Una de las críticas que con más reiteración se hizo y se hace a Aznar es que hubo una tremenda imprevisión antes del 11-M. El dictamen aprobado en el Congreso de los Diputados, con los votos unánimes de PSOE, CiU, ERC, PNV, Izquierda Verde (IU-ICV) y Grupo Mixto, se censuró la actuación del PP “por no haber respondido con la debida diligencia a la amenaza del terrorismo islamista”.
Es evidente que el Gobierno Aznar no valoró el peligro como debería haberse hecho, pero resulta paradójico que los mismos que se han hartado de afirmar que se infravaloró la amenaza del terrorismo de corte islamista, sigan minusvalorándolo ahora en aras de la Alianza de Civilizaciones y que, pocos meses antes de la masacre, se tomaran a pitorreo las detenciones de terroristas musulmanes.
El presidente Zapatero, que entonces sólo era el líder de la oposición y que hasta la carnicería de Madrid ni soñaba con auparse a La Moncloa, el ministro Caldera, que actuaba como portavoz del PSOE, Gaspar Llamazares, que movilizaba IU contra cualquier iniciativa del Ministerio del Interior, fueron sólo algunos de los que se pitorrearon de la detención de islamistas en Cataluña, calificando a los arrestados de “Comando Dixan”.
La burlesca denominación fue utilizada por primera vez por el diputado del PSC Jordi Pedret, en referencia a los productos tóxicos incautados el 24 de enero de 2003 a un grupo de 16 magrebíes desarticulado en Cataluña, durante lo que policialmente se conocía como «Operación Lago«.
A la banda se le confiscó un bidón con un líquido tóxico que el FBI considera puede ser utilizado para la confección de un explosivo denominado «napalm casero«. Cuando, a petición del PSOE, informó el secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Astarloa, sobre tales extremos, el diputado Pedret, tras tomar a chacota el hallazgo y la detención de la célula, se explayó de esta guisa como portavoz de su partido:
«No podemos consentir que personas en situación administrativa irregular sean equiparadas a la existencia de un peligro inmediato, directo y real para los españoles por parte del régimen baazista, que supondría la justificación del ataque a la República de Irak».
Los socialistas, que cinco meses antes del 11-M, calificaban la “Operación Lago” de «desproporcionada» y la ridiculizaron sin tino, consideraban que las detenciones de miembros de Al-Qaeda eran utilizadas para «propaganda» y para justificar la guerra de Irak. Contaron entonces con notable apoyo mediático, de los mismos periodistas que más han remarcado la imprevisión del Gobierno Aznar y más apoyan la Alianza de Cicvilizaciones.
Si para muestra sobra un botón, no está de más releer este fragmento del editorial publicado el 1 de mayo de 2003 por El Periódico de Catalunya, diario que dirigía y dirige Antonio Franco:
“A todos ellos, de origen magrebí, se les acusó de posesión de material químico para fabricar explosivos. Pocos días después, los laboratorios policiales advirtieron de que lo incautado era detergente doméstico, por lo cual esa burda operación hizo popular el apelativo de comando Dixan”
En su día, ante la Comisión del 11-M, pero con poco eco, el ex presidente Aznar ya hizo referencia a esta sangrante contradicción:
«¿A qué viene, entonces, todo esto del comando Dixán, el pitorreo del jabón, cuando tenían temporizadores, material susceptible de convertirse en explosivo, teléfonos móviles manipulados, libros sobre la Yihad, documentación sobre el 11-S? ¿Es normal? ¿Eso es lo que llevan los que se van a dedicar a las labores del hogar?»
Cómo una imagen vale más que mil palabras y no hay nada mejor que escuchar de viva voz los testimonios, pinchen en la pantalla y escuchen lo que decía cada uno de los protagonistas y que Librepensadorr ha subido a la red, para beneficio de todos:
1).- Esto es lo que afirmaba con voz tronante y apenas una año antes de la masacre del 11-M, el ahora presidente Zapatero y entonces jefe de la oposición socialista.
2).- Apenas tres meses antes de los atentados de Madrid, el ahora ministro Jesús Caldera y entonces diputado y portavoz del PSOE, se mofó de la detención de islamistas en Barcelona y hasta enumeró los «productos» incautados. Todo ello en el Congreso.
3).- Semanas antes del 11-M y también en el Congreso, Gaspar Llamazares, líder de Izquierda Unida, llevó las criticas a los arrestos de islamistas hasta el extremo de afirmar desde el estrado:
“A este paso cualquiera que sea un poco moreno y que quiera colaborar en las tareas del hogar va a ser detenido por ustedes por ser miembro de Al Qaeda”.
A la luz de todo lo anterior, llama la atención que Antonio Alonso -actual Ministro de Interior– subrayase, apenas llegar al cargo, la posibilidad de que los atentados de los trenes se hubieran podido detectar e impedir.
Alonso habló de «clara imprevisión política» y tiene su parte de razón, pero tendría que haber añadido que los suyos y en concreto Zapatero, fueron y siguen siendo mucho más imprevisores que Aznar.