Lo que Obama está tratando de hacer en Israel…

Lo que Obama está tratando de hacer en Israel, versus lo que está logrando, es el tema de un articulo publicado por el Dr Ami Isseroff.
Dr Isseroff es el Sedretario Ejecutivo de MidEastWeb for Coexistence, http://www.mideastweb.org y editor de PeaceWatch. http://www.ariga.com/peacewatch y este articulo aparecio el 17 de marzo de 2010.
Me parece interesante hacer llegar a los estimados lectores como se ve la realidad no solamente desde el punto de vista Israeli, sino desde su «izquierda».

«…Jeffrey Goldberg tiene una interesante y bastante obvia tesis, sobre lo que la administración Obama, o el Presidente Obama mismo, está, «realmente», tratando de hacer presionando a Israel. En resumen, parece que la administración Obama piensa que puede mover al gobierno israelí hacia la izquierda».

«… Según Goldberg, el objetivo es «forzar una ruptura en la coalición de gobierno que hará necesario para Netanyahu colocar en su gobierno al centrista Partido Kadima de Livni y formar una amplia mayoría de 68 bancas en la Knesset, que no tenga que depender de los votos de gángsteres, mesiánicos y medievalistas».

«…Yo no soy un fanático del actual gobierno. Soy un «izquierdista», nacido y criado como tal, y un judío secular. Sin embargo, fui sacudido por ese arrebato. Contrasté este tratamiento al gobierno israelí, con el tratamiento brindado al dictador libio Muammar Gaddafi. El gobierno de Estados Unidos acaba de disculparse con Gaddafi por las inofensivas observaciones hechas por un portavoz del Departamento de Estado, después que Gadafi llamó a una jihad contra Suiza.

La tesis, que generar presión del ala izquierda, es la meta de la administración de USA, es creíble. Evidentemente, están suficientemente desinformados y son suficientemente arrogantes, como para creer que eso es posible. Evidentemente, ya sea Goldberg u Obama, o ambos, no comprenden la historia política israelí, la política en Medio Oriente, o la actual situación política israelí. La idea de que la izquierda, o el centro, presionarán al Primer Ministro Benjamin Netanyahu, es una «fantasía mesiánica», porque la izquierda y el centro israelíes, hace ya tiempo que han dejado de existir como fuerzas políticas efectivas. Fueron destruidas por el proceso de «paz».

«… USA no tiene inconvenientes en apoyar a los «moderados» gángsteres de la Autoridad Palestina, un régimen corrupto, incluso para los estándares de los países árabes. Están felices negociando con el régimen de Assad, que vive de los beneficios del contrabando de hachís y opio del valle de Beq’a. Estuvieron enamorados de los Ayatollah iraníes, gángsteres medievalistas mesiánicos, y quieren hacer un trato con ellos.

¿El rabino Ovadia Yosef, es mucho peor que el Ayatollah Khameinei? ¿Es más medievalista, más mesiánico o más gángster? ¿Es el Ministro del Interior, Eli Yishai, más medievalista o más mesiánico que Mahmoud Ahmadinejad? ¿Usaría cualquier respetable periodista, en USA, esas invectivas acerca de los líderes de los países musulmanes o árabes? Imagínense, Jeffrey Goldberg es un amigo de Israel. Lo que otros escriben es mucho peor.

Obama es el hombre que llegó al cargo bajo el lema «Somos el cambio que buscamos». ¡Sólo deséalo, y se hará realidad! Obama creyó, o cree, que puede tener un diálogo constructivo con Bashar Assad y Mahmoud Ahmadinejad, una creencia que, podría decirse, tiene menos fundamento en la realidad y es mucho más peligrosa, que la más salvaje y más vil de las supersticiones de los rabinos “medievalistas».

