cubierta con un manto de suciedad por el cual endiablados carruajes circulan, cuales almas que persigue el diablo, que te pueden arrollar si es que no te andas con cuidado. Pero también te pueden atropellar bicicletas, motos, caballos…

ENCANTADORES DE SERPIENTES

Es una jungla en la cual brotan como setas innumerables puestos de comida, encantadores de serpientes, mujeres tatuando con Henna (tinte natural de color rojizo ), artistas callejeros, músicos populares… y gente que te pide dinero (un poco más y te lo arrebatan) apenas sacas la cámara.

Si quieres fotografiarla a tus anchas sin que nadie se te acerque y te «quiera cobrar» acusándote de que les has fotografiado o grabado y que «tienes que pagarles sí o sí», una buena opción es entrar en los cafés-restaurantes que rodean la plaza. Desde sus terrazas podrás escapar de la multitud y observar esa inmensa «marabunta humana» que circula por ese enmarañado asfalto.

Para los turistas, el común denominador de Jemaa el-Fna es la curiosidad, la sorpresa, el surrealismo. Y tanto así, que el que quiera -previo pago- puede hacerse fotos con una cobra venenosa y otros peligrosos reptiles, mientras a lo lejos, desde la Mezquita de la Koutubia, se escucha, cual oración, el «llamado al rezo: «Allahu Akbar, Allahu Akbar, Allahu Akbar, Allahu Akbar…»

Esta Plaza te puede gustar o espantar, pero jamás te dejará indiferente. Es un lugar en el cual, de tanto en tanto, puedes tener la impresión que has retrocedido en el tiempo.

Salí de allí agobiado. Pero ese es el encanto de la Plaza de Jemaa el-Fna, Patrimonio Oral de la Humanidad: sus correlatos de surrealismo. Vale la pena visitarla.

 

 

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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