La ayuda humanitaria se entiende universalmente que proporciona «asistencia a las víctimas de desastres naturales, situaciones de guerra u otros sucesos catastróficos«. Sin embargo, esta definición se está expandiendo hoy para incluir la ayuda a un régimen terrorista. Bajo el disfraz de «ayuda humanitaria«, el dinero comienza a fluir al gobierno terrorista de Hamas.
Explican la doctora Rachel Ehrenfeld, principal autoridad mundial en narcoterrorismo, y la principal consultora internacional en materia de terrorismo internacional, y Alyssa A. Lappen, periodista miembro permanente del Center for American Democracy, que -hasta la fecha- Arabia Saudí, Irán y Qatar han concedido a la Autoridad Palestina liderada por Hamas 192 millones de dólares; los saudíes donaron 92 millones de dólares, y Qatar e Irán donaron 50 millones de dólares cada uno.
Rusia donó otros 10 millones de dólares, llevando la ayuda total a la nueva administración de la AP por encima de los 200 millones de dólares. Estados Unidos afirma que ha autorizado 245 millones de dólares para «asistencia humanitaria básica — incluyendo salud, comida y educación».
Además, Estados Unidos «también proporcionará 42 millones de dólares para reforzar la sociedad civil y las instituciones independientes». La UNRWA distribuirá la mayor parte de esta ayuda. ¿Desde cuándo la «educación» y «reforzar la sociedad civil y las instituciones independientes» se califica como «ayuda humanitaria»?
Hamas tiene claramente un punto de vista distinto de la educación y la sociedad civil: el ministro de cultura ‘Atalah Abú Sabáh anunciaba el 8 de abril que el gobierno de Hamas «trabajará para reforzar la cultura de resistencia [léase violencia y terrorismo dirigido contra Israel] y para instigarla en los corazones de nuestros chicos y chicas de modo que puedan continuar el mismo camino hasta la liberación de las tierras palestinas». Ciertamente ésta no es el tipo de educación que la administración, o el público americano deberían apoyar.
Además, según el Centro de Inteligencia e Información de Terrorismo del Centro de Estudios Especiales (C.S.S), el diario internacional Al-Sharq Al-Awsat informaba el 7 de abril que «el movimiento pretende continuar controlando sus instituciones sociales, educativas y de caridad (la da’wah)». La da’wah, la herramienta más eficaz a la hora de inculcar y adoctrinar su visión del mundo entre el pueblo palestino — es sobretodo y principalmente propaganda de odio e incitación.
A pesar de las declaraciones muy claras de Hamas acerca de su agenda, el dinero de la ayuda continúa fluyendo. Parece que la comunidad internacional donante aprendió de Hamas cómo decir una cosa y hacer otra. Al tiempo que afirman abstenerse de financiar al régimen «terrorista», inyectan dinero a través de rutas alternativas a Hamas, pero lo llaman «ayuda humanitaria». Como decía Gertrude Stein: «Rosa es una rosa es una rosa» .
En la práctica, la organización terrorista Hamas no habría ganado las elecciones si, en primer lugar, la comunidad mundial hubiera rechazado permitirle presentarse. Sin embargo, Hamas fue capaz de presentarse porque adoptó el nombre de «Lista de cambio y reforma», sólo para las elecciones. Eso fue suficiente para que la comunidad internacional permitiera a Hamas presentarse y desentenderse. Claramente continúa haciéndolo.
La UE declaraba a principios de este mes que aunque 600 millones de dólares en fondos destinados a la AP serían suspendidos, ahora que Hamas ha asumido el control, parte de ese dinero «será difundido a través de organizaciones de ayuda humanitaria». El Ministro de Exteriores francés Philippe Douste-Blazy declaraba el 9 de abril del 2006, «Queda absolutamente fuera de cuestión… suspender la ayuda humanitaria a los Territorios Palestinos». Y el Presidente francés Jacques Chirac declaraba que apoya «mantener la ayuda sobre argumentos humanitarios».
Pero aún así, el dinero, según el Ministro para Asuntos de los Detenidos Wasfi Qabha, no será utilizado para alimentar al pueblo palestino, sino en primer lugar para pagar los salarios de los terroristas palestinos en cárceles israelíes. Muchos fueron condenados a cadena perpetua por asesinar civiles israelíes u organizar atentados suicida contra Israel.
El 19 de abril del 2006, Qabha anunciaba planes de su oficina para transferir fondos de la AP, en primer lugar, directamente a los presos palestinos. Además, decía que los salarios para todos los presos iban a ser elevados al nivel de los mejor pagados entre ellos.
Además, el Ministro del Detenido, Qabha, criticaba a los funcionarios de hacienda de la AP que, durante la transición tras las elecciones de enero, transfirieron los salarios a los empleados civiles de la Autoridad antes de pagar a los presos.
Además, declaraba que el nuevo gobierno de la AP está investigando medios de plantear demandas internacionales para liberar a todos presos palestinos.
Pero aún así, las filas de los gobiernos dispuestos a distanciarse y financiar a la AP liderada por Hamas continúan creciendo. El último en dar un paso al frente es Gran Bretaña. En palabras del Secretario británico de Exteriores Jack Straw el 19 de abril, «nos gustaría tener relaciones normales con ellos».
Además afirmó que el Reino Unido «busca modos de garantizar que la contribución de 56 millones de libras de Gran Bretaña (más de 100 millones de dólares) continúa llegando a los palestinos».
