El restaurante GAYTÁN de Javier Aranda es ese lugar que no te puedes perder si amas la cocina con mayúsculas y que ofrece, no sólo experiencias gastronómicas, sino comidas de placer.
De mente inquieta e imaginación desbordante, este chef manchego lleva la hostelería en la sangre convirtiéndose a los 29 años en el cocinero más joven del mundo en conseguir una Estrella Michelín en cada uno de sus restaurantes. Un chef genial injustamente apartado del circuito mediático que elabora su cocina sin barreras de por medio. Una cocina que, además de una muy cuidada técnica, tiene alma, transmite ese sentimiento al que muy pocos llegan.
El respeto a la tradición y a sus raíces es innegociable en la cocina de Javier, pero eso sí, sabe aplicar las técnicas más vanguardistas a esa herencia sin restarle un ápice de suculenta autenticidad.
En esta ocasión Aranda presenta un menú armado en torno a la inspiración de la estacionalidad, con una impecable puesta en escena en la que todos los actores bordan su papel: comienza con las joyas de la temporada y sigue con un homenaje boscoso a la micología con bocados de puro deleite. En mesa se presentan los platos dedicados a los vegetales, con ese punto que acaricia la perfección.
Del agua salada los mejores manjares exaltados por la técnica del chef, muy sobresaliente la elaboración del salmonete. De la tierra, tradición y vanguardia en palabras del propio Aranda. Explosión de sabores y matices únicos. Y terminamos con unos “sweet dreams” muy sweets donde nunca falta el chocolate que tanto le gusta a Javier.
El servicio de sala es impecable, no se descuida ningún detalle, todo está pensado y dirigido al placer sensorial del comensal. Además, el menú ofrece la posibilidad de una armonía de vinos escogida cuidadosamente por el sumiller del restaurante para ensalzar los matices de cada plato.
Una experiencia gastronómica emocionante y seductora elaborada en directo, delante del comensal, en vivo y sin obstáculos entre los cocineros y el cliente, como si de una hipnotizante función de teatro se tratase.
