También logran reducir costes gracias a arquitectura modular, producción cruzada y el desarrollo común de tecnologías como la conducción autónoma y la conectividad de los vehículos. Un año antes del plazo previsto, la alianza Renault-Nissan ha registrado 4.300 millones de euros de sinergias en 2015, lo que representa un aumento del 13% con respecto a 2014. Solamente se tienen en cuenta cada año las nuevas sinergias, no el conjunto de sinergias producidas desde el origen. Estas sinergias hacen que Renault y Nissan logren alcanzar sus objetivos financieros y puedan mejorar la relación calidad/precio a sus clientes. Si bien Renault y Nissan siguen siendo empresas distintas, cada función está bajo la batuta de un director común a la alianza. Gracias a la convergencia, la alianza prevé realizar al menos 5.500 millones de euros de sinergias en 2018.
La arquitectura modular –Common Module Family (CMF)– es un sistema único propio que han creado conjuntamente. Se están recogiendo los frutos del enfoque modular, como así lo atestigua el lanzamiento por Nissan de Rogue en Norteamérica, del premiado Qashqai en Europa y de X-Trail en Japón y en China. Por su lado, Renault han lanzado con éxito el nuevo Espace, Kadjar, el nuevo Mégane y Talisman, todos ellos modelos nacidos de la plataforma CFM-C/D. En 2015, Renault comenzó a comercializar Kwid en el mercado indio, seguido del lanzamiento de Redi-Go por Datsun a mediados de 2016. Estos dos vehículos se fabrican en la planta de la Alianza en Chennai (India) a partir de la arquitectura CMF- A que cubre la categoría más pequeña y asequible de vehículos. Es más meritorio, teniendo en cuenta la difícil capacidad de penetración en un mercado tan competitivo como la India. Para 2020, el conjunto de las marcas prevé que el 70% de sus vehículos se construirán sobre arquitecturas CMF.
La producción cruzada de vehículos seguirá siendo un elemento clave de sinergias. La producción cruzada se basa en el Alliance Production Way, un sistema de gestión de la fabricación y de los talleres comunes a Renault y Nissan. El Alliance Production Way aprovecha los mejores criterios de eficacia en materia de fabricación, sean de Renault o de Nissan. A principios de 2016, Renault anunció que la nueva furgoneta NV300 de Nissan se produciría en Francia, en su fábrica de Sandouville. Nissan NV300 se fabricará en la misma cadena de ensamblado que el nuevo Renault Trafic, mientras que a finales de 2016, la fábrica Renault de Flins, cerca de París, comenzará a producir el nuevo Nissan Micra.
La alianza Renault-Nissan ha anunciado el lanzamiento de 10 modelos dotados de la tecnología de conducción autónoma para 2020. Esta ambición refleja la prioridad que otorgan a la innovación tecnológica, así como su compromiso en alcanzar el doble objetivo de «zero emissions-zero fatalities». Los ingenieros de Renault y de Nissan colaboran en el desarrollo de la conducción autónoma, de la conectividad y de otras tecnologías de nueva generación destinadas a los vehículos para el gran público. La colaboración de Renault y Nissan en materia de investigación y desarrollo avanzados les permite trabajar con más eficacia y a menor coste.
Renault-Nissan ya se ha impuesto como líder mundial del vehículo eléctrico. Desde 2010, conjuntamente han vendido más de 340.000 vehículos cero emisiones. La alianza cuenta con un presupuesto I&D anual de aproximadamente 4.500 millones de euros, posee centros de investigación en Atsugi (Japón); en Guyancourt (Francia); Farmington Hills en el estado de Michigan, así como Sunnyvale en California (USA) –además de en la India, en Brasil, en Rumanía, en Turquía y en China, entre otros. En el pasado mes de enero, anunciaron la creación de un equipo común Vehículo Conectado y Servicios de Movilidad, encargado de la puesta en marcha de aplicaciones de conectividad que los clientes descubrirán a través de todas las marcas que poseen. Dicho equipo presentará asimismo nuevos servicios de movilidad en su nombre.
