Jihadistas freelance

El día después de que siete personas fueran detenidas en Miami por intentar crear un «Ejército Islámico» para emprender la jihad montando ataques terroristas contra la Torre Sears de Chicago y otros edificios emblemáticos, el director del FBI Robert Mueller señalaba un tipo nuevo de amenaza del terror de la jihad:

«Estos fundamentalistas se reclutan, entrenan y ejecutan por su cuenta. No responden a un líder concreto, sino a una ideología. En pocas palabras, operan inadvertidos. Y eso hace su detección mucho más difícil».

Los conspiradores de Miami son un caso prototípico. Según el Departamento de Justicia, son acusados de «conspiración para proporcionar apoyo material a una organización terrorista extranjera, de nombre al Qaeda; conspiración para proporcionar apoyo y recursos materiales a terroristas; conspiración para destruir y dañar con premeditación a través de un explosivo; y conspiración para emprender la guerra contra el gobierno de los Estados Unidos».

Pero no eran una célula durmiente de operativos de al-Qaeda; en su lugar, «presuntamente intentaban obtener el apoyo de al-Qaeda para lograr sus objetivos y discutían este deseo con un particular que cooperaba con las fuerzas del orden, el cual se hacía pasar por miembro de al-Qaeda.

Creyendo estar tratando con ese grupo terrorista, en marzo del 2006, Batiste y otros acusados juraron obediencia a al Qaeda y apoyo a un plan presuntamente para destruir edificios del FBI en Estados Unidos, tomando fotografías del edificio del FBI en North Miami Beach, Florida, y de otros edificios federales en el condado de Miami-Dade».

Evidentemente, los conspiradores eran miembros del Templo de la Ciencia Morisca, un barroco precursor de Nation of Islam que reúne por los pelos elementos del Cristianismo y del Islam. Mientras que el Consejo de Relaciones Americano Islámicas ha solicitado a los medios que se abstengan de llamar musulmanes a los miembros del grupo, claramente fueron los elementos islámicos de la extraña teología del grupo lo que les llevó a comenzar la planificación del terror.

Según el Telegraph, «el pilar fundamental de la Ciencia Mora es que todos los negros nacen musulmanes y descienden de los moros, una tribu nómada del norte de África». Cierto, el Islam que el Templo Morisco concibe sólo guarda un parecido distante con el Islam ortodoxo sunní, pero la conexión no obstante es real: el padre del líder del grupo acusado, Narseal Batiste, ha declarado que su hijo, según AP, estaba «decidido a estudiar el Corán a pesar de mi ánimo a permanecer en el cristianismo». Y su intento de contactar con al-Qaeda deja completamente claras sus lealtades y autoidentificación.

Recientemente, otros también han operado inadvertidos, motivados aparentemente por la misma ideología en exclusiva que parece haber sido la fuerza principal del complot de la Torre Sears.

Las noticias iniciales acerca de Michael Ford, el hombre que abrió fuego en unos almacenes de Safeway matando a una persona e hiriendo a cinco, informaban de que su madre y hermana adscribían los asesinatos a la frustración de Ford por el trato recibido como musulmán: según ABC 7 News de Denver,

«La madre de Ford y su hermana declararon a un reportero de la televisión local que Ford era una persona amable y preocupada, que no perjudicaría a nadie, pero que estaba siendo acosada en el trabajo por ser musulmán y no podía soportarlo más».

Sin embargo, en noticias posteriores, los miembros de la familia cambiaron su versión:

«Miembros de la familia declararon que Ford no parecía ser especialmente religioso, a pesar de algunas afirmaciones realizadas en los medios de que otros empleados ridiculizaban su fe musulmana. Bobby Ford dice que nunca vio rezar a su hermano, y otro hermano dice que sabía leer el Corán, pero no parecía ocupar una gran porción de su vida».

Aún así, las «afirmaciones en los medios» son completamente plausibles, teniendo en cuenta el hecho en particular de que existen tantos precedentes. El pasado marzo, Mohammed Reza Taheri-azar, un estudiante de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, alquiló un 4×4 y lo introdujo en una zona del campus muy transitada, intentando intencionadamente arrollar a la gente e hiriendo a nueve personas.

En una serie de cartas al periódico estudiantil, el Daily Tar Heel, explicaba que actuó en obediencia a los dictados coránicos:

«Alá exige a sus fieles que respondan con violencia contra las personas responsables de atacarles a ellos como a sus hermanos fieles de todo el mundo ([Corán] 2:178-179, 5:45, 8:72, 9:38, 9:71, 42:39-42, 49:10)… Debido a la motivación religiosa de mi ataque, no siento remordimientos y estoy orgulloso de haberlo perpetrado en servicio y obediencia a Alá… Considerando que herí a varias personas tanto física como psicológicamente, que también eran contribuyentes americanos, siento que logré obedecer el mandamiento de Alá de luchar contra los enemigos de Sus fieles».

Ésta es la ideología a la que se refería Mueller. Y está en lo cierto: no hay otro modo de distinguir un Mohammed Reza Taheri-azar o un Michael Ford (si realmente estaba motivado por la furia islámica) con antelación. Cualquiera puede leer el Corán del modo en que lo hacía Taheri-azar y llegar a las conclusiones a las que llegó.

Pero en parte esto se debe a los grupos de presión musulmanes americanos, con toda su moderación autoproclamada, que han hecho poco o nada por combatir la expansión de la ideología de la jihad en las mezquitas americanas.

Uno podría esperar razonablemente que, si aborrecen realmente esa ideología como retorcimiento de los principios islámicos tanto como dicen, habrían desarrollado e implementado programas exhaustivos dentro de las mezquitas americanas para garantizar que la ideología no prolifera dentro de ellas, y habrían dejado completamente claro que esa ideología no es bienvenida, y que sus fieles serán denunciados y expulsados.

Si hicieran esto, Mueller y sus colegas tendrían una oportunidad de lucha para cargar contra esta ideología. Que no lo hayan hecho, y que no se les haya pedido cuentas por parte del gobierno y los funcionarios de las fuerzas del orden, así como por parte de los medios por no hacerlo, es una omisión cada vez más seria y clara.

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