Rincones rurales que combinan historia, cultura y naturaleza

Tres pueblos del interior de España para una escapada inolvidable

Descubre Llerena, Allariz y Pedraza, destinos con carácter propio y precios accesibles para dos personas

Tres pueblos del interior de España para una escapada inolvidable

Viajar por el interior de España ofrece la oportunidad de reconectar con la esencia del país: paisajes rurales que invitan a la calma, tradiciones que se mantienen vivas y una gastronomía auténtica alejada del bullicio de las grandes ciudades. Si buscas un destino donde sentir la historia bajo tus pies, perderte por calles de piedra o descubrir rincones llenos de anécdotas sorprendentes, estos tres pueblos —Llerena, Allariz y Pedraza— son apuestas seguras. Además, resultan perfectos para quienes priorizan experiencias genuinas sin gastar demasiado. En esta guía exploramos su legado, curiosidades poco conocidas y los costes reales para un viaje en pareja en 2025.

Llerena: arte mudéjar en el corazón de Extremadura

Ubicada en la provincia de Badajoz, Llerena destaca por su mezcla única de estilos arquitectónicos y su aire detenido en el tiempo. Conocida como «la pequeña Atenas», este enclave fue un importante centro cultural durante siglos. Su Plaza Mayor es el epicentro de la vida local: porticada y monumental, combina influencias mudéjares y renacentistas que la hacen única en la región. Desde aquí se divisa la imponente Iglesia de Nuestra Señora de la Granada, cuyo campanario gótico-mudéjar es visible desde cualquier punto del pueblo.

El pasado morisco permanece en sus murallas árabes y en los detalles ornamentales que decoran los edificios civiles y religiosos. El Convento de Santa Clara, con más de 500 años de historia, invita a una pausa contemplativa lejos del turismo masivo. Si te apasionan las panorámicas, los restos amurallados ofrecen vistas que resumen el paisaje extremeño: llanuras doradas salpicadas de olivares.

Coste para dos personas:

  • Noche en hotel rural: desde 60 €
  • Cena tradicional (dos personas): 35-50 €
  • Visitas culturales: acceso gratuito o simbólico (2-5 € por persona)

Una escapada completa de fin de semana puede rondar los 180-200 €, incluyendo alojamiento, comidas y actividades principales.

Curiosidades:
Durante siglos, Llerena albergó una importante comunidad judía cuya huella se percibe aún en algunos nombres de calles. Se dice que en tiempos del Renacimiento se organizaban veladas literarias tan animadas que el propio Cervantes habría pasado por aquí, aunque no hay constancia documental directa. En carnavales, los habitantes recrean antiguos ritos mudéjares mezclados con humor local.

Allariz: tradición gallega junto al río Arnoia

En el interior gallego, Allariz sorprende por su urbanismo medieval intacto y su relación íntima con el agua. Las calles empedradas descienden hasta el río Arnoia, donde antiguos molinos rehabilitados conviven con senderos naturales ideales para pasear en pareja. El núcleo histórico conserva casas blasonadas y rincones floridos donde siempre parece ser primavera.

Allariz es célebre por su implicación en la recuperación del patrimonio; ha recibido premios internacionales por sus proyectos sostenibles y su apuesta por el turismo tranquilo. Entre sus joyas destacan el Museo del Juguete —un viaje nostálgico para pequeños y mayores— y el Museo del Cuero, que rinde homenaje a uno de los oficios tradicionales más emblemáticos del municipio.

Coste para dos personas:

  • Hotel boutique o casa rural: desde 70 € la noche
  • Menú degustación (restaurante local): 40-55 € para dos
  • Entradas a museos: entre 2 € y 4 € por persona

Un viaje relajado para dos puede salir entre 200 € y 240 €, dependiendo del tipo de alojamiento y las actividades elegidas.

Curiosidades:
Allariz fue residencia habitual del rey Alfonso X el Sabio durante su infancia, lo que explica algunas leyendas sobre tesoros ocultos bajo el puente viejo. Cada junio se celebra la Festa do Boi, una tradición medieval donde un toro recorre las calles acompañado por vecinos disfrazados. Según cuentan los mayores del lugar, ningún visitante se libra nunca de alguna anécdota pintoresca durante esas jornadas festivas.

Pedraza: un escenario medieval entre murallas

Enclavada en Segovia, Pedraza es un ejemplo perfecto de pueblo fortificado castellano. Su atmósfera parece detenida en otra época: acceder al pueblo implica cruzar una única puerta bajo torreón; dentro esperan calles silenciosas, plazas porticadas y casas solariegas adornadas con escudos familiares. El Castillo de Pedraza preside el conjunto urbano e invita a imaginar historias caballerescas entre sus muros.

La Plaza Mayor, amplia y sobria, acoge conciertos al aire libre durante las populares noches de las velas cada julio; miles de cirios iluminan las fachadas creando una escena difícil de olvidar. Pedraza ha servido como plató natural para películas históricas gracias a su impecable conservación.

Coste para dos personas:

  • Alojamiento (posada o casa rural): desde 75 €
  • Cena romántica (restaurante tradicional): 50-60 €
  • Entrada al castillo o museos: unos 7 € por persona

El presupuesto medio para un fin de semana ronda los 220-250 €, ideal si buscas una experiencia especial sin grandes excesos.

Curiosidades:
Se cuenta que bajo algunas viviendas existen pasadizos secretos usados durante las guerras carlistas como vía de escape hacia el campo abierto. Además, durante siglos fue costumbre encerrar ganado bravo dentro del recinto amurallado antes de las ferias ganaderas; algunos lugareños sostienen que todavía hoy pueden oírse “ecos” nocturnos cerca del portón principal.

Consejos prácticos para disfrutar tu visita

  • Reserva alojamiento con antelación si viajas en temporada alta o durante fiestas locales.
  • Consulta horarios actualizados antes de visitar monumentos; muchos espacios cierran a mediodía.
  • Prueba productos autóctonos: quesos artesanos en Llerena, empanadas gallegas en Allariz o cordero asado en Pedraza.
  • Infórmate sobre rutas senderistas o visitas guiadas; suelen ofrecerse a precios asequibles e incluyen anécdotas poco conocidas.

Estos tres destinos demuestran que viajar por el interior peninsular puede ser tan inspirador como económico. Cada uno te invita a escribir tu propia historia entre plazas solitarias, fiestas sorprendentes y una hospitalidad difícil de igualar. La próxima vez que busques una escapada diferente, deja atrás el litoral y sumérgete en la autenticidad rural española.

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