El Viajero Impenitente

Las 7 cosas que nadie te ha contado sobre la comida de avión

No volverás a mirar el bufé de tu aerolínea del mismo modo

Las 7 cosas que nadie te ha contado sobre la comida de avión
Comida de avión RS

Para muchos es un gran misterio.

Cuando uno piensa en la comida que se sirve en los aviones, no puede evitar enumerar en su cabeza un sinfín de adjetivos peyorativos: insípida, sosa, poco variada, preecalentada, aburrida…

Y podríamos seguir. Sin embargo, algunas características de estos platos que comemos a miles de metros de altura no tienen nada que ver con el chef que los elabora.

¿Sabiáis que los alimentos saben diferente cuando se consumen a una determinada altura? Y ¿por qué la carne de pollo solo se cocina un 60%?

Si sigues leyendo, te responderemos estas preguntas y te explicaremos algunas curiosidades que muchos desconocen sobre los platos que se sirven en las aerolíneas.

Sabe diferente (por esta razón)

La comida no sabe igual en el avión, pero no es culpa del chef. Muchos estudios confirman que el sentido del gusto se altera en situaciones de vuelo, ya que a medida que el avión va ganando altura se produce un cambio en la presión del aire que adormece un tercio de las papilas gustativas.

Por esta razón, la sal nos suele parecer menos salada y el azúcar menos dulce. Concretamente para ser exactos, según los datos de una investigación realizada por expertos del Instituto Fraunhofer de Física de la Construcción IBP, “la sal se percibe entre un 20% y un 30% menos intensa y el azúcar entre un 15% y un 20%”. Este cambio de sabor obliga a las aerolíneas a modificar la cantidad de aderezos usados en la comida, lo que repercute en la elección del menú, que al poder ceñirse solo a unas pocas recetas, a ojos de muchos pasajeros puede resultar poco variado.

El zumo de tomate tiene mejor sabor

Sólo en Lufthansa, por poner un ejemplo, se consumen más de 1,7 millones de litros anuales. Y es que, al parecer, el zumo de tomate sabe mejor en el aire, dentro de una cabina presurizada. Lo demuestra una investigación del Instituto de Física Fraunhofer, en Baviera (sur de Alemania). “El sabor del zumo de tomate es más intenso cuando la presión atmosférica es más baja, en condiciones normales se le llega a percibir como enmohecido”, afirmaba la química Andrea Buirdack-Freitag, del citado instituto, en declaraciones al prestigioso semanario Die Zeit.

Por eso, para saciar la creciente sensación de sed, muchos pasajeros lo piden, aunque nunca lo beban en tierra, porque las bajas presiones que se dan durante el vuelo hacen que el zumo de tomate mejore y sepa más fresco y dulce.

Puedes repetir (si lo pides)

Que no te sepa mal pedir más comida, estás en tu derecho. Tal y como argumentan los portavoces de British Airlines, Virgin Atlantic y Aeroflot, la intención de su servicio de catering es que el pasajero pueda disfrutar de cuantos platos extra crea necesarios.

Es por ello que, antes de despegar, sus responsables calculan la cantidad de comida que puede ser demandada, dando la posibilidad al viajero de repetir alguna de las raciones que ofrecen en sus respectivas cartas. Eso sí, solo en los vuelos que incluyen alimentación en el precio del billete y con la condición de que el pasajero haya terminado el plato anterior.

Las bebidas calientes no son la mejor opción

Según reveló Business Insider tras hablar con los miembros de la tripulación de una aerolínea, pedir café o té durante un vuelo no es la mejor de las ideas. Los tanques de agua caliente que se usan en los aviones rara vez se limpian y los propios trabajadores del avión se niegan a consumirla.

Desde hace más de 15 años, la Asociación de Auxiliares de Vuelo-CWA, en los Estados Unidos, reclama a las aerolíneas que informen sobre cuándo y de qué manera se cambia el agua porque, aunque en el país norteamericano el agua a bordo está regulado por la Agencia de Protección del Medioambiente (EPA) que garantiza su potabilidad, muchas veces las medidas higiénicas no se cumplen.

La carne no está cocinada del todo

Ni el pollo, ni el cordero o ni la ternera. Cuando se sube la carne al avión, después de haber sido cocinada junto al resto de alimentos en tierra firme, no suele estar completamente hecha. La ternera se cocina solo un 30% y el pollo un 60%.

Pero no hay nada que temer. Una vez a bordo, estas piezas se pasan por un horno de convección a vapor y quedan bien cocinadas para el primero al que se le antoje un plato de carne.

La comida se prepara en tierra

Ninguna de las comidas se prepara a bordo. Todos los alimentos se elaboran en las cocinas de los aeropuertos, que tienen las mismas inspecciones sanitarias que cualquier restaurante, y luego se trasladan en camiones para ser cargados en las bodegas del avión.

Gate Gourmet, el mayor proveedor mundial de servicios de catering y aprovisionamiento para aerolíneas, posiblemente sea la compañía responsable de decidir qué comerás en tu próximo vuelo. Trabajan con Iberia, LAN, TAM, British Airways, Aerolíneas Argentinas, Thai, Singapore Airlines, Etihad o Vueling, entre otras; sirviendo unas 25.000 comidas diarias que llegan hasta 30.000 en verano.

Otras compañías, como Emirates Airways, cuentan con su propia cocina. Emirates Flight Catering, por ejemplo, prepara 180.000 comidas cada día para más de 400 vuelos diarios a 142 destinos

Lo que no te comes, se tira

Todos los alimentos que no se consuman, se tiran inmediatamente después de cada vuelo. Además, la comida también se desecha si el vuelo se retrasa durante más de seis a ocho horas. Según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo, las aerolíneas produjeron 5.2 millones de toneladas de desechos en 2017, y producirán más de 10 millones de toneladas anualmente para 2030. Afortunadamente, las aerolíneas se están dando cuenta del problema y están encontrando cada vez más formas de desviar los desechos de cabinas de los vertederos.

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