Imagina ser una mujer…

Imagina ser una mujer, y que el día que nazca tu hermano, digan: ‘mashalah [felicidades], ha llegado un niño, y que el día que tú nazcas todo lo que se diga sea: ‘mashalah, tienes una niñita, huh’ (términos como niñita se utilizan en árabe para reducir el valor de la aludida). Lo más probable es que seas celebrada si eres la niña #1 o la niña #2, pero sería preferible que la cifra de niñas no exceda este límite para no traer perjuicios a tu madre. En cuanto a tus hermanos varones, bien, bienvenido, bienvenido, nunca hay daño en más niños, ¿no?

Escribe en su blog Badria al Bisher, quizá la mejor bloggers saudí, que hay que imaginar ser una mujer y necesitar siempre el consentimiento de tu guardián varón; no sólo según la jurisprudencia islámica en términos de que importe que llegues al matrimonio virgen, sino en todo aspecto y tema que pueda preocuparte.

Imagina no poder recibir una educación sin el consentimiento de tu guardián varón, ¡ni siquiera si estudias un doctorado! Imagina no poder trabajar, llegar a fin de mes, sin su consentimiento. ¡Algunos ni siquiera se avergüenzan al declarar que las mujeres también necesitan todo lo mencionado arriba en el sector privado!

Imagina ser una mujer, y que este guardián tuyo sea tu hijo de 15 años. Imagina que sea tu hermano el que se rasca su barbilla con dudas antes de firmar cualquiera de tus papeles, y que hasta te provoque humillantemente. Imagina que este hermano tuyo te pide «lo que hace que las cosas se muevan » (una expresión utilizada para referirse al soborno).

Puede que sea demasiado hombre para pedirlo en metálico, y ningún hombre con orgullo cogería dinero de su hermana, pero este orgullo no le impedirá pedirte un coche, una nevera, o una garantía de que le pagarás las facturas mensuales hasta que las cosas le vayan mejor a él. Y en la mayoría de los casos, nunca le irán mejor, sólo te provocarán más y más problemas.

Imagina ser una mujer y ser objeto de humillaciones, palizas o asesinatos, y entonces, cuando tu foto sea publicada en los periódicos locales junto con la del asesino en toda su criminalidad, habrá quien te pregunte si tú, la víctima, llevabas velo.

Aún habrá quién, de llevar velo, te preguntará qué hacías en ese momento; o que tiene que haber alguna acción por tu parte que haya encolerizado a tu marido hasta el punto de pegarte hasta dejarte inconsciente.

Imagina ser una mujer cuya nariz, brazos y piernas sean rotas hoy por tu marido, y que cuando presentes una denuncia a un juez, diciendo: ¡me pega!, responda rutinariamente diciendo: ¿si?, ¿qué más? Como si las palizas constantes fueran la norma entre todas las parejas casadas. ¡Después de todo es tu marido!

Imagina ser una mujer y tener que coger taxis constantes para hacer tus recados diarios. Imagina tener que ser paciente con un conductor que no te entiende, y tener que soportar las diferencias culturales sólo para llegar a donde quieres ir.

Imagina tener que esperar a tu hermano pequeño todos los días, sólo para que te pueda llevar a trabajar. Imagina contratar a innumerables conductores que aprenden a conducir utilizando tu propio coche, que practican a tus expensas, y a quienes entrenas durante meses y meses hasta que agotada, suspiras «qué clase de vida es ésta» Todo esto porque eres una mujer, y por tanto no se te permite conducir.

Imagina que las mujeres del siglo XXI siguen fatwas de académicos que en un momento dado, debaten la viabilidad de capturar las mujeres del enemigo y tener después relaciones sexuales con ellas. Algunos incluso continúan para debatir la captura de las mujeres del enemigo en tiempo de paz también; y todo lo cual, sin saber siquiera quién es el enemigo en cuestión.

Imagina ser una mujer que escribe una columna semanal para un diario, y cada vez que escribes acerca de tus preocupaciones, tus temas, tus asuntos del paro y los casos dictaminados en tu contra en nuestros propios tribunales, que ellos empiecen a decir:

‘No le prestes atención, todo es cotilleo de mujeres, cacareos de gallina, nada más’.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído