Capturado el terrorista que voló la Mezquita Dorada de Samarra

Las tropas estadounidenses e iraquíes han atrapado Yusri Muhamed Ali, alias Abu Qudama el tunecino, responsable del atentado de febrero contra un mausoleo chií en Samarra que desencadenó una ola de violencia sin precedentes entre chiíes y suníes.

El consejo de seguridad nacional de Irak, Muafaq al Rubei, aseguró hoy en una rueda de prensa que el detenido fue identificado y capturado hace varios días en la provincia de Diyala.

El atentado contra el mausoleo del imán Ali Al Hadi, uno de los doce imanes más venerados por los chiíes, desencadenó una ola de violencia sectaria sin precedentes entre las facciones de suníes y chiíes en Irak.

No hubo muertos, pero el atentado desató tal reacción entre los chiíes de Irak que el propio presidente, Yalal Talabani, admitió entonces el riesgo de una guerra civil.

Miles de personas tomaron las calles. Grupos de exaltados atacaron 27 mezquitas suníes de Bagdad y asesinaron a tres imanes. En Basora, al sur del país, 11 egipcios y saudíes encerrados en una cárcel por terrorismo fueron secuestrados, y 10 de ellos asesinados.

Sólo en las primeras 24 horas tras el atentado en Samarra (norte de Irak), los chiíes mataron a cien suníes.

Abu Qudama el tunecino

Abú Qudama, miembro de una célula de Al Qaeda liderada por el iraquí Haizam al Badri, fue quien llevó a cabo el ataque contra el mausoleo junto con otros cuatro saudíes, según ha contado hoy el consejero de Seguridad Nacional de Irak, Muafaq Al Rubei.

Al parecer, también participó en el asesinato de la periodista de la televisión Al Arabiya Atuar Bahgat y de dos de sus compañeros, mientras se dirigían a Samarra para cubrir el ataque contra el santuario chií.

«Este terrorista, de nacionalidad tunecina, reconoció haber cometido muchos crímenes, y participado en el asesinato de la periodista Atuar Bahgat», ha explicado el funcionario iraquí, que asegura que los interrogatorios están aportando «importante información sobre las actividades del iraquí Haizam al Badri y de la organización al Qaeda en Irak».

El acusado fue detenido mientras participaba en un ataque contra un puesto de control del Ejército iraquí en la localidad de Doluiya, a unos 100 kilómetros de la capital. Resultó gravemente herido. Además, un total de 15 combatientes extranjeros murieron en un enfrentamiento.

El cuarto lugar santo del país

La cúpula dorada de la Mezquita de Al Askari, destruida en un atentado en febrero pasado, llevaba un siglo reflejando los rayos del sol sobre el ocre polvoriento que viste a Samarra, la villa que reemplazó a Bagdad como capital del califato abasí en el siglo IX.

Pero a pesar de su belleza, nunca logró desplazar como imagen de la ciudad al minarete en espiral de la Gran Mezquita (suní). Claro que no es el valor artístico de esa aljama lo que desde hace siglos atrae a miles de peregrinos chiíes de todo el mundo.

Bajo su domo, regalo del rey persa Nasr al Din Shah (aunque terminado por su hijo Mozzafar en 1905), se hallan las tumbas de los imanes Alí al Naqi y su hijo Hasan al Askari, dos de los 14 santos infalibles reverenciados por el islam chií.

También están enterradas allí dos santas chiíes, Hakimah Jatún, hermana del imán Al Naqi, y Narguís Jatún, madre de Mohamed al Mahdi, duodécimo y último de los imanes. Es el cuarto lugar santo de Irak tras los mausoleos de Nayef, Kerbala y la Kadhumiya (en Bagdad).

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