«…Pero el verdadero problema con Goldberg, o con Obama, o con la idea de Rahm Emanuel, no es el de los medievalistas, los mesiánicos y los gángsteres. «Es con el resto de nosotros, los israelíes». Quien inventó esta idea, debería tratar de comprender la realidad política israelí. Israel ha ido derivando, bastante regularmente, hacia la derecha con cada fracaso de una iniciativa de “paz”. La deriva está también alimentada por la demografía. La vieja generación de «israelíes originales» y Sionistas Laboristas, está dando paso a una población que es cada vez más religiosa y orientada a la derecha, y esa porción de la población es, también, la más activa políticamente…»

«…Los palestinos actúan validando todas las tesis de la derecha israelí.
La llamada Intifada de al-Aqsa fue un resultado directo de que el proceso de «paz» haya ido mal. Apuñaló por la espalda al movimiento de paz israelí, y llevó a Ariel Sharon al poder. La Intifada al-Aqsa provocó las peores pesadillas profetizadas por la derecha: la «policía» palestina disparando a los soldados israelíes, terroristas suicidas en nuestras ciudades y, crucialmente, el abandono casi total de Israel por parte de Estados Unidos y Europa. Israel tomó riesgos para la paz y fuimos llamados «criminales de guerra» por nuestra molestia. No se nos permitió actuar contra la violencia, hasta que fue demasiado tarde. Cuando Israel emprendió la Operación Muro Defensivo, los palestinos inventaron el cuento de la «Masacre de Jenín» y el mundo lo creyó…»

Pero la voluntad del pueblo israelí por la paz no estaba totalmente vencida. Aún había un suficiente número de mesiánicos tontos entre nosotros, yo incluido, que siguió con la esperanza, contra toda esperanza. El supuesto archi villano, Ariel Sharon, se retiró de la Franja de Gaza. Colonos enojados fueron retirados por la fuerza, profetizando fatalidad y tristeza. Una vez más se cumplieron sus profecías. Así que ¿Quiénes son los «mesiánicos» no realistas y quiénes son los realistas? Tal como se preveía, los palestinos establecieron un estado de Hamas en Gaza y la utilizaron como base de terrorismo. Una vez más, cuando Israel actuó en defensa propia, fue puesta en la picota como «criminal de guerra». El simple hecho, y para mí desagradable, es que ya no hay una izquierda, o un «centro», israelíes, políticamente viables. El Partido Laborista de Israel, más o menos, se ha desintegrado. El pacifista Meretz puede obtener 5 bancas, en el mejor de los casos, y el partido centrista Kadima de Tzipi Livni está cada vez más en peligro de disolverse en sus partes constituyentes. ¿Quién, en ese partido, presionará a Netanyahu para que haga concesiones, además de Livni? Shaul Mofaz no va a exigir concesiones en Jerusalem. Así que ¿quién traería esta presión?

El resultado de la exhibición de histrionismo, y de la torpe maniobra política, de aficionado, por parte del gobierno de USA tiene dos caras. Por una parte, alentará a los palestinos a hacer demandas absurdas e incrementar la violencia y la incitación. El «moderado» Salem Fayyad, ya está esparciendo un malicioso cuento de que la renovada sinagoga Hurva invade terrenos de la Mezquita al-Aqsa. Está cosechando la recompensa en forma de «moderados» disturbios. La sinagoga estuvo en el mismo lugar durante casi 300 años y ningún musulmán se quejó. Fue destruida en los combates de 1948 por el saboteador Fawzi El Kuttub y sus secuaces, entrenados por las SS, y luego profanada por una turba de saqueadores. Tal es el descaro del «moderado» Fayyad y sus gángsteres y medievalistas, que protestan por que se reparó un lugar de culto que fuera profanado por su propio pueblo.
Por otra parte, el histrionismo de Hillary Clinton no puede ayudar a Tzipi Livni, ni a la izquierda. Sólo puede provocar la formación de un gobierno de extrema derecha en Israel.

Los israelíes están irritados porque el gobierno de USA hizo un escándalo exorbitante en relación al anuncio de nuevas viviendas en Ramat Shlomo, en Jerusalem. Jerusalem es un tema de consenso. Jeffrey Goldberg, y tal vez Obama, se olvidó, pero los israelíes no se olvidaron, de que Yitzhak Rabin, el símbolo del movimiento pacifista israelí, combatió por Jerusalem en 1948, comandó el ejército que liberó a Jerusalem en 1967, y prometió una y otra vez, y una vez más, que Jerusalem permanecería unida y seguiría siendo la capital de Israel. Lo dijo en 1967, después de la liberación de Jerusalem y lo repitió varias veces durante las negociaciones con los palestinos.

«… en noviembre de 1995, justo antes de ser asesinado, Rabin declaró:
«La máxima prioridad para todos nosotros es una Jerusalem unida, bajo la autoridad de Israel»,

«…Quince años de violencia del proceso «paz», no han colocado a los israelíes en un estado de ánimo para un mayor compromiso, como no han hecho mucha mella en los 3000 años de apego del pueblo judío a Jerusalén.
Jerusalem une a los ortodoxos y a los medievalistas, a los mesiánicos, a los escépticos y a los sionistas pragmáticos, porque es un tema que tiene algo para todos y cada uno. Es un símbolo religioso. Es un símbolo de soberanía nacional.
Jerusalem sigue siendo un punto de amargura, para los que recuerdan o han estudiado la Guerra de la Independencia de Israel. Jerusalem no es sólo un lugar que es un sinónimo de «santidad», como se lo utiliza en la cultura occidental. Es sinónimo de sangre y determinación hasta el punto de la muerte. Jerusalem es, y fue, regada por la sangre de nuestros antepasados y de nuestra propia generación. Por «antepasados» no me refiero a la gente de la época del rey David. Me refiero a nuestros padres, abuelos, tíos, primos y, en algunos casos, a nosotros mismos, que allí lucharon en dos guerras, que fueron asesinados en 1921, 1929 y 1936, y en la Segunda Intifada.

Casi todo el mundo sabe cómo la ciudad vieja de Jerusalén fue limpiada étnicamente de judíos en 1948, cómo la ciudad fue hambreada por un bloqueo real, no la farsa que sucede en Gaza hoy en día. Todo el mundo sabe acerca de los pogroms que tuvieron lugar allí en 1929 y 1936. Y si toda esa historia no fuera suficiente, los palestinos demostraron en la segunda «Intifada» que nada cambió. Si se da la oportunidad, van a arrojar piedras y disparar contra los judíos en Jerusalem, e inventarán pretextos sobre los peligros para la mezquita al-Aqsa. No hablamos de estas cosas a menudo, pero casi todos en Israel las conocen.

«…Los palestinos están inflexibles. «Kulu al ard Arabi» – toda la tierra es árabe. Esta ha sido la postura del «moderado» Mahmoud Abbas desde el año 2000, y la ha reiterado en toda oportunidad. No hay nada que negociar en Jerusalén, en lo que a él concierne. Ni siquiera Ramat Shlomo, que se construye en tierra de nadie lindando con Shuafat. Ni siquiera Ramat Eshkol o la Colina Francesa. «Kulu al ard Arabi». Los palestinos progresistas, no medievalistas, reclaman, incluso, el Muro de los Lamentos (Muro Occidental del sitio del antiguo templo judío), porque Muhammad amarró su caballo volador ahí, cuando visitó al-Aqsa. El barrio judío, que existió durante muchos siglos en la «árabe» Jerusalem oriental, es un «asentamiento ilegal», según el «imparcial» gobierno de Estados Unidos.

¿Qué mesiánicos, en el gobierno de USA, imaginan que algún gobierno israelí podría abandonar el Muro de los Lamentos, podría evacuar Ramat Eshkol, la Colina Francesa y la Universidad Hebrea en el Monte Scopus, y podría aceptar la perpetuación de la limpieza étnica de 1948? ¿A cambio de qué? ¿Por las promesas vacías de actuar contra el armamento nuclear iraní?
La presión irrazonable, impropia y unilateral, las constantes declaraciones arrogantes de que los asentamientos israelíes en la parte oriental de Jerusalén son «ilegales» (Ramat Shlomo está, en realidad, en el centro norte de Jerusalem), el rudo histrionismo de Hillary Clinton, ayudado por el extremismo y la incitación de los palestinos, los crudos epítetos de la prensa estadounidense, están fortaleciendo a los peores elementos de la extrema derecha israelí, y poniendo cómodos a todos los extremistas musulmanes y árabes en Medio Oriente. Obama está sembrando vientos y, todos nosotros, cosecharemos tempestades.
Ami Isseroff

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Autor

Shimshon Zamir

Nacido en Argentina. Vive en Israel desde 1972. Casado... tres hijas... 8 nietos. Trabajó 30 años en la industria Química Israelí, hoy pensionado. Graduado en Sociología.

Shimshon Zamir

Nacido en Argentina. Vive en Israel desde 1972.
Casado... tres hijas... 8 nietos.
Trabajó 30 años en la industria Química Israelí, hoy pensionado.
Graduado en Sociología.

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