Viajar a Australia siempre ha sido un reto logístico y físico para los europeos.
La inmensidad de la distancia, la diferencia horaria y la necesidad de realizar varias escalas han convertido el trayecto en una odisea aérea que muchos evitan por agotadora.
Ahora, Qantas anuncia un vuelo sin escalas entre Sídney y Londres, el más largo jamás operado por una aerolínea comercial, con 20 horas ininterrumpidas sobrevolando tres continentes y dos océanos.
Este nuevo hito en la aviación no solo acerca dos mundos lejanos, sino que también promete una experiencia transformadora para quienes sueñan con descubrir Australia sin los obstáculos del pasado.
El motivo principal para plantearse este viaje no es solo la comodidad de evitar transbordos: el trayecto permitirá vivir el fenómeno de ver amanecer dos veces desde la ventanilla, cruzar husos horarios y paisajes de una sentada, y aterrizar directamente en una de las ciudades más vibrantes del hemisferio sur.
Además, esta ruta marca un antes y un después en los medios de transporte intercontinentales y redefine los límites de la aviación comercial.
El nuevo gigante del aire: Project Sunrise
La revolución viene de la mano del Project Sunrise, ambicioso plan de Qantas cuyo objetivo es conectar Sídney con Londres y Nueva York en vuelos sin escalas.
Tras años de pruebas y negociaciones con fabricantes aeronáuticos, la compañía australiana ha apostado por el Airbus A350-1000 como nave insignia.
Este modelo incorpora avances tecnológicos para garantizar autonomía, confort y eficiencia energética a lo largo de 17.015 kilómetros —una distancia que supera en casi 2.000 al actual récord del trayecto Singapur-Nueva York.
El interior se ha diseñado pensando en la salud del pasajero. Solo habrá 238 asientos repartidos en cuatro clases —First, Business, Premium Economy y Economy— para maximizar el espacio personal y minimizar la sensación de encierro durante las largas horas de vuelo.
Entre sus innovaciones destaca la “Zona de Bienestar”, un área común donde estirarse, hidratarse o seguir rutinas de movimiento guiadas por pantallas interactivas. Además, quienes viajen en suites disfrutarán de camas completamente horizontales, sillones independientes y menús adaptados a cada fase del viaje.
Un fenómeno único: amanecer dos veces
El recorrido Sídney-Londres cruzará zonas horarias tan rápidamente que quienes ocupen ventanilla podrán contemplar el amanecer sobre Australia al despegar y volver a presenciarlo sobre Europa antes de aterrizar. Esta singularidad convierte el vuelo en una experiencia casi poética y subraya cómo el tiempo se distorsiona cuando se viaja a velocidades supersónicas y durante tanto tiempo seguido.
Medios de transporte: alternativas y comparativas
Hasta ahora, volar a Australia desde España implicaba al menos una o dos escalas obligatorias —habitualmente en Dubái, Doha o Singapur— lo que extendía el tiempo total del viaje a más de 24 horas sumando esperas y conexiones. El nuevo vuelo directo reduce el itinerario al mínimo posible, aunque todavía será necesario desplazarse primero hasta Londres si se parte desde Madrid o Barcelona.
A modo orientativo:
- Vuelo Madrid-Londres: unas 2 horas 30 minutos.
- Escala técnica: mínimo 2 horas.
- Vuelo Londres-Sídney (directo Qantas): 20 horas estimadas.
Esto posiciona a Qantas como la mejor opción en rapidez y comodidad para quienes priorizan llegar frescos a su destino final.
Coste aproximado para dos personas
El precio inicial para este tipo de rutas suele oscilar entre 1.800 y 2.500 euros por persona en clase turista básica. Para dos pasajeros habría que calcular entre 3.600 y 5.000 euros ida y vuelta —dependiendo siempre de la antelación, fechas señaladas o promociones especiales. Las cabinas Premium Economy pueden duplicar esa cantidad; las Business o First multiplicarla por tres o cuatro.
A continuación, un resumen orientativo:
| Clase | Precio estimado por persona (ida) | Precio para dos (ida/vuelta) |
|---|---|---|
| Economy | 1.000 – 1.300 € | 3.600 – 5.000 € |
| Premium Economy | 2.000 – 2.800 € | 7.000 – 9.500 € |
| Business | desde 4.000 € | +16.000 € |
| First | desde 8.000 € | +32.000 € |
Estos importes pueden variar según temporada alta/baja o promociones puntuales.
Mejor estación del año para visitar Australia
Australia se encuentra en el hemisferio sur; su verano corresponde a nuestro invierno europeo (diciembre-febrero). Para evitar temperaturas extremas o aglomeraciones turísticas:
- Primavera austral (septiembre-noviembre): clima templado, menos lluvias.
- Otoño austral (marzo-mayo): ideal para recorrer ciudades como Melbourne o Sídney, con temperaturas agradables.
- Evitar verano australiano (diciembre-febrero) si no se soporta bien el calor intenso o los precios altos.
Cada región ofrece microclimas diferentes; conviene revisar predicciones según destino concreto.
Restaurantes imprescindibles en Sídney
La capital económica australiana presume de una gastronomía multicultural basada en productos frescos del mar y carnes autóctonas como canguro o wagyu local. Algunas recomendaciones populares:
- Quay: reconocido internacionalmente por su cocina creativa.
- Bennelong: ubicado bajo las velas de la Ópera.
- Tetsuya’s: fusión japonesa-australiana.
- Icebergs Dining Room & Bar: vistas icónicas sobre Bondi Beach.
- Bills: famoso por sus desayunos australianos auténticos.
Reservar mesa con antelación es imprescindible en temporada alta.
Documentación necesaria
Para ciudadanos españoles se requiere:
- Pasaporte con validez mínima de seis meses tras la fecha prevista de regreso.
- Visado electrónico (eVisitor o ETA), que puede solicitarse online antes del viaje; suele expedirse rápidamente pero es obligatorio obtenerlo antes del embarque.
- En algunos casos puede exigirse prueba de fondos económicos suficientes o billete de regreso.
Consultar requisitos sanitarios actualizados, especialmente respecto a vacunas recomendadas.
Moneda e información financiera
La moneda oficial es el dólar australiano (AUD). Conviene cambiar algo antes del viaje o retirar directamente en cajeros automáticos locales con tarjeta internacional; las principales tarjetas son aceptadas ampliamente tanto en comercios como restaurantes turísticos.
Propinas: no son obligatorias pero sí bienvenidas si el servicio supera expectativas (en torno al 10%).
Claves y trucos para disfrutar al máximo
- Adaptarse rápido al horario local: conviene dormir durante las horas nocturnas australianas durante el vuelo.
- Hidratación constante: llevar botella reutilizable y aprovechar los puntos de agua gratuitos a bordo.
- Moverse cada hora: utilizar la Zona de Bienestar para evitar molestias circulatorias.
- Descargar series/películas antes del vuelo; aunque hay entretenimiento individualizado, siempre es útil tener contenido propio.
- Reservar actividades clave (excursiones a Blue Mountains, visitas guiadas en la Ópera) antes del viaje para garantizar disponibilidad.
Curiosidades y anécdotas
Este trayecto revive el espíritu pionero del primer vuelo comercial internacional realizado hace más de un siglo entre St Petersburg y Tampa —apenas media hora frente a las veinte actuales—. Hoy se pasa del hidroavión Benoist XIV al A350-1000 equipado con WiFi satelital, iluminación LED regulable y menús diseñados por chefs estrella Michelin.
Ver amanecer dos veces no será solo una anécdota viral: representa una experiencia casi metafísica difícilmente repetible fuera de estos vuelos extremos.
Cómo llegar desde España
Actualmente no existen vuelos directos entre España y Australia; lo habitual es volar vía Londres, Dubái o Doha hasta Sídney con escala mínima técnica. Con la nueva ruta Qantas:
- Vuelo Madrid/Barcelona-Londres Heathrow (British Airways/Iberia).
- Traslado interno a la terminal correspondiente.
- Embarque directo al vuelo Qantas Londres-Sídney sin escalas.
Este itinerario reducirá tiempos totales hasta las veinte horas efectivas más conexión europea previa, simplificando notablemente uno de los viajes más largos posibles hoy día.
La llegada del vuelo comercial sin escalas más largo del mundo abre una nueva era para quienes sueñan con descubrir Australia sin sacrificar comodidad ni tiempo; un puente aéreo que acerca culturas, acorta distancias extremas e invita a vivir —literalmente— dos amaneceres consecutivos entre Europa y Oceanía.
