Estados Unidos ha afirmado este martes que los controles impuestos a los viajeros procedentes de China son «medidas sanitarias prudentes» y alega que China no tiene motivos para posibles represalias ante el estallido de casos de COVID-19 en el gigante asiático.
«Aquí no hay motivos para represalias solo porque los países de todo el mundo estén tomando medidas sanitarias prudentes para proteger a sus ciudadanos», ha indicado en rueda de prensa la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, agregando que únicamente se trata de «salud pública», según ha informado Bloomberg.
Estas declaraciones se producen después de que el Gobierno de China haya tachado de «inaceptables» las medidas adoptadas por algunos países para controlar la llegada de viajeros llegados del gigante asiático, alegando que no hay argumentos científicos que justifiquen las restricciones aprobadas por gobiernos como el de Estados Unidos.
«Nos oponemos firmemente a manipular las medidas de prevención y de control de la pandemia para lograr objetivos políticos», afirmó la portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Mao Ning, en una comparecencia ante los medios recogida por la prensa oficial.
De esta forma, Pekín aseguró que se reserva el derecho a adoptar represalias, en virtud del «principio de reciprocidad» que rige las relaciones internacionales. La portavoz, no obstante, no entró en más detalles sobre estas posibles réplicas.
