COMPARATIVA EJECUTIVA

BMW C650 GT VS. Piaggio X10 500

Los maxiscooters están imponiendo su ley entre los moteros con modelos cada vez más equipados y capaces, verdaderas motos camufladas que sirven tanto para hacer conmmuting como para viajar

BMW C650 GT VS. Piaggio X10 500
BMW C650 GT The Motor Lobby

Son muchos los motoristas que con los scooters de alta cilindrada han encontrado unos vehículos limpios, modernos, capaces, seguros y confortables que les proporcionan la manera de recuperar su afición motera, así que mientras que antes de quitarse los prejuicios y probar uno su montura de dos ruedas estaba en el garaje criando polvo con la batería descargada, una vez que catan las ventajas de moverse en maxiscooter lo hacen a la mínima que pueden.

Yamaha, Suzuki, y Piaggio son marcas que llevan muchos años de ventaja comercializando scooters y que por lo tanto cuentan en su gama de una u otra manera con un representante para cada tipo de cliente, pero BMW, uno de los fabricantes de motos más reputados, hace sólo un año que desembarcó en este codiciado segmento. Eso sí, lo ha hecho a lo grande, con dos versiones de un mismo modelo que atraerán a clientes diferentes según sean más deportivos (C600 Sport) o urbanitas (C 650GT), y con la ventaja de que al llegar los últimos han tenido todo el tiempo del mundo para estudiar a sus rivales y evitar muchos errores.

Pese al apellido GT del scooter bávaro hoy a prueba, los genes deportivos de BMW se dejan notar en el placer de pilotaje y las sensaciones deportivas que transmite en todo momento, y es que con una parte ciclo compartida al completo con su hermano Sport, muchos se llevarán una sorpresa con su gran precisión de trazada y pilotaje. Animado por un bloque bicilíndrico de 65CV las sensaciones al volante son de poderío total, e incluso a nada que el suelo deslice un poco veremos al control de tracción actuar si nos pasamos lo más mínimo con el gas.

Frente a este planteamiento el Piaggio X10 es un scooter mucho más convencional y tiene que sacar pecho en otros apartados para estar a la altura. Muchos pensarán que hubiera sido más lógico enfrentar al modelo germano con el Suzuki Burgman 650, que es su rival más directo, pero nosotros queríamos saber si la diferencia de precio tan abultada que separa a los modelos más elitistas realmente merece la pena frente a alternativas más asequibles pero perfectamente resolutivas como nuestro escogido representante italiano.

La principal desventaja del modelo de Piaggio viene por el lado mecánico, con un motor monocilíndrico de «sólo» 40CV y un chasis que aunque ha mejorado mucho su rigidez no llega a la precisión del BMW a pesar de contar con suspensiones regulables electrónicamente. Lo que no se puede dudar sin embargo es que a nivel estético este modelo raya a un altísimo nivel. Desarrollado entre los centros de Pontedera y Pasadena, sus formas suaves y onduladas no quedan exentas de una personalidad agresiva que nos gusta especialmente. A ello se suma una calidad percibida enorme que está al mismo nivel que su rival, con un precioso asiento de color marrón y un enorme cofre bajo el asiento (57 litros) en el que cabe hasta un portátil (en el BMW GT también).

Confort total

La protección aerodinámica es un factor fundamental en este tipo de motos y aunque ambos cubren el expediente con nota, el BMW se desmarca con una pantalla regulable eléctricamente que es un prodigio de protección y comodidad. En el Piaggio ésta tiene un buen tamaño pero no se puede regular y su posición queda algo baja, con lo que los pilotos más altos notarán turbulencias en el casco en cuanto la velocidad se eleve, ya que esta moto ofrece prestaciones de sobra para viajar y desenvolverse sobre cualquier vía, con una estabilidad y seguridad encomiable.

Una gran ventaja tanto del BMW como del Piaggio es que se trata de motos que se disfrutan de igualmente circulando en tandem, algo muy de agradecer cuando incluso muchas motos supuestamente viajeras son incómodas para el pasajero: asientos estrechos y duros, estriberas incómodas, flujos de aire con turbulencias… No nos encontraremos nada de esto en nuestros dos protagonistas, con asientos amplios y confortables, cómodos respaldos opcionales y una ergonomía y aerodinámica claramente estudiadas para el uso a dúo.

En ambos modelos los frenos vienen equipados con sistema antibloqueo ABS de última generación, pero BMW ha decidido dejar los circuitos independientes y no monta frenada combinada primando el comportamiento deportivo. Además, su horquilla invertida transmite mejor la información de agarre en todo momento. Para detener el X10 dos discos delanteros de 280mm con pinzas flotantes de doble pistón y otro disco trasero de 240 mm realizan una gran labor, y la frenada combinada proporciona un rendimiento óptimo: potente, dosificable y seguro. Ambas motos llevan al freno de estacionamiento que se activa de forma automática al desplegar la pata de cabra, un detalle muy útil en el día a día.

Es a nivel económico donde llegan las grandes diferencias y donde la balanza se decantará en un sentido para la mayoría de los clientes. Con una diferencia de precio que supera los 4.500 euros a favor del modelo italiano, la BMW tiene mucho que demostrar para llevarse el gato al agua. Y es que un precio de tarifa en el entorno de los 12.000 euros son palabras mayores. Los 7.500 euros de la Piaggio X10 la sitúan en una posición de privilegio como vehículo urbano completo, con una parte ciclo remodelada y la incorporación de una electrónica activa a la última que aporta mucha seguridad y estabilidad. Todo ello con una imagen muy premium.

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