Visión Mazda 2030, por un futuro más sostenible

Mazda es una de las marcas de automóviles más preocupadas por el medio ambiente, como lo lleva demostrando durante los últimos 10 años optimizando las cifras de consumo mediante Skyactiv

Visión Mazda 2030, por un futuro más sostenible
Nuevo Mazda CX5 The Motor Lobby

Además de los enormes avances en propulsores gasolina y diésel y sus respectivos sistemas de transmisión relacionados con Skyactiv, Mazda viene adoptando ya desde generaciones anteriores su alabada “Estrategia del Gramo”, con una importante reducción de peso de sus vehículos para lograr reducir los consumos a mínimos y conseguir de paso un comportamiento dinámico ejemplar, el llamado “Jinba Ittai”, el jinete y su montura.

Pero bien es cierto que el fabricante japonés no se ha lanzado como otros a la comercialización de vehículos con energías alternativas ni basadas en ningún componente eléctrico, tanto de ayuda a los motores de combustión convencionales, conocidos como vehículos híbridos, ni vehículos eléctricos basados exclusivamente en ese tipo de energía. Eso podría llevar a pensar que no le dan tanta importancia al tema del cuidado por el medioambiente, y nada más lejos de la realidad…

La política de Mazda en esta materia ha sido desde el principio mejorar notablemente los propulsores convencionales hasta el extremo, mientras paralelamente continuaban desarrollando a fondo las posibilidades del propulsor híbrido y eléctrico, hasta que de verdad merezcan la pena.

De hecho, su gran apuesta hasta la fecha ha sido la mejora de los propulsores convencionales, especialmente el diésel hoy en día tan denostado socialmente. Y estos principios se basan en realidades que hoy parecen desconocidas o ignoradas por todo el mundo. Desde Mazda ya anunciaban que para el año 2020 la combustión interna seguirá dominando el sector, y ahora ya no hay duda de ello. Aseguraban que la huella de carbono en el medioambiente de los propulsores convencionales sería inferior a la de los propulsores eléctricos si la energía no provenía de fuentes renovables, como así ocurre en la actualidad.

Las emisiones ocultas

Esta es en la actualidad una gran verdad que parece que no se tiene en cuenta, puesto que para conseguir la electricidad que mueve a los coches eléctricos se generan ingentes cantidades de CO2, incomparables con las escasas que generan los vehículos de combustión convencional, principalmente los diésel. Por otra parte, los ingenieros del Centro Superior de Investigación del Automóvil de la Comunidad de Madrid INSIA han llevado a cabo entre mayo y julio de este año un estudio para medir los consumos en condiciones reales de todas las tecnologías de propulsión existentes hoy en día, en el que se demuestra que los motores diésel además de ser los que menos consumen, también son los que en los últimos años han reducido en mayor medida las emisiones de CO2. Mazda con su todocamino compacto CX-5 es una de las marcas que sale mejor parada respecto a sus cifras de consumo y emisiones.

El fruto de su gran apuesta por mejorar los propulsores que emplean combustibles convencionales y reducir sus emisiones hasta en un 30%, viene de la mano de una serie de reconocimientos a lo largo de los últimos años a sus nuevas tecnologías SkyActiv. Uno de ellos ha sido lograr el reconocimiento como marca más eficiente en Estados Unidos por cuarto año consecutivo, así como ser también una de las cinco marcas elegidas para el “Indice de sostenibilidad del Dow Jones” (Bolsa americana) o ser la única marca cuya gama completa cumple y supera los requerimientos de consumo en EEUU.

Todo esto es gracias a que de todos los motores diésel de Mazda, el 33% cumple la actual normativa Euro 6, frente al 11% de media del resto de fabricantes. Los ingenieros de la marca, con los buenos resultados que están obteniendo y las bajas cifras de consumo de los motores diésel actuales en general, prevén que para el año 2035 el 85% de los automóviles de turismo van a continuar disponiendo de motor de combustión interna, incluye tanto combustión interna pura como híbridos o eléctricos con autonomía extendida.

Mazda se ha fijado como objetivo prioritario reducir sus consumos y emisiones en situaciones reales de conducción lo que ha llevado hasta la fecha con acciones como el lanzamiento del sistema i-stop de arranque y parada automáticos o el sistema de frenada regenerativa, algo que en Japón ya se pudo comprobar en el año 2015, reconociéndola como la marca con menores cifras de consumo y emisiones en conducción real.

Ante estas realidades, Mazda anuncia su particular reto denominado “Visión Mazda 2030”, que consiste en ofrecer a los clientes el mayor placer de conducción y reducir las emisiones de sus vehículos para el año 2030 en un 50%, mientras que para 2050 las rebajarán en un 90%. Para cumplir este reto Mazda se compromete a lanzar durante los próximos años hasta 2035 vehículos con tecnología híbrida, hibrida enchufable y eléctricos, aunque prevé que, con los bajos consumos y las bajas cifras de emisiones que están obteniendo los motores diésel actuales en general, el 85% de los automóviles de turismo continuarán disponiendo de motores de combustión interna.

Según el plan de lanzamiento de tecnologías de la marca, el siguiente en llegar será SkyActiv-X y los propulsores híbridos que verán la luz en 2019, que se completarán entre ese mismo año y el 2020 con el SkyActiv-D de segunda generación y vehículos eléctricos con y sin rango extendido, mientras que entre 2020 y 2021 llegarán los vehículos híbridos enchufables o PHEV así como los sistemas de conducción autónoma Co-Pilot.

El próximo paso inminente en la línea de reducción de emisiones, sin renunciar nunca a las mejores prestaciones, es el SkyActiv-X, un propulsor de nueva configuración denominado HCCI con una presión de inyección cinco veces mayor que los motores de gasolina actuales, que consigue combinar las grandes ventajas de un motor de gasolina con las de un diésel. Se alimenta con mezcla pobre de gasolina, con unas relaciones de compresión de 16 a 1 más altas incluso que las de un diésel, obteniendo cifras de autonomía similares a las de un diésel y unas prestaciones propias de la gasolina.

Esta nueva denominación de propulsor SkyActiv-X se incluirá en la nueva generación del Mazda 3 en gasolina, con unas cifras de consumo de un Mazda 2 y una dinámica de conducción como la del roadster MX-5.

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