Dejamos nuestra intensa actividad en Santiago de Compostela, después de recorrer 53km en dos días por el Camino Inglés, para cruzar Galicia y entrar en tierras lusitanas.
Después de 6 horas y 600km de autobús llegamos a Lisboa para realizar uno de los propósitos más importantes del viaje: conocer el lugar donde atracó la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna en su regreso de América, Filipinas y China, en 1806.
Pero antes vemos nuestro nuevo y originalísimo lugar donde vamos a dormir, el Teatro Tívoli. En sus históricos camerinos, de 1924, dejamos nuestras mochilas y los sacos para ir a disfrutar de la exposición que el teatro le dedica a la cantante de fados Amália Rodrigues, una gran artista portuguesa. Todo ello después de saludar a Andreia Madeira, Coordinadora de VaM en Portugal, y a Paulo Días, dueño del Tívoli.
Caminar por Lisboa es todo un sueño para los 50 componentes de Vuelta al Mundo, especialmente porque coincidimos con los millones de peregrinos de la JMJ que abarrotan la ciudad con sus cánticos.
Cómo vamos con las banderas iberoamericanas desplegadas, cada dos pasos hay alguien de un país de habla hispana que nos quiere conocer, y el paseo se convierte en una fiesta.
Pero nada es comparable a cuando llegamos a la Baixa Pombalina y cruzamos el Arco del Triunfo de Rua Augusta para penetrar en la histórica Plaza del Comercio, donde la escultura ecuestre del Rey José I enmudece ante la cantidad de peregrinos que alegres corean las canciones que tocan en un impresionante escenario que han ubicado frente al Rey.
Abrazos y fotografías son incesantes hasta llegar a la desembocadura del río Tajo. Una imagen estremecedora que va a ser imposible de olvidar.
En el Muelle de las Columnas es donde Jesús Luna, el Director de VaM, nos explica que aquí regresó Francisco Xavier Balmis en 1806, tres años más tarde de su partida de A Coruña con los 22 niños expósitos. No regresó con él ni Josep Salvany, que falleció más tarde en Cochabamba, ni Isabel Zendal, que volvió a Puebla, en México, para cuidar a su hijo Benito, pero Balmis atracó en estas aguas lusitanas sin ninguna duda.
Después de un buen rato de bailes en la fastuosa Plaza del Comercio, volvemos al Tívoli para asistir a un concierto de nuestros expedicionarios de Bolivia, El Salvador, México y España, en honor a aquella Primera Vacunación Global de la Historia, como reza el logo de nuestras agotadas camisetas